Sevilla - Osasuna
Se le apagó la bombilla en Eindhoven y mira al pozo (2-3)
Los de Sampaoli pierden ante los suplentes de Osasuna y se colocan a dos puntos del descenso
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Iniciar sesiónLos terroríficos últimos minutos del pasado jueves en el Philips Stadion de Eindhoven, donde el Sevilla casi dilapida una ventaja de 0-3 en su eliminatoria europea, no fueron desgraciadamente un mal espejismo o mera desconexión. Más bien dibujaron la puerta de un ... bucle peligroso para este Sevilla que parecía despertar con Sampaoli y que ahora vuelve a otear los miedos de un descenso que parecían enterrados. Al intercambio de golpes lo tumban, como casi en cualquier apuesta arriesgada que se meta este grupo 'justito'. Un Osasuna plagado de suplentes y pensando en su semifinal copera del miércoles ha ganado este domingo en el Sánchez-Pizjuán por 2-3 más que merecidamente. Los navarros, verdugos coperos de los de Sampaoli, han vencido en sus tres duelos contra el Sevilla de esta campaña... y eso dice mucho del 'nivelito' del equipo hispalense. Los golazos de Gudelj y En-Nesyri mantuvieron la esperanza durante el choque, pero todo el botín se fue para Pamplona merced a los tantos visitantes de David García, Fernando en propia puerta (que además acabó expulsado cuando ya estaba en el banquillo) y el definitivo de Ez Abde en el tramo final. El Sevilla se queda a dos puntos del descenso. Hubo, por cierto, otra vez papelito. El metafórico y el literal. Esta vez fue Gudelj el que le entregó el folio A4 a Óliver Torres. Acuña entró en cólera cuando vio la escena, se lo quitó, lo rompió y lo estampó contra el césped.
El Sevilla se ha metido en un lodazal muy peligroso. Ha ido a coquetear con los avernos justo en el curso que más cara puede estar la salvación. La parte baja de la tabla, ese hábitat ignoto para los nervionenses, es un campo de batalla donde nadie alza la bandera blanca. Todos suman. Casi todos ganan. Los fantasmas de los puestos de descenso vuelven a acechar a la tropa blanquirroja y para colmo el sábado que viene hay que viajar al Metropolitano para batirse el cobre con un Atlético de Madrid enrabietado. Salvo el Elche, que pierde y pierde dejándose la piel siempre, el resto de implicados en la masiva quema obtuvieron resultados muy favorables en un fin de semana lúgubre para el Sevilla. Ganó el Valencia a la Real Sociedad (1-0), el Cádiz al Rayo (1-0), el Espanyol al Mallorca (2-1), el Celta al Valladolid (3-0) y ¡el Almería al líder Barça (1-0)!… y todavía hay que cruzar los dedos para que al Getafe no dé la campanada hoy en La Cerámica ante el Villarreal en el cierre de la jornada 23. La llegada de la primavera puede ser fea. O el Sevilla aprieta de verdad los machos o el tramo final del campeonato se le va a convertir en un suplicio. Está a dos puntos solo del abismo.
El Sevilla se conectó al partido con cierto ímpetu, tomando la iniciativa del juego aunque sin concretar llegadas de verdadero peligro. Sí dio le sensación el equipo en esos primeros minutos de proyectar equilibrio por el medio con la entrada de Pape Gueye, mientras que Bryan Gil y Navas, desde los carriles, abrían el campo y metían electricidad al comienzo del envite. El cuadro no pintaba mal. Quizá faltó otra marcha más. Lo cierto es que el esperanzador boceto fue sumamente efímero. Demasiado pronto, Osasuna le dio la vuelta a la tortilla y volvió loco al Sevilla en un tramo tan desconcertante como incomprensible. A los de Sampaoli casi les salta el partido por los aires en muy pocos minutos.
