Sevilla - Getafe: Pero qué mérito tiene esta gente (1-0)

El Sevilla supera al Getafe con el tanto de Rafa Mir tras una gran jugada de Ocampos desde la derecha y sigue la estela del líder

Lopetegui: «El Sevilla por lo único que pelea es por los tres puntos en cada partido»

Sevilla - Getafe: resumen, resultado y gol (1-0)

Los jugadores del Sevilla celebran el tanto de la victoria ante el Getafe EFE

Aficionado sevillista: no hay nadie que lo haya vivido. Ni usted, ni nadie en Nervión. Este Sevilla, el que ha aprendido a superarse con cada golpe en forma de lesión, firma en estos momentos la mejor puntuación de sus historia tras 20 encuentros, ... con 3 puntos más del que estuvo en la 2006-07 luchando por el título de liga hasta el final, y 2 más del que se llevó en la 2016-17 los elogios continuados con Sampaoli regalando ilusión en una buena parte de la temporada. Lo que está haciendo este Sevilla es de traca, complicadísimo, con 44 puntos en el bolsillo tras disputarse 60 y con la inercia de un equipo ganador. El Sevilla vive en el triunfo, y a sus futbolistas, juegue quien juegue, se les ha puesto cara de gladiadores, de jabatos para luchar hasta el final y vaciarse los pulmones.

Ayer, con lo justo, con el equipo tocado por numerosos contratiempos, el último, con la lesión de Koundé en la primera parte, el cuadro de Lopetegui se defendió con esfuerzo y arañó otros tres puntos ante un Getafe que había llegado a Nervión con aires renovados tras la mejora con Quique Sánchez-Flores.

La imagen de Ocampos empujando arriba por la derecha, y la de Acuña, desde la izquierda, amargando cualquier idea de remontada del rival, conforman buena parte del diccionario sevillista. Aquí no se rinde nadie. Desde que el colegiado, Martínez Munuera , pitó el inicio del encuentro, los sevillistas le metieron un punto más al mismo con una mayor intensidad y con los azules corriendo detrás del balón. La carta de presentación fue la idónea. Montiel se asomó arriba en el minuto 3, y Rafa Mir, con un buen cabezazo, probaría poco después con un gol que sería bien invalidado por fuera de juego. El murciano parecía flotar. A un delantero es fácil verlo disfrutar. Por cómo corre, por cómo se entiende con sus compañeros, por cómo busca los espacios. Todo eso fue ayer Rafa Mir. Es la manera de explicar cómo llegó su gol, a la postre, el que le dio los tres puntos al Sevilla, tras marcar de tacón una jugada muy buena de Ocampos desde la derecha. El murciano se adelantó al defensa y remató como sólo saben hacer los que huelen el gol. La carrera de Rafa Mir antes del gol fue perfecta, casi tanto como la que hizo Ocampos para irse de dos rivales con potencia y con la capacidad para mirar antes de centrar. La espectacular jugada, con la asistencia y el remate, sorprendió a todos, incluso a David Soria, que se quedó anonadado. El tanto a favor del Sevilla cambió el guión que había preestablecido el entrenador del Getafe, y le pidió a los suyos que apretaran más arriba. Quedaba un mundo, 65 minutos, pero el recorrido para el Sevilla se puso muy a su favor, con más espacios, y tratando de rematar al rival con alguna jugada de estrategia.

Sin embargo, y en el lanzamiento de un córner, lo que le traería al Sevilla sería un buen dolor de cabeza con la lesión de Koundé tras saltar y caer de espaldas. El francés se quedó en el suelo unos minutos, y cuando se levantó, fue para cojear y mostrar que el problema era importante. Lo intentó de todas las maneras posibles. No hubo nada que hacer y tras el descanso, saldría Gudelj para sustituir al francés y tratar de darle aplomo a la defensa sevillista. Lo que vino después fue trabajo, mucho trabajo por parte de los de Nervión, apretando la salida de balón del Getafe, y con muchas ocasiones para sentenciar el partido. Con Rakitic también en el terreno de juego, que había entrado por Oliver Torres en el minuto 62, el Sevilla siguió buscando la meta de David Soria. Primero, Papu; después Diego Carlos; más tarde Ocampos... Los sevillistas se gustaban; la hinchada, disfrutaba, y el Getafe se desesperaba ante el aplomo de los locales. Fernando, que también dio un susto al dolerse de su tobillo, puso la brújula y se jugó a lo que quiso. Después, con el derbi ya en el horizonte, se llevó el balón donde quiso y dejó que fueran los visitantes los que corrieran sin criterio ninguno. Otro partido más. Otros tres puntos más. Pero qué mérito tiene esta gente.

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