Sevilla - Real Sociedad: Bañito de realidad para no despistarse más (0-2)
Los de Imanol superan fácilmente con goles de Kubo y Oyarzabal a un Sevilla que ni siquiera tiró a puerta; Pimienta no encontró soluciones
Sevilla - Real Sociedad: resumen, goles y ruedas de prensa del partido de LaLiga 2024-2025
El Sánchez-Pizjuán, iluminado con los colores de la Comunidad Valenciana en honor a las víctimas de la DANA
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Iniciar sesiónBaja el suflé en el Sevilla de Pimienta. La Real Sociedad se llevó todo el botín del Sánchez-Pizjuán. Ganó justamente por 0-2, merced a los goles de Kubo en la primera parte y de Oyarzabal de penalti en la ... segunda, truncando así la buena dinámica de los nervionenses e impidiendo la que habría sido la cuarta victoria consecutiva en casa del conjunto rojiblanco. Los donostiarras, mucho mejores a domicilio en esta liga que en Anoeta, le dieron un bañito de realidad al Sevilla, que queda varado en mitad de la tabla junto a su rival de este domingo, justo en la semana en la que alguno entró en ensoñaciones con Europa. El equipo no tiró a puerta en 95 minutos. Cuanto antes asuma el club su nueva y compleja realidad, menos durará la travesía del desierto.
La derrota ante el cuadro txuri urdin, en cualquier caso, no debe descoser lo hilvanado hasta ahora en Nervión entre su entrenador y un vestuario joven, que este domingo estaba además mermado de bajas, dentro de un proceso de regeneración amplio y en el que tocará caer y levantarse decenas de veces. Conviene pasar página cuanto antes, recuperar gente y no mirar atrás. Como acicate, ahora les viene un calendario algo más 'amable' a los sevillistas, con la visita del sábado a Butarque antes del parón y otros dos partidos seguidos en casa contra Rayo Vallecano y Osasuna.
Todo, en realidad, queda en mera anécdota, en la nada absoluta, por el sufrimiento humano que se vive a 650 kilómetros del Sánchez-Pizjuán. Nervión estuvo como siempre con su equipo, aunque las ganas de fútbol en Sevilla eran pocas, o ninguna… con todo un país de luto por la devastadora tragedia de la DANA en Valencia. El aficionado intenta abstraerse aunque sea un rato, pero el nudo en la garganta no hay quien se lo quite. Angustia. Resulta inconcebible que nadie haya dado un golpe en la mesa para aplazar este estorbo de jornada en medio de la mayor desgracia natural que recuerda España. Nadie, desde LaLiga o la Federación, ha impuesto ese ineludible ejercicio de responsabilidad y solidaridad para con los centenares de víctimas y damnificados. No hay ganas de jugar al fútbol, ni de verlo, tampoco de contarlo, ni de alegrarse por una victoria o afligirse en la derrota. Es de cajón entender que el ocio deportivo no tiene cabida en la tristeza, en el pesar que esta semana invade a unos aficionados que, como todo el territorio nacional, andan con el estado anímico por los suelos viendo el pánico que sacude la cuenca mediterránea. Toca ayudar, evocar esperanza, mirar hacia adelante... Si la tarde de fútbol les ha servido a los sevillistas para rebajar algo su pesadumbre o desconectar un poco de las noticias desoladoras, vale.
Con el pellizco anudado en las entrañas, brazaletes y crespones negros, y un impresionante minuto de silencio bajo los acordes del himno de la Comunidad Valenciana, el Sevilla afrontó el duelo con la entereza que pudo, como su rival, aunque con el hándicap añadido de echar de menos a media docena de futbolistas lesionados. Nyland, Badé, Nianzou, Saúl, Ejuke y Suso, todos ellos titulares para Pimienta menos el extremo gaditano, no pudieron participar en el partido. Demasiada losa para el Sevilla FC.
