Crónica
Tamaraceite - Sevilla Atlético: El filial aplaza el salto dependiendo de sí mismo (1-1)
Un gol de Valentino en la primera mitad y una doble parada de Alfonso en el último suspiro permitirá que el filial se la juegue con ventaja en el Jesús Navas el próximo domingo
Sevilla Atlético - Cádiz B: El filial se desinfla y se complica Primera RFEF (1-2)
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Iniciar sesiónPudo acabar hoy, pero todo se decidirá en el último partido. Y gracias. El Sevilla Atlético igualó a uno frente al Tamaraceite en un partido emocionantísimo de principio a fin que se abrió con el gol inicial de Valentino , ... igualado por Héctor Marrero , y luego supo sufrir en Gran Canaria teniendo algunas opciones y, sobre todo anulando las del rival con un Alfonso colosal que permite al filial nervionense seguir dependiendo de sí mismo en el último gran partido del campeonato. La gran final. Nada se consigue sin esfuerzo ni paciencia en este filial, que ya mira la cita definitiva del domingo en el Jesús Navas frente a la Balona (12.00) para ganar -y ya veremos cuánto vale su empate- para convertirse en equipo de Primera RFEF.
El fútbol lo inventaron unos ingleses inteligentes con gran espíritu y no poca sensatez. Saber jugar no es difícil, saber ganar cuando sólo te vale ganar es algo mucho más complicado. Sobre todo si las condiciones del terreno de juego, de vocación sintética, suponen un verdadero desafío cuando llevas jugando y entrenando en hierba natural todo el año. El juego que valía Primera RFEF debía tener poco de artificio: hoy había que abonarse a ganar. Desplegar un plan honestamente ofensivo ante tantas imprecisiones, los botes altos de un balón infiel y la dificultad añadida de la más fuerte presión frente al rival para que no se adueñase del duro que sólo tú manejas. Porque el Tamaraceite sigue por debajo, pero dependía de sí mismo hoy tanto como el filial por mucho que lo separasen dos puntos. Quintero notificó el primer aviso ante Alfonso con un testarazo anulado por una falta previa de Adrián Peral, y el equipo de Paco Gallardo salía con la misma actitud que le ha llevado a firmar una gran segunda vuelta de la fase regular. El problema era mantenerla durante 90 minutos para que no se escapase el objetivo. Centraba Iván por la derecha con más ilusión que acierto en una primera media hora políticamente correcta donde resultaba complejo frotar la lámpara del talento, demasiado manchada por tanto pie de caucho. Probaba Pedro Ortiz el disparo tras un rechace, y luego Kibamba sacaba un balón muy peligroso tras un buen pase de Toni que pudo acabar en tragedia. Todo iba a resolverse en situaciones cortas en los más cortos espacios.
Entonces llegaba el currículum de Luismi , alma limpia de becario pero con cabeza de jefe. El portuense se entrevistaba con su par en la derecha, ponía el cuero ante la dejada de Isaac e Iván, y era Simo quien terminaba rematando una buena llegada que finalizó el extremo sin éxito. Si el fútbol profesional te da poco tiempo para controlar y orientar una pelota, un campo así lo cercena todo. Adrián Peral personificaba la tensión, el carácter y el compromiso de un Sevilla Atlético que sabía que cada minuto que pasaba era una oportunidad perdida. O quizá ganada. Efectuó un robo y se sacó un digno disparo posterior que se fue desviado. Simo, Isaac e Iván seguían mordiendo sin llevarse nada a la boca, y el único debe que tenía el segundo equipo nervionense siempre llegaba por el flanco de Valentino, al que le costó tapar las acometidas grancanarias, quizá por falta de ayuda. Asdrúbal se dio cuenta y casi ponía al conjunto de Chus Trujillo por delante.
