Villarreal - Sevilla: El sonido del mar (4-0)

La falta de acierto arriba en los primeros minutos y varios errores de concentración condenaron a un Sevilla que se llevó cuatro tantos de Villarreal

Villarreal - Sevilla: de vacaciones anticipadas (4-0)

Lopetegui: «Hemos hecho una de las mejores primeras parte de la temporada»

Los jugadores del Villarreal celebran uno de los goles EFE

Ya lo escuchan. Ya lo ven. Ya lo sienten. Vacaciones. Verano y playa. Es lo que pasa cuando rompes tu propio registro, consigues el objetivo con tanta premura, y dejas de saber por lo que luchas. Es humano. La decepción dura menos, y el esfuerzo ... del equipo, tras unos buenos primeros minutos, decae. Como ayer ante el Villarreal. El Sevilla perdió en un duelo accidentado y enseñó que puede tener carencias cuando la intensidad baja, y, sobre todo, cuando la cabeza no funciona con tanta lucidez. En el estadio de La Cerámica, y tras firmar unos muy buenos primeros minutos con numerosas ocasiones para batir a Asenjo, el Sevilla se chocó con un Bacca iluminado, con tres goles, y miró para otro lado. A las olas del mar. A las vacaciones, bien merecidas, por cierto. Ni siquiera Lopetegui, siempre intenso, pareció molestarse mucho con el resultado al término del duelo y analizar lo que había sucedido.

El resultado, tan injusto como abultado, no puede esconder la gran labor de un equipo que logró meterse en la Champions League con mucho tiempo de antelación y que ambicionó soñar con cotas mayores. No pudo. Pero no fue ayer cuando despertó, y sí unas semanas antes con la derrota ante el Athletic Club. Lo que vino después, el empate ante el Madrid, la victoria sufrida frente al Valencia, y la derrota amplia contra el Villarreal, entran en el saco de la lógica, de unas etapas dulces sin presión tras el deber cumplido.

El Sevilla, este Sevilla que reconstruyó Monchi y que ha encontrado en Lopetegui su principal valedor, no está hecho para titubeos. El valor que más valora el entrenador sevillista, valga la redundancia, es la determinación de cualquiera. Ir de verdad. Y ayer, si bien a la primera parte sólo le faltó un golito para que fuera de notable, el Sevilla terminó bajando sus prestaciones en un duelo incómodo y que bien podría haber acabado con una siesta. De más a mucho menos. En sólo 10 minutos, del 5 al 15, De Jong tendría dos ocasiones, y Suso y Ocampos una cada uno. El Villarreal avisó en el 22, en un remate de cabeza que peinó Gerard Moreno había atrás, y ahí empezaría la lata amarilla. En una jugada de estrategia, Bacca remataría de cabeza a la perfección tras superar a Diego Carlos y Papu Gómez en el minuto 33 para hacer el 1-0. El Sevilla no le perdió la cara al encuentro y siguió a lo suyo, moviendo muy rápido el balón e incrustándose con facilidad en la zona defensiva del Villarreal. Pero el empate no llegaba.

Tras el descanso, el partido se rompió en mil pedazos en apenas cinco minutos. Bacca haría el segundo, y Diego Carlos sería expulsado tras ver la segunda amarilla al derribar a Yéremi Pino cuando ya se iba a meter en el área nervionense. Se acabó. El Sevilla, sin necesidad de buscar a la heroica el empate, optó porque el tiempo pasara. También el Villarreal pareció dar por bueno el resultado; lo que no podía esperar es que el equipo sevillista se iba a disfrazar de Rey Mago en el primer partido con público con afición en el estadio de La Cerámica. De un regalo a otro. Rakitic falló, Fernando no lo entendió, y Gerard Moreno haría el tercer tanto. Unos minutos antes habían entrado Gudelj y En-Nesyri por Papu y De Jong, respectivamente, buscando un algo. Pero salió cruz. Como también pasó con la entrada de Óscar Rodríguez y Óliver Torres por Suso y Rakitic, respectivamente. Nada. Tampoco.

El partido estaba ventilado, y todo lo que podía llegar era malo para los de Nervión. Bacca, convertido en héroe, haría el cuarto, su tercero, en otro regalo del Sevilla. Apenas quedaban diez minutos para el final, y el cuadro nervionense trató de quedarse con el balón. El Mudo Vázquez, que había entrado por Ocampos, paró el juego, e instó a los suyos a romper como fuera la sangría. Nadie quería más. El Sevilla conoció que el Celta de Vigo se acababa de poner por delante en el Camp Nou con un 1-2 en el minuto 89 con el tanto final de Santi Mina, pero ya era demasiado tarde. Ni tercera plaza; ni nada. Ni récord de puntos; ni nada. De La Cerámica, el Sevilla se fue con cuatro goles y escuchando el sonido del mar. El equipo de Lopetegui sacó la ropa del verano y hoy comenzará a preparar el último encuentro de la temporada, ante el Alavés el sábado a las 21.00 horas en el estadio Sánchez-Pizjuán, un duelo con el que puede todavía acometer lo que se le pide ahora desde el club: los tres puntos para hacer la mejor marca de la historia y esperar a ver si el Eibar, ya descendido, es capaz de ganar al Barcelona en Ipurúa.

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