Take Kubo comenzó a incordiar demasiado pronto a la retaguardia sevillista, haciendo mucho daño con su clásica diagonal hacia adentro, exigiendo al lateral izquierdo y a un Marcao que volvía a la titularidad ante las numerosas ausencias locales. Por esa vía, iba a acabar golpeando el japonés cuando maduró el partido y el plan de su técnico. Y es que los donostiarras apretaron desde el inicio. A los ocho minutos, sin ir más lejos, casi se marca Juanlu en propia puerta al intentar despejar una falta lateral botada por los blanquiazules. Tampoco llegó Aramburu a remachar en el segundo palo… por poco, se libraba el Sevilla a las primeras de cambio.
Un Sevilla al que le costaba un mundo generar, superar la medular, bien presionado a esa altura por el entramado de Imanol, que de igual forma sellaba con éxito la salida por bandas de Lukebakio e Idumbo. Los de Pimienta se desesperaban, se veían superados poco a poco. Isaac andaba mientras perdido en una isla, entregado a una pelea estéril con los centrales de la Real. El dominio visitante casi vuelve a plasmarse en el marcador por medio de otro remate contra su propia portería de los sevillistas. En esta ocasión fue el serbio Gudelj el que despejó de manera poco ortodoxa metiéndole el miedo en el cuerpo a su portero Álvaro Fernández y de paso a una grada local que cada vez veía la película más turbia.
Fue a peor el guion con la lesión muscular de Idumbo, sustituido por Navas. Hasta que llegó el mazazo a los 34 minutos. Por el camino avisado y bajo la autoría esperada. Kubo arrancó por enésima vez el eslalon desde la derecha, sentó a Pedrosa y fusiló al portero del Sevilla con un violento zurdazo dentro del área. Imposible para Álvaro. 0-1. El nipón imponía su ley en el partido y la superioridad de los suyos. Estuvo cerca de hacer doblete poco después tras un error en la salida del Sevilla, aunque en esta ocasión Pedrosa sí fue capaz de frenarlo a tiempo. Kubo fue un quebradero de cabeza para los de Pimienta en todo momento. Antes del intermedio, la Real volvió a acercarse al segundo gol en sendas ocasiones de Oyarzabal y Sucic, si bien es cierto que en el último momento Zubeldia le sacó un remate franco a Isaac cuando el canterano sevillista se disponía a batir a Remiro en la oportunidad más clara de los locales. Los jugadores de la Real se lanzaron todos a felicitar a su central por la acción y Muñiz Ruiz decretó el descanso del choque.
Pimienta no agitó a su equipo ni realizó cambio alguno en ese entreacto. No fue desde luego la mejor tarde del técnico catalán, huérfano de soluciones y espeso en la interpretación del choque. Tardó 72 minutos en realizar sus primeras permutas, retirando del campo a los desafortunados Juanlu y Marcao para dar entrada a Sow y al joven Isra cuando el encuentro estaba ya totalmente perdido.
Una peligrosa combinación entre el incansable Kubo y Brais se convirtió en la primera llegada de la Real en la segunda parte, que arrancó por los mismos derroteros. Los de Imanol siguieron apretando, metiendo al Sevilla en su área en busca de sentenciar. El cuadro de Nervión amagó con reaccionar por medio de dos buenas acciones de Lukebakio e Isaac Romero. Pero todo fue un espejismo. La victoria caería de manera ineludible para el lado donostiarra. Pasada la hora de partido, Marcao impactó con su brazo en el cuello de Zubimendi dentro del área y tras la preceptiva consulta de Muñiz Ruiz con el VAR, el colegiado gallego señaló penalti. Oyarzabal no falló desde los once metros pese a que Álvaro Fernández adivinó la dirección de su lanzamiento y estuvo cerca de pararlo. No se movió más el marcador, y eso que Iheanacho le puso ganas y estuvo a punto de recortar distancias en los últimos minutos. El 0-2 finiquitaba un partido del que el Sevilla FC debe pasar página inmediatamente. Pero esta guerra no es la suya. Y con tantas bajas, mucho menos.
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