La horrenda primera parte de los locales no hubo por donde cogerla. De no ser por Bono, el cuadro navarro se habría marchado al descanso con un 0-3 ó 0-4 fácilmente. No hay hipérbole en el relato. Un tiro de Lamela desde lejos fue prácticamente la única acción ofensiva de peligro de los nervionenses en el primer acto. En la otra portería, Bono tuvo que firmar dos paradas extraordinarias para esquivar al menos un marcador vergonzoso a las primeras de cambio, una a bocajarro a Moncayola antes del primer tanto navarro y otra a Kike García al final de la primera parte, desplegando una mano milagrosa para el despeje.
Ni la pericia del marroquí evitó que el Sevilla fuera arrollado por los suplentes del Osasuna. Una pena que el portero nervionense fallara estrepitosamente en la segunda mitad. El 0-1 se consumó a los 18 minutos. Los rojillos botaron un córner y su capitán David García remató a placer, colocando el balón donde Bono no podía llegar. Blandísimo el marcaje de Gudelj y Nianzou al central navarro. Contemplativos y castigados. La ruina pudo ser más gorda, porque tres minutos después Kike Barja instalaría el 0-2 en el marcador. También ejecutó solo en el primer palo. Y también Gudelj apareció en la foto con el pasador del Osasuna, esta vez junto a Fernando. La fractura defensiva era preocupante. Por fortuna, el VAR entró en acción y anuló el tanto por fuera de juego de Barja. Era justísimo. Por centímetros, pero lo era.
Los decibelios del cabreo de la grada con su equipo subían. Con razón. Al Sevilla no le dio tiempo ni a respirar por el gol invalidado al rival. Acto seguido, en un tres contra dos de Osasuna, los visitantes acabaron pidiendo un posible penalti de Fernando. La acción recordó a la del brasileño con Camello en Vallecas. Otra vez el árbitro interpretó lo mismo. Pulido Santana consideró que fue una carga legal. Lo que parece evidente es que no es una buena idea retrasar tanto a Fernando. Sufre más cuanto más atrás.
Librado de un marcador sonrojante, el Sevilla corrió a los vestuarios en el intermedio para tomar oxígeno y reorganizar ideas. Sampaoli dejó en la caseta a Rakitic y Lamela, intrascendentes y superados, y buscó agitar al grupo con Suso y Acuña. Mejoró el Sevilla con las permutas y en la misma reanudación ya obligó al portero del Osasuna Aitor Fernández a sumarse al festival de paradas de la noche con una intervención escandalosa ante En-Nesyri, sacándole el gol desde la misma línea para abortar el 1-1.
Pero el Sevilla siguió apretando y apretando hasta encontrar el premio. Llegó con un recurso de la casa 'made in' Serbia. Como ya hizo en Mallorca y en el derbi contra el Betis, Gudelj se desquitó de sus fallas defensivas con un zapatazo descomunal desde 35 metros ante el que Aitor Fernández sólo pudo quedarse clavado y mirando. Ahora sí: 1-1. La remontada, con el Sánchez-Pizjuán en ebullición, parecía en esos momentos garantizada… sin embargo, en el 67 llegó lo que nadie esperaba: el fallo del que nuca marra, Bono. El meta internacional salió por arriba de forma horrible al despeje, la pelota le dio en la espalda a Fernando y acabó dentro de la portería.
Con el 1-2 el choque sería un correcalles en su tramo final. En-Nesyri, que se marcó un partido soberbio, volvió a empatar el duelo con una jugada maradoniana que levantó de sus asientos a la hinchada. Dejó atrás a cuantos rivales le salieron al paso y definió con la misma zurda cruzando la frontal. Pañuelos en el Sánchez-Pizjuán para el espectacular 2-2. Quedaba por delante un cuarto de hora, más un largo descuento. Pero lo que llegó después sólo fue drama. Ez Abde, que ya martilleó al Sevilla en la Copa, fue otra vez el cambio ganador de Jagoba Arrasate. El rápido extremo marroquí dibujó una de sus carreras letales desde el costado y fusiló a Bono para el definitivo 2-3. Para colmo, Fernando, ya en el banquillo, vio la cartulina roja y se encaró con los árbitros. Pueden caerle varios partidos. La campaña será dura, por si alguien lo había dudado. El Sevilla queda a dos puntos del descenso en la jornada 23ª.
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