Sevilla - Lille: Dos finales para evitar un descalabro (1-2)
El Sevilla se pega otro tiro en el pie en la Champions y es colista a falta de dos jornadas en las que depende de sí mismo
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Iniciar sesiónDerrota horrible. Decepcionate, como el devenir (por ahora) del Sevilla en esta Champions . A falta de dos jornadas, los de Lopetegui son colistas de su grupo. La clasificación está más que comprometida. Y eso que el sorteo de la liguilla fue ... amable en su momento. No deparó «cocos» para el cuadro blanquirrojo, señalado por todos a priori como el gran favorito para meterse en octavos. Ficción. Este Sevilla de Lopetegui luce su peor cara y todos sus defectos en la bonita competición de las estrellas. Lo único positivo son las cuentas: el Sevilla depende de sí mismo para clasificarse. Ganando al Wolfsburgo en casa y al Salzburgo en el Red Bull Arena en la última jornada, los nervionenses estarán en la siguiente fase sin hacer más números. Ahora, el derbi.
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El análisis es amargo. Nada tiene que ver con la cara ganadora que el Sevilla ofrece en LaLiga y en el Sánchez-Pizjuán particularmente. La Champions se le ha indigestado. A su entrenador y a los propios futbolistas, acelerados e incómodos en el hábitat continental. El Lille plasmó una intensa puesta en escena, exigiendo al Sevilla, metiéndole velocidad al juego con los Weah, Ikoné, David y compañía. Eléctricos todos. El grupo de Lopetegui supo responder de inicio y adelantarse incluso en el marcador. Un rebote fatídico entre dos futbolistas franceses desató la carrera de Suso. El gaditano entró hasta la cocina. Allí encontró solo a Rafa Mir, pero el latigazo del delantero fue repelido en primera instancia por Grbic. Como un purasangre, rapidísimo, recogió el rechace Lucas Ocampos y alojó la bola en la jaula. 1-0. El Sevilla cobraba ventaja al cuarto de hora. Ocampos , renacido: dos goles en dos partidos tras haber estado seis meses sin marcar.
Todo pintaba de dulce. Pero nunca se amilanó el campeón de Francia. Le contestó al Sevilla con rabia. Y forzó también sus errores y cierto desquiciamiento. Bamba, con un disparo seco, puso a prueba a Bono para ir avisando. Y luego apareció la desafortunada figura del partido en clave sevillista: Thomas Delaney . El danés es tan bueno con el balón como desconcertante sin él. Se llevó por delante a Jonathan David dentro del área, aunque hubo fortuna en la interpretación arbitral y la revisión del VAR lo libró del castigo de la pena máxima… contra todo pronóstico. Pero Delaney volvió a tentar a la suerte y a la segunda consiguió torpedear a su equipo. La acción del centrocampista fue realmente absurda. Innecesaria. El balón andaba muy lejos. Sin lógica explicación, el sevillista le propinó un manotazo en el rostro a Bamba y esta vez la revisión del videoarbitraje castigó el lance con penalti. Horrible el ex del Dortmund. David ejecutó a Bono desde los once metros, ajustando bien al palo, y elevó el 1-1 al marcador.
Inexplicable la actitud de Delaney, al que ya expulsaron contra el Espanyol por aplaudir a González Fuertes. Y no menos difícil de entender las concesiones de un Sevilla que ya había cometido tres penaltis en la primera jornada de Champions ante el Salzburgo y que ayer regaló otro más. Demasiados plomos al pie en una competición como ésta. Antes del descanso, el Lille casi hace el segundo. Lo evitó Bono anticipándose a Ikoné en una gran intervención del marroquí.
El paso por vestuarios no mejoró la escena. Sólo sirvió para preceder la tragedia deportiva. Lopetegui nunca leyó lo que se le venía encima a su equipo. En la reanudación, el Lille acorraló pronto al Sevilla y le dio la vuelta al partido. En una larga jugada elaborada, Çelik estrelló su lanzamiento en el poste e Ikoné estuvo atento para cazar el rechace y anotar el 1-2. Terrible. El balón circuló por toda la terraza sevillista sin que nadie hiciera nada. Señalados todos. El triple cambio de Lopetegui, metiendo en el campo a En-Nesyri, Jordán y Lamela, tampoco arregló el entuerto. Ni eso, ni la posterior salida de otro revulsivo como Munir. Para colmo, Navas acabó lesionado y estar en el derbi se le vuelve utópico. La Champions se atraganta. Sólo queda ganar y ganar. Al Wolfsburgo en Nervión y al líder Salzburgo en Austria.
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