Ujpest-Sevilla: Sarabia no entiende de trámites ni "amistosos"

Y el ejemplo más claro de ello fue el once que dispuso el técnico soriano, con muchos de los «titulares». Todo había quedado resuelto en Nervión. El 4-0 de la semana pasada convertía lo de anoche en un mero trámite, pero había que pasarlo. Y Pablo Sarabia demostró que para él todos los partidos son importantes, que no hay ningún «amistoso». Eso sí, antes de que el madrileño apareciera para dejar todavía más resuelta la eliminatoria, al Sevilla se le notó que tenía los deberes hechos. La intensidad fue mucho menor que en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde una de las cosas que más gustó a los aficionados fue cómo mordió el equipo. Nada que ver en Hungría. Los sevillistas salieron con unas cuantas marchas menos, a verlas venir, pero aun así se apreciaba la superioridad sobre un equipo que acabaría celebrando el tanto del honor como algo meritorio. Así, tras bastantes minutos de imprecisiones, Sarabia acabó con las medias tintas. El madrileño recogió un buen centro de Escudero en el minuto 35 para abrir el marcador y dejar claro que siempre aporta. Que siempre rinde. Que merece la renovación o va a llegar alguien y se lo va a terminar llevando. Pero volviendo a lo meramente referente al duelo de anoche, el tanto visitante hizo bastante daño en el cuadro local, que pidió a gritos que llegara el descanso.

Pero eso no fue una buena idea porque, tras el paso por los vestuarios, de nuevo aparecería Sarabia. Para entonces el Zalgiris ya era el previsible rival del Sevilla, de modo que el centrocampista zanjó cualquier opción —sólo matemática— de sorpresa húngara. El 0-2 servía para que Machín diera descanso a un par de titulares (el propio goleador y Ben Yedder)y una nueva oportunidad a Nolito y Muriel. Y, aunque costó, hubo premio para el segundo —aunque antes marcó un golazo Zsoter que supuso el 1-2—. El colombiano, justo después de fallar un mano a mano ante Pajovic, sí acertó en la siguiente jugada tras una gran jugada personal. El fichaje más caro de la historia ponía el 1-3 definitivo, el cual se transformaba en un 7-1 global y en el paso a la siguiente eliminatoria, donde al Sevilla le tocará medirse al Zalgiris.

Más allá de todo esto, hay que destacar los intentos de Pejiño, quien deja detalles aunque también abusa de la posesión de balón;el hecho de que no esté resuelto el enigma de la portería tras haber alternado Machín a Vaclik y Sergio Rico;y el debut de Sergi Gómez, a quien no se le vio del todo bien, a pesar de que no pasó apuros. Ahora toca pensar en el Zalgiris. Yen la Supercopa. El Sevilla debe seguir dando pasos.