El Sevilla de Almeyda, un equipo de autor

La intensidad de Bielsa, la velocidad al espacio de De Zerbi o la psicología grupal de Sven-Göran Eriksson, referencias para el entrenador

Otro de los vínculos del técnico es su amigo Diego Pablo Simeone, quien lo intentó fichar en su día para su staff

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Matías Almeyda, en la ciudad deportiva del Sevilla FC Raúl Doblado / ABC

El Sevilla de Matías Almeyda lleva sello propio. Un estilo agresivo, directo, extremadamente solidario en el campo, camaleónico a partir del rival que enfrente y muy poquito amigo del manoseo del balón, sin que ello sea incompatible con el buen fútbol. Todo lo ... contrario. El Sevilla es un equipo de autor que bebe de múltiples fuentes, lo mejor o lo que cree más apropiado de cada una, para conseguir enganchar a un público de gusto definido que, después de mucho tiempo, vuelve a esbozar esa sonrisa cómplice que lo identifica con los suyos. Los resultados aparecen en Nervión desde un sistema de juego basado en el espacio, las marcas al hombre (atosigantes por momentos) y las transiciones rápidas, aprovechando en este sentido un perfil muy concreto de futbolistas a los que Almeyda exprime hacia su mejor versión.

Las influencias del técnico nacido en Azul hace 51 años son diversas y heterogéneas. El propio Almeyda asegura que, tanto en su etapa de jugador como de entrenador, ha ido absorbiendo conceptos de numerosos estrategas para conformar su libreto, dentro de un proceso de formación constante y minucioso que sigue vigente en todo lo que hace. El preparador sevillista es un estudioso del fútbol, apasionado, que no sólo se enfoca en la pizarra y en una exuberante preparación física, sino que también dedica lo suyo a la psique del futbolista, motor de todo lo demás. Las referencias de Almeyda van desde su coetáneo De Zerbi a su amigo Diego Pablo Simeone, pasando indiscutiblemente por el profesor Bielsa o dos históricos de los ochenta y noventa como Arrigo Sacchi y Sven-Göran Eriksson, a los que tuvo de jugador. Almeyda también reconoce que se impregna de compañeros con los que nunca ha coincidido, pero cuyos métodos admite estudiar a fondo porque son «los mejores»: Luis Enrique, Guardiola y Antonio Conte, actualmente técnicos del PSG, Manchester City y Nápoles, respectivamente.

«No se trata de copiar un estilo concreto; me he quedado con las cosas buenas de ellos, conocimientos en los que he tratado de profundizar, darles la vuelta, ver cómo los puedo expresar y llevarlos a la práctica», explicaba Almeyda antes de empezar LaLiga con el Sevilla FC. Hay un vínculo fuerte, muy directo, con el 'Cholo' Simeone, alma del Atlético de Madrid. Almeyda admira su pasión y amor por el fútbol, la fortaleza táctica, y sobre todo su capacidad para 'perpetuar' en el tiempo al Atlético como un club ganador y convertirlo en su casa. Sueña con emular algo parecido en el Sevilla FC. En los comienzos de Simeone como entrenador, el Cholo llamó a Matías Almeyda para que formara parte de su staff, pero el de Azul entendió que aún no era el momento para pasar a los banquillos y asumir esa función. Se conocen como hermanos. Vivieron juntos de todo. Fueron compañeros de habitación durante casi una década en la selección argentina.

Almeyda, desde su juventud como jugador, pudo formarse con un selecto ramillete de técnicos argentinos de gran prestigio como Pasarella, Gallego o Sabella. De todos ellos aprendió. Pero quizá quien marcó un plus en la concepción de su fútbol, por el sistema de juego y la metodología de los entrenamientos, fue sin duda Marcelo Bielsa. La intensidad con la que se desempeña este Sevilla de Almeyda y muchos rasgos de su juego recuerdan al estilo del 'Loco', actual seleccionador de Uruguay. Bielsa asombró con su famoso «murderball», una forma de entrenamiento basada en partidos reducidos de alta intensidad, sin interrupciones, obligando al futbolista a mantener una alta concentración, velocidad de decisión y esfuerzo físico continuo, sin pausas ni tiempos muertos. Una durísima prueba en la que cada jugador sigue a su marca en un «fútbol sin reglas». En la goleada del Sevilla sobre el Barcelona (4-1), se vieron muchos de estos trazos. Los de Almeyda estrangularon el juego azulgrana desde su misma génesis. El técnico del Sevilla metió a tres centrocampistas muy físicos por el medio, Mendy, Agoumé y Sow, que desarmaron por completo la sala de máquinas de Pedri y De Jong, con y sin la pelota. Fue una exhibición portentosa de todo el equipo. Ahí tienen su cuota de éxito, indiscutiblemente, los exigentes métodos que desde el verano implementa el preparador físico de Almeyda, Guido Bonini. Un trabajo duro y progresivo que empieza a dar sus frutos en Nervión. De Bielsa, Almeyda también destaca «una oratoria que atrapa al futbolista».

«El mejor del mundo»

Pese a todo, el técnico del Sevilla no prioriza al atleta. El fútbol, siempre por delante. De hecho, y llama la atención, el mejor entrenador del mundo para Matías Almeyda es actualmente Roberto De Zerbi, de 46 años, cinco menos que él. Almeyda se confiesa un admirador total de sus métodos, buscando siempre el resultado desde un fútbol atractivo, y asegura que lo viene estudiando desde hace mucho tiempo. El italiano saltó a la fama exprimiendo a un sorprendente Sassuolo en la Serie A. Ahora dirige al Marsella, al que tiene segundo en Francia, a un punto del PSG. Hay diferencias en el estilo, muchas de ellas sensibles. Pero no cabe duda de que este Sevilla se mira en el espejo de De Zerbi en nociones como la generación de espacios para ataques verticales y rápidos, la trascendencia del doble pivote o la utilización del referido «tercer hombre» para buscar la superioridad en campo rival, todo ello bajo una filosofía de disfrutar el juego.

«Cuando juego contra él, me tocó tres veces, y le empato o le gano me siento muy contento», desveló Almeyda este verano, días después de igualar 1-1 con el Sevilla ante el Marsella en un Vélodrome con más de 60.000 espectadores en las gradas y figuras de la talla de Adrien Rabiot, Jonathan Rowe, Hojbjerg o Mason Greenwood en el campo. Los nervionenses acudieron al amistoso en plena construcción, plagados de bajas y sin fichajes. «Sufrimos mucho ante el Sevilla y no creamos suficientes ocasiones», analizó De Zerbi tras el duelo, poniendo en valor el nivel que empezaba a esbozar este Sevilla. Anteriormente, se habían visto las caras dos veces, en la fase de grupos de la Europa League 2023-24, siendo el argentino entrenador del AEK de Atenas y el italiano, del Brighton. En Grecia ganó De Zerbi (0-1) y en Inglaterra se llevó el gato al agua Almeyda (2-3).

El aspecto psicológico, grupal, los famosos asados, la persona sobre el futbolista… son también facetas claves en las que incide el entrenador del Sevilla para que su trabajo pueda ser pleno. Ahí se nutre de la extraordinaria referencia del recordado Sven-Göran Eriksson, quien lo condujo en la Lazio en su esplendor como futbolista: «Tenía a 25 tipos que jugábamos en selecciones y estábamos todos contentos. Ganamos seis títulos y nunca hicimos, por ejemplo, un ejercicio de presión. Era un talento para unir al grupo», recuerda Almeyda sobre el sueco.

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