El sevillismo expresa masivamente su hartazgo

El centro de la ciudad vuelve a teñirse de blanco y rojo, como hace tres décadas, pidiendo el cese del consejo

De las Setas al Ayuntamiento al grito de «Junior, vete ya», «directiva, dimisión» y «Sevilla somos nosotros»

Imágenes de la manifestación contra el consejo de administración del Sevilla FC

Multitudinaria manifestación del sevillismo en el corazón de la ciudad pidiendo la dimisión del consejo y del presidente del Sevilla FC

La pancarta que encabezó la manifestación sevillista del jueves Manuel Gómez

Treinta años no es nada… o lo es todo en una casa como la sevillista que en las últimas tres décadas reescribió su historia con letras de oro, desde el insondable orgullo por dos colores, el blanco y el rojo, y un coraje forjado en ... las entrañas. Páginas inimaginables, lágrimas de gloria, vitrinas colmadas de plata. Una ensoñación muy real que llevó a la familia de Nervión a erguirse como un gigante para alzar once títulos: siete Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España. La imponente historia contemporánea del Sevilla FC germinó en el denuedo de aquellos miles de fieles que se echaron a la calle en la histórica protesta de agosto de 1995 que evitó el descenso administrativo del club. Dos trompazos deportivos en Segunda siguieron a aquel desgarrador grito que salvó a la entidad y que puso las bases del Sevilla FC más grande de la historia. Ayer, el sevillismo rebobinó la cinta intentando emular el impacto de aquel hito… preocupado, inquieto, afligido por ver cómo el escudo se tambalea en el momento más complicado del siglo para la institución blanquirroja.

Porque el sevillista no puede más y así se lo hizo ver ayer a sus gestores con una multitudinaria expresión de rechazo que retrotrae a la entidad a imágenes de hace 30 años. Ya no se trataba de una mera protesta frente al mural del estadio o de dejar los asientos vacíos en medio de un partido. Esta vez, la afición se volvió a echar a las calles del corazón de la ciudad con papeles en la mano y desgañitándose al grito de 'basta ya'. Cansados, coparon una manifestación masiva contra el actual consejo de administración que preside José María del Nido Carrasco.

Según los organizadores fueron más de 10.000 los aficionados que secundaron la protesta, mientas que otras fuentes oficiales hablan de 3.000 personas en la concentración. Cánticos como «Junior, vete ya», «Directiva, dimisión» y «Sevilla somos nosotros» no cesaron en la contundente protesta convocada por Accionistas Unidos, la Federación de Peñas Sevillistas 'San Fernando' y Biris Norte, reflejando a cada paso el profundo descontento de la hinchada de Nervión con la gestión actual de la entidad. La manifestación partió de Las Setas y concluyó en el Ayuntamiento de Sevilla bajo ese lema «El Sevilla somos nosotros».

Gran parte del sevillismo, de esta manera, vuelve a dictar sentencia reclamando a viva voz la dimisión inmediata del presidente y del consejo de administración «por un proyecto digno, transparente y sevillista que devuelva al club al lugar que se merece». Resulta más que entendible el hartazgo de una afición que viene sufriendo la peligrosa deriva de su equipo en las dos últimas temporadas, salvándose en la pasada 2024-25 con un solo punto de margen sobre el infierno del descenso.

A los nefastos resultados deportivos, que acabaron con el entrenador y con la figura de Víctor Orta, se une el pésimo escenario económico del club, camino del quinto curso consecutivo arrojando millonarias pérdidas y bajo el yugo de una situación financiera más que delicada. El excedido límite salarial del club (el peor con diferencia de Primera y Segunda división), más allá de impedir reforzar el equipo en condiciones, pone en duda hasta la inscripción de los jugadores que ya están de cara al arranque de la 2025-26.

El sevillismo censuró ayer con todas sus fuerzas igualmente los conflictos accionariales internos que horadan gravemente la sociedad y la empequeñecen a pasos agigantados. Están hartos de pactos, oligarquías sevillistas y sobre todo de la dañina batalla legal entre el actual presidente y su padre, el ex máximo mandatario José María del Nido Benavente, un conflicto enquistado que ha desatado la máxima inestabilidad en la institución.

Una fractura incurable

A su llegada a la Plaza Nueva, los organizadores de la multitudinaria protesta leyeron un manifiesto dirigido a los gestores y familias que controlan los designios del club: «Mientras que los grandes accionistas son incapaces de sentarse entre ellos y elegir un consejo de administración de consenso, ¡el sevillismo de base!, el mismo que fue en masa a Linares en el 74 a evitar el descenso a Tercera, los mismos que paramos con aquella histórica manifestación en agosto del 95 el descenso a 2ªB, y los mismos que volvimos de Oviedo en el 97 desolados por el descenso del club, estamos hoy aquí para defender nuestro escudo, para enarbolar nuestra bandera blanquirroja y respetar al tercer anillo del Ramón Sánchez-Pizjuán, porque hay que decirlo con rotundidad: ¡Estamos aquí para pedir la dimisión del presidente y su consejo de administración! ¡Permítannos elegir al consejero de la afición que nos concede la Ley del Deporte! ¡Escuchen la Voz de la Afición! ¡Estamos aquí para honrar nuestra más que centenaria historia, y exigir un cambio en la dirección del club! ¡Y el sevillismo, aquí representado, tiene que ser el motor de ese cambio! ¡Porque el sevillismo es el alma del club! ¡Porque somos herederos de un legado con 135 años de historia que defenderemos con uñas y dientes! ¡Porque nuestra pasión no es su negocio! ¡Porque el Sevilla, somos nosotros!», sentenciaron.

La gran manifestación de ayer ha sido el colofón, por ahora, a la oleada de protestas que viene sacudiendo a la entidad en los últimos tiempos, con gestos como el de no acceder a la grada durante la primera parte del encuentro ante el Real Madrid, el lanzamiento de cartulinas amarillas al césped como señal de protesta, pancartas y cánticos continuos en los partidos exigiendo la dimisión de la directiva en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán y hasta una tensa visita a la ciudad deportiva propiciando incluso que los jugadores tuvieran que pernoctar en las instalaciones de la carretera de Utrera.

Entretanto, el consejo de administración, liderado por José María del Nido Carrasco, no tiene intención alguna de dimitir a pesar de las protestas de la afición. Ponen por delante las acciones, las que mandan en cualquier sociedad mercantil. Continuarán en sus cargos... hasta que la famosa 'Tercera vía' los convenza de lo contrario. La situación actual del Sevilla preocupa, con una fractura difícilmente curable entre el sevillismo y unos rectores que se mantienen firmes.

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