A Mendilibar se le acaba el crédito

El de Zaldívar renovaría por un año y con la oportunidad de empezar el proyecto desde cero esta temporada. Las expectativas eran altas, puesto que si en cuatro meses hizo lo que hizo… ¿Cuánto bien podría traer al Sevilla? Lo cierto es que en fútbol nunca se sabe, que se lo digan al propio Mendilibar, pero el arranque del equipo blanquirrojo esta temporada provoca escalofríos. Es pronto, no está el equipo enjaretado, sí, pero estos condicionantes también azotan al resto de equipos de LaLiga, los cuáles sí han puntuado en mayor o menor medida.

Y es que el cero es un número muy doloroso , más si va acompañado de un último puesto en solitario. Se trata del peor arranque del Sevilla en toda su historia, nunca había arrancado un curso acumulando tres derrotas. Incluso el año pasado, temporada horribilis, el conjunto hispalense había sumado un punto a estas alturas. Bien es cierto que, tal y como dijo Rakitic tras el partido ante el Girona, este equipo «no tiene que ver nada con el del año pasado. El año pasado arriesgábamos, ahora hacemos muchas cosas bien ». Hay que reconocerle a Mendilibar que sí, que su equipo ante el Girona hizo muchas cosas bien, pero que todo lo que pudo salir mal, salió mal. Algo lógico si enfrente tienes a un equipo de garantías como es el Girona. Un conjunto con recursos que aprovechó las oportunidades que tuvo y al que le acompañó la suerte en el gol anulado de Rakitic . También se puede hablar de que la actuación de Gil Manzano no fue la más acertada, sus decisiones afectaron a la moral sevillista que últimamente es demasiado endeble.

Pero todo esto no debe distraer de lo verdaderamente importante, y es que este Sevilla es demasiado básico. Los de Mendilibar dejan demasiados agujeros y espacios atrás, mientras que la solidez en el mediocampo es, prácticamente, inexistente. Hay que reconocer la insistencia en el ataque, buenos centros que no encuentran rematador. Una fórmula que durante el curso pasado funcionaba y que ahora no es suficiente para ganar los encuentros. No se puede decir que el Sevilla no esté siendo goleador , puesto que en tres partidos ha marcado seis tantos, el doble que el año pasado a estas alturas. No obstante, los goles en contra ascienden a ocho, tres más que en el curso anterior.

El modelo de presión alta que plantea Mendilibar requiere tener una defensa adelantada, una táctica arriesgada que requiere de jugadores solventes y con físico en defensa. Ahora mismo, el Sevilla no cuenta con estas características para poder cumplir con esto, de ahí que cualquier llegada al área sea una ocasión clara de gol en contra. Y a esto le sumamos que arriba no hay nada de juego entre líneas , sólo hay centros esperando un rematador, un juego previsible que luce por su simpleza.

El estilo Mendilibar es simple, pero debería ser tan básico. El entrenador cuenta con un bagaje que pide paciencia y también pide fichajes. Con la plantilla actual del Sevilla no hay para más , ya lo demostró ante el Girona. El equipo fue intenso, perseverante en la lucha pero ineficaz en lo futbolístico. Es hora de incorporar sangre nueva que aporte ideas y nuevos recursos para cuando el plan A no funcione, haya otro plan de actuación.

Las mejores sensaciones del partido ante el Girona la dejaron, precisamente, dos nuevas incorporaciones: Adrià Pedrosa y Djibril Sow. Sin ser determinantes, los jugadores mostraron parte de lo que tienen que aportar a este Sevilla. El catalán se puso el mono de trabajo y supo suplir sus carencias defensivas con su velocidad, también estuvo presente en el ataque y no se echó en falta a Acuña. Por su parte, Djibril Sow cuenta con un juego dinámico y vertical, tal y como prometió es un box to box. No funcionó ante el Girona en el doble pivote junto a Rakitic, pero una vez que se recupere Fernando, Sow va a aportar mucho al centro del campo. Se le vio calidad en los pases y visión del fútbol de mediocampo hacia arriba.