Sevilla - Manchester City: Otro monstruo, la misma pesadilla (0-4)

El encuentro comenzaba con el plan inicial de ambos entrenadores ejecutándose de forma muy distinta. El conjunto visitante se mostraba dominador con el balón, como acostumbra desde que Pep Guardiola es el máximo responsable del equipo inglés, mientras que el Sevilla intentaba estar más armado que contra el Barcelona, que era la idea inicial de Julen Lopetegui con el sistema en el que Isco ocupaba el 'falso nueve'. A medida que fueron transcurriendo los minutos, esas diferencias se hicieron más evidentes y el cuadro sevillista era incapaz de mantener el esférico durante más de unos segundos. No tener referencia arriba para desahogar al equipo cuando recuperase el balón no le vino bien y el equipo inglés se convirtió en el dueño y señor del terreno de juego de la meta de Bono, aunque sin grandes ocasiones, pero se intuía que el tanto de los de Guardiola no tardaría en llegar. Y así fue. En el minuto 20, un pase a la espalda de la defensa, en el primer despiste de la zaga blanquirroja, y Kevin de Bruyne, uno de los mejores pasadores del mundo, no iba a desperdiciar su oportunidad de poder asistir a Erling Haaland, que remató el envío del internacional belga a placer en el segundo palo.

A pesar del duro varapalo, los sevillistas ni bajaron los brazos ni cambiaron el plan inicial de un Lopetegui que asistía ensimismado desde el banquillo como se repetía el guion del pasado sábado, en el que el Barcelona se adelantaba en el marcador en el mismo minuto. El Sevilla consiguió resistir ante un Manchester City que parecía no querer buscar con ahínco la meta de un Bono que no tuvo que hacer ninguna parada meritoria en toda la primera mitad, y así se iban los equipos al descanso.

En el intermedio, Julen Lopetegui quiso dotar de mordiente a su equipo e introdujo en el terreno de juego a Rafa Mir y a Joan Jordán en lugar de Rakitic y Delaney . Así fue como el Sevilla FC se marchó al ataque con multitud de centros laterales que no encontraban rematador. En un despiste de la zaga sevillista, los dos mejores atacantes del Manchester City, De Bruyne y Haaland, consiguieron quedarse ante Carmona, que estaba cuajando un gran partido, y Nianzou en el que el capitán visitante se plantaba solo ante Bono y ajustaba su disparo a la derecha del meta marroquí, que hacía una de las grandes intervenciones de la noche para evitar el segundo gol de los de Guardiola los dos minutos de reanudarse el partido. Pero los ingleses no se iban a conformar con eso y tras un error de Joan Jordán en la entrega, Bernardo Silva lanzaba una contra que entre él mismo y Foden, que no estaba creando mucho peligro hasta el momento, el extremo británico caracolease en varias ocasiones a Gudelj , para ajustar su tiro a la base del poste izquierdo de la meta sevillista y ampliar la diferencia en el marcador. Ese tanto sentó como un jarro de agua fría tanto en los jugadores como a los aficionados nervionenses, que en el algún rincón de su alma guardaba un resquicio de esperanza de que su equipo pudiera hincarle el diente a uno de los mejores conjuntos del panorama europeo.

Con el partido roto, las diferencias fueron todavía más notorias. Los extremos del equipo británico podían correr a sus anchas a la espalda de la defensa sevillista, cuyos laterales atraviesan un estado de forma físico horrible. A la contra también fue como llegó el tercer gol de los visitantes, los de Guardiola salían en estampida para que Foden pusiera a prueba a un Bono que es de los pocos que se salva del pésimo arranque de temporada del Sevilla FC. Repelió el meta blanquirrojo, y Haaland esperaba con la caña para hacer el segundo de su cuenta y el tercero de los de Guardiola .

El entrenador del Sevilla FC intento cambiar la cara de su equipo con varios cambios de hombres y de sistema, pero nada le salía a lo atacantes sevillistas, que veían como los pocos acercamientos que conseguían realizar a la meta de Ederson, eran desbaratados por la zaga visitante. Ya en el alargue se propició el cuarto gol de los ingleses, al rematar el central Ruben Dias un balón raso desde la banda derecha que sentó como una puñalada en el corazón de Nervión, que hasta entonces no había dejado de animar y alentar a los suyos. Ese tanto propició los cánticos hacia el presidente de la entidad y los abucheos al final del partido hacia unos jugadores que quedan muy tocados pase lo que pase en el futuro próximo con el técnico sevillista, Julen Lopetegui, que sigue sin dar con la tecla.