De igual a igual
Todo balón que tocaba Iván representaba una amenaza para el cuadro insular. Era una vida extra. Un soplo de aire fresco entre las restricciones perimetrales del área insular. Si en Gran Canaria había una hora menos, a Iván le sobraba entera, porque tiene tanta clase que puede jugar a contrarreloj. Juega siempre adelantado al minutero, por eso era objeto de tanta falta en una repetición que nunca acababa. En uno de esos balones parados, a falta de cinco para el tiempo de asueto, Luismi sacaba un córner desde la izquierda y la pizarra se reorganizaba conforme el dirigía la orquesta con el brazo del gaditano: bloqueos en el primer palo y una cabeza ilusionada que responde al nombre de Valentino entre la maraña de hombres del Tamaraceite. El argentino se disfrazó de Carlos Puyol entre aquellas torres bávaras y clavó un cabezazo soberbio en el primer palo. Golazo del nieto de Scotta que valía una plaza en Primera RFEF. O al menos eso pensaba uno antes de que llegase el empate al filo del descanso. Era Jordán quien sacaba el amago desde el perfil diestro para engañar a Juan María y colgar un balón al corazón del área del Sevilla Atlético, que desnudó su acorazado, encontrando la precisa implicación de Héctor Marrero , recién ingresado, que saltaba para lograr el empate ante la indefensión de Alfonso. Cuánto iba a costar recuperar la alegría. Justo una semana.
Intenso como un domingo sin partidos, reaparecía Luismi en el segundo período para relampaguear y ceder a Simo . Si el marroquí no hubiese chutado en posición antirreglamentaria, el Sevilla Atlético habría comenzado la segunda mitad con un 1-2. Y pocos segundos después, la ventaja podría haber caído al otro marcador si Aythami hubiera estado más acertado en un disparo con el interior en el que estuvo fantástico Alfonso para disolver la intimidación. Qué renovación tan necesaria la del cordobés, que termina contrato en junio, pero nunca cesa en su intento por detener todo peligro. A saber dónde estaría el filial sevillista sin sus dos manos de bronce.
Un final abierto
La segunda mitad se había convertido en una cueva sin salida: diligencia en las coberturas y segundas jugadas, un hambre inusual por parte de los dos equipos para aprovechar el balón parado y un río de ambigüedades ante la ausencia de fortuna en las dos áreas. Luismi picaba un puente entre Simo e Isaac para otorgarle un gran esférico y tiempo al lebrijano para acercarse al segundo, pero se atoró de balón tras un amago que pedía disparo. El Tamaraceite necesitaba el triunfo para sobrevivir, el Sevilla Atlético, ganar para sellar su inscripción en Primera RFEF. Gallardo lo leyó e introdujo a Casas para tener más opciones en ataque en una recta final en la que ya sólo se movería el corazón, y no el resultado. Y eso que el cordobés se hizo con un balón en el mediocampo que corría Juanlu, filtrando de nuevo a su citado compañero. Casas se daba la vuelta y tenía en sus botas la clasificación directa en una oportunidad clarísima que dejaba abierta la disputa de un camino al que sólo le queda poner un broche que tendrá que esperar, al menos, una semana más. Aunque en el último suspiro, Eros pudo firmar el drama que nunca llegó en un primer dardo en una clarísima, y luego llegó Alfonso para hacer la doble intervención de la temporada, quizá la de su vida, para darle esperanza a su equipo. Decisivas las manos mejor abrazadas de Bujalance para seguir creyendo. Así que apúntenlo todos en el color rojo de la fe que nunca tiñe en Nervión por muy blancas que sean sus agendas: porque el Sevilla Atlético jugará el partido más importante del año el domingo a las 12.00 en el estadio Jesús Navas frente a la Balompédica Linense . Sólo falta un paso y dependen de sí mismos. Sólo uno. Uno.
Tamaraceite: Nauzet; Jordán, Alberto (Héctor Marrero, m. 30), David García, Aythami; David González, Casais (Ismael, m. 83), López Silva, Toni Segura, Asdrúbal (Alexis Ramos, m. 83) y Quintero.
Sevilla Atlético: Alfonso; Juan María, Aspar, Kibamba, Valentino; Simo, Pedro Ortiz, Adrián Peral (Luis Vacas, m. 82), Luismi (Juanlu, m. 82), Isaac (Casas, m. 75) e Iván.
Árbitro: Muñoz Pérez, del Comité Valenciano. Amonestó con tarjeta amarilla a Quintero, Valentino, Casais, Toni Segura, Casas y Alfonso.
Goles: 0-1 (m. 40): Valentino. 1-1 (m. 46): Héctor Marrero.
Estadio: Juan Guedes, con unos 380 aficionados.
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