El Sevilla compra su décimo para la lotería de la Supercopa de Europa
Analistas al servicio de Mendilibar desmenuzan a nivel interno la fallida tanda del City en la Community Shield y desempolvan la colorada capa de superhéroe con guantes en caso de que la gran final se decida en la tanda definitiva
La UEFA suprimió en junio la prórroga de dicha contienda, por lo que si en transcurso del tiempo reglamentario no existe un vencedor, habrá que decidir directamente con el uso de la pena máxima
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Iniciar sesiónTodo o nada. Si el punto de penalti es un astro redondo, un púlpito condenatorio, no es porque conceda segundas oportunidades. Porque todo lo que vaya regrese en caso de que las cosas no vayan bien. La gloria sólo está reservada para quienes ... no les tiembla el pulso, o les tiemble pero aun así acierten, porque del campeón al subcampeón a veces sólo hay un fallo de distancia. O una mano salvadora. Una que coloca a un equipo en los más ilustres altares mandando otro directamente al eterno callejón de la nostalgia. Tiene ante sí el Sevilla otra cita con su propia historia tras haber soñado despierto en Budapest por séptima vez, levantándose del momento más complejo a todos los niveles de la última década. Fue Montiel con su gol quien hizo estallar de júbilo al sevillismo, pero antes fue Bono quien se vistió de superhéroe para entregarle, plateada y reluciente, otra Europa League a las entrañas de Nervión. La misma que le da el billete directo para jugar la final de la Supercopa de Europa el miércoles 16 de agosto en la ciudad griega de Atenas.
Si de algo se está caracterizando el año 2023 en clave sevillista es por la absoluta capacidad de resistencia que ya ni sorprende a la propia afición, fiel testigo de un equipo que antes de ayer tenía un ojo pendiente del precipicio y otro para una guerra accionarial que no ve el final, sumado al doloroso divorcio con Monchi. La resiliencia ha llegado para quedarse entre las paredes de los cuatro elementos de Nervión, al que también le aparece uno que todo el mundo comprende aunque nadie se lo explique: porque el sexto elemento del equipo sevillista es la suerte. Pero no la que aparece por la calle como pudiera ser un billete: la que se persigue masticando horas de trabajo , la suerte de los valientes, para que cualquier contrario acuñe con ese mismo concepto lo que en el club nervionense apodan simplemente como resultado de su trabajo. Por eso la torre vigía que dirige Mendilibar anda desde hace ya varias semanas escudriñando con lupa cada plan del Manchester City, cada once, cada braceo de Pep Guardiola, con más atención si cabe a todos aquellos planteamientos que se deciden en una distancia de once metros, para tratar de apurar todas sus opciones y por qué no, soñar con una octava ola de sevillismo en la ciudad esta misma semana.
¿ Cómo se reduce el azar de algo que no puede medirse , porque es imposible recrear fidedignamente el caldeado ambiente que se presenta en toda una superfinal europea, unido a la tensión del momento para los protagonistas y los impredecibles nervios de los lanzadores y guardametas? Lo cierto es que no hay ningún tipo de herramienta decisiva, al menos no conocida, como la Inteligencia Artificial, que sirva de éter por el que dejar fluir cualquier energía positiva como para saber dónde se va a tirar el siguiente. Pero sí viene trabajando el conjunto nervionense, a través de sus profesionales más especializados en dicho apartado, para tratar de atar todas las posibles combinaciones que tengan como resultado el éxito. No sólo se busