Sevilla - Lens: Sin brillo, con muchas dudas y alguna certeza (1-1)

Ocampos, de lo mejor de este Sevilla FC siempre, adelantó al cuadro blanquirrojo en un comienzo de partido muy bueno de los de Mendilibar. Luego se equilibró todo y empató el choque de sensacional libre directo Fulgini, en un lanzamiento en el que pudo hacer algo más Dmitrovic. El meta serbio, en cualquier caso, salvó a su equipo en un par de acciones de mérito en la segunda parte, en la que destacaron también los cambios Lukebakio y Mariano. Los dos apretaron arriba y estuvieron cerca de encontrar ese tanto que habría dado la victoria al Sevilla... pero que nunca llegó. Piden sitio a gritos, especialmente el extremo belga, dinámico, vertical y con gran olfato.

Como anunció en la previa, Mendi introdujo retoques en su alineación. El calendario ya se comprime y las rotaciones son necesarias, obligadas. Una pauta que, en cualquier caso, no parece ir con Ramos, que en su romántico regreso a casa está por jugarlo y saborearlo todo. La de este martes era su primera noche en la competición de las estrellas con su Sevilla del alma. No la iba a dejar pasar. El «líder», como admite públicamente Mendilibar, ha levantado cuatro 'orejonas'. Fue otra vez directo al once titular, aunque esta vez su acompañante en el eje de la zaga fue Gudelj. Ramos volvió a comandar al equipo. Estuvo bien. Abajo y arriba. Y cortó, como el domingo, otro gol claro del rival, taponando esta vez un misil de Wahi que iba dentro. La otra novedad de la defensa fue la entrada del canterano Juanlu en el lateral derecho, dando descanso a Navas.

En el centro del campo, el técnico mantuvo a Sow y Rakitic, pero en esta ocasión sumó al esquema un pivote puro como Fernando con la intención de ganar en consistencia y soltar a los dos primeros. Pero al brasileño se le acabó la gasolina muy pronto... en minutos. En zona ofensiva, Lamela y Ocampos fueron esta vez los encargados de ocupar los costados (el argentino, por la izquierda), mientras que En-Nesyri actuó como único punta. El marroquí apenas apareció. Los fichajes Soumaré y Mariano esperaron en el banquillo, como un Lukebakio que tampoco tuvo el premio de la titularidad pese a los buenos minutos que ofreció contra Las Palmas y su gol que decidió el partido. Luego salieron todos los fichajes en la segunda parte para erigirse de los mejores sobre el césped... ¿habrá tomado nota Mendilibar? Certezas.

Los primeros minutos del Sevilla fueron de óptimo nivel, a la altura de la cita. Ritmo, presión alta y transiciones envenenadas. Juanlu y Pedrosa eran puñales por las bandas. Parecía que junto a Ocampos y Lamela el Sevilla jugaba con cuatro extremos. Los franceses, contemplativos ante el chaparrón y a verlas venir hasta que se empaparon. Poco tardó en caer el primer gol de la noche. A los 9 minutos, córner al primer palo de Rakitic y escorzo de Ocampos para peinar el balón, con suma clase, al fondo de las mallas de Samba. 1-0 y felicidad en el Sánchez-Pizjuán. Todo se ponía a pedir de boca para los nervionenses. Hubo algo de cantada en la reacción del portero del Lens, aunque también es cierto que la excelente maniobra de Ocampos lo dejó clavado.

El 'purasangre' de Quilmes hacía mucho daño en cada llegada del Sevilla, bien asociado con su compatriota Lamela en la otra ala. Antes del gol, por cierto, el ex del Tottenham había sido objeto de un posible penalti por un claro manotazo que recibió en el rostro dentro del área. El árbitro alemán Tobias Stieler no vio acción punible. El partido era casi bucólico para el Sevilla, pero la escena cambiaría de golpe. Al ecuador de la primera mitad, Wahi se marchó de Fernando y Ramos tuvo que trabarlo al borde del área jugándose el penalti. El joven delantero francés incomodó muchísimo en Nervión con su velocidad. La falta era peligrosa e iba a tener consecuencias nefastas para los intereses sevillistas… Fulgini la ejecutó con violencia y la mandó a la mismísima escuadra de Dmitrovic. 1-1, nieve para el Sánchez-Pizjuán. Dmitrovic llegó a tocar el balón, pero no pudo sacarla. El latigazo del franco-marfileño le dobló la muñeca.

El tanto del Lens descompuso al Sevilla. Lo borró del mapa. Desde ese preciso momento, todo se niveló y el cuadro de Franck Haise ya parecía otro rival, más cercano al subcampeón que fue de la pasada Ligue 1 que al conjunto que este curso ha sumado un punto de quince. Con todo, pudo marcharse el Sevilla al descanso en ventaja gracias a otra extraordinaria ocasión de Ocampos a centro de Lamela. Esta vez, el remate del argentino lo sacó sobre la misma línea el guardameta Samba con una sobresaliente intervención. Ahí se acabó el primer acto. El equipo sevillista había firmado un cuarto de hora sensacional en el arranque, pero luego se fue desinflando hasta toparse con el gol de la igualada que lo terminó de aturdir.

El paso por vestuarios no sirvió para mejorar el juego de los de Mendilibar. Para entonces, el Lens ya se lo creía y se plantó en la reanudación con la idea firme de seguir apretando para llevarse todo el botín. Wahi suiguió en plan incordio. Tras varias llegadas de peligro, el ariete superó a Gudelj en una de ellas y Ramos tuvo que ponerse el traje de salvador para cruzarse a tiempo y taponar su disparo. El camero evitó el gol que habría puesto en ventaja al Lens. Ovación para él.

Ahora sí, Mendilibar movió el banquillo y dio entrada al solicitado Lukebakio y Soumaré al campo. El belga, héroe contra Las Palmas, salió como un tiro y rozó el gol hasta en dos ocasiones de manera consecutiva. Su primer zurdazo lo desvió un defensa casi sin querer con la cabeza. El segundo, que iba dentro, lo abortó Samba con una gran intervención abajo. Lukebakio espoleaba al Sevilla. Sin embargo, el Lens no entregó las armas y reaccionó con personalidad. Primero Guilavogui y luego Sotoca pusieron a prueba a Dmitrovic con dos peligrosísimos remates que logró detener el portero serbio del Sevilla FC con enorme agilidad. El tramo final se convirtió en un correcalles en el que cualquiera podía llevarse el gato al agua. Mariano debutó con el Sevilla y tuvo la primera nada más salir. Y en el minuto 88, mandó otra clarísima a las nubes tras un excelente servicio de Ramos. Manos a la cabeza de Mariano y de todo el estadio. La victoria se escapaba… y se escapó. El Sevilla duda, pero da la impresión de tener ingredientes para ofrecer algo más que en su insípido debut en Champions. Mendilibar debe cuadrar el puzle.