Sevilla - Rayo: Con Acuña, sin Lamela y ante la urgencia de la puntuación

Desde que arrancó la competición oficial el 11 de agosto, los de José Luis Mendilibar han amarrado la victoria únicamente en dos encuentros de un total de diez disputados, un bagaje terriblemente corto para las aspiraciones que amasa este equipo. El Sevilla tumbó al Almería (5-1) y venció a la UD Las Palmas por la mínima (1-0) en sendos partidos celebrados en el Sánchez-Pizjuán. El resto, contando los compromisos en todas las competiciones: tres empates y cinco derrotas. Ganar al Rayo Vallecano esta noche, por tanto, resulta imperativo para un grupo que no quiere marcharse al parón sumido otra vez en un mar de dudas y con el entrenador discutido. Flota en el ambiente: en el duelo ante los madrileños hay en juego algo más que tres puntos. Incertidumbre o confianza en el proyecto. La noche y el día.

Y hoy toca atravesar la pared de un rival duro. El Sevilla no puede permitirse el lujo de titubear si quiere hacerse con todo el botín del choque. El Rayo no es modesto en el campo, sino aguerrido y punzante. Ha tenido la capacidad de mantener a sus buenos jugadores y el nuevo entrenador, Francisco, conserva la esencia futbolística que imprimió Iraola con excelentes resultados. En sus filas, destacan claramente el guardameta macedonio Stole Dimitrievski y los extremos Isi Palazón y Álvaro García. Éste último, utrerano, sevillista y verdugo. El choque del año pasado en el Sánchez-Pizjuán se resolvió con un golazo suyo (0-1) a los sesenta minutos de partido. Álvaro dribló en una contra a Montiel, Gudelj y Marcao, y ejecutó por abajo a Dmitrovic. Lo celebró de manera contenida, con toda su familia en la grada. Hoy será de nuevo amenaza a contener por los defensores sevillistas. Un Rayo que presume de otros elementos de indudable calidad como el delantero Raúl de Tomás, pese a su sequía de los últimos tiempos, y que se ha reforzado bien con los fichajes de titulares como el Pacha Espino y Kike Pérez.

Los números trazan la dificultad. El Rayo acumula 12 puntos en la tabla y es el octavo clasificado. El Sevilla, con un partido menos (el aplazado ante el Atlético), suma 7 unidades, sólo dos por encima de los puestos de descenso. Enfrente tendrá a un cuadro franjirrojo que encadena cuatro jornadas sin perder, aunque con sus últimos tres empates seguidos (Villarreal, Cádiz y Mallorca) parece haber rebajado ligeramente su euforia. No obstante, el conjunto de Francisco mantiene un buen nivel de juego y sensaciones, y se ve preparado para sacar tajada del feudo hispalense.

El Sevilla llega enrabietado, muy molesto por el horrendo arbitraje del italiano Daniel Orsato que lo privó claramente de la victoria en el campo del PSV (2-2). Contra el Rayo, Mendilibar sólo tiene bajas de Mariano Díaz y Erik Lamela, ambos lesionados, aunque el técnico también anda pendiente de no sobreexigir más de la cuenta a jugadores como Navas, Pedrosa o En-Nesyri, que acumulan muchos minutos y ya terminaron fatigados el partido europeo en Eindhoven. Todo apunta a que el entrenador oxigenará los laterales con la entrada de Juanlu y Acuña, si bien el delantero marroquí tiene todas las papeletas para repetir en el once inicial.