El Sevilla prepara una junta sin cambios y con Del Nido 'tocado'
El expresidente se prepara para presentar nuevas querellas cuando el consejo de administración no le deje votar contra los nuevos nombramientos
El Mercantil deniega las cautelares a Del Nido Benavente
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José María del Nido Benavente, pese a experiencias ya pasadas con las decisiones del Mercantil sobre las medidas cautelares solicitadas previamente a una Junta General de Accionistas, mostraba cierto triunfalismo en la comida con importantes empresarios y directivos de grandes compañías, dejando su ... habitual afirmación de que sería «o presidente del Sevilla, o presidente del Sevilla». El auto del Juzgado Mercantil número 1 de Sevilla ha vuelto a llevarle la contraria al expresidente del club nervionense, denegando las medidas cautelares y dejando que el actual consejo de administración sea quien lleve las riendas de la junta, al entender el juez que no podía existir una «acefalia» en esta cita, entendiendo que al haber sido convocada con sus cargos al corriente, deben presidir la mesa y proponer a los accionistas el nombramiento o reelección de nuevos consejeros para los próximos seis años, hasta enero de 2031.
Todo lo que pretendía el expresidente, quien deberá abonar las costas de esta vista en el Mercantil, le ha salido nuevamente al revés. Sabe que no le van a dejar votar. Finalizada la agrupación de las minorías, la exposición de los mandatarios del Sevilla estará basada en el pacto de gobernabilidad, que está vigente hasta 2027, aunque no deja de ser un contrato privado entre las partes, con penalizaciones económicas de incumplirse, no una denegación absoluta del voto en Junta de Accionistas. De todos modos, en previsión de esta actuación, Del Nido Benavente presentará las querellas correspondientes en cuanto le sea denegado el derecho al voto.
El juez se ha mostrado claro en los Fundamentos de Derecho en cuanto a que le vayan a denegar la facultad de votar a Del Nido, ya que sus argumentos «se basan en el mero futurible, de que, al habérsele denegado el voto al actor en anteriores Juntas, una mesa compuesta por los miembros del actual Consejo de Administración le denegará el voto«. »La afirmación del actor de que se le pueda denegar el voto en la Junta, basada en lo que ha sucedido en anteriores ocasiones no puede tenerse como apariencia de buen derecho, pues no consta en este momento ningún dato que nos permita inferir que se le vaya a denegar el voto«, explica el auto.
Una resolución que a la misma vez habla de las medidas futuras que podría tomar Del Nido cuando no se le permita votar en contra del consejo de administración. «Si el actor viese denegado su derecho a voto por algún motivo que considera ilegal, le asiste la posibilidad de impugnar esa decisión denegatoria; dicho de otro modo, la composición de la mesa conforme a lo regulado en el Reglamento de la Junta General de Accionistas del Sevilla FC no supone, ni mucho menos, una carta blanca que legitime cualquier decisión de los miembros de la mesa, ni que estas escapen un eventual ulterior control judicial«, advierte.
Una junta que llega como las últimas, envueltas en mucho ruido exterior, con un intento a la desesperada del expresidente de poder cambiar al actual consejo de administración y con la constatación legal de no poder acceder a la presidencia por culpa de unos contratos firmados en su momento y que le tienen las manos atadas. Cierto que la Audiencia Provincial debe resolver sobre si es legal que Del Nido Benavente no pueda votar en las juntas del Sevilla. El Mercantil sólo se limita a confirmar que no se pueden admitir medidas cautelares, extrañísimas en estos procesos, por el simple hecho de que «no se han precisado por el actor (más allá de los antecedentes de otras Juntas y de las afirmaciones sobre animadversión del los Consejeros hacia su persona), los motivos por los que considera que en esta Junta existe una sospecha seria y fundada de la posibilidad de que se le deniegue«. El Sevilla sigue viviendo en el alambre judicial. Nada se moverá en la Junta General de Accionistas. El ruido sigue. El fútbol, también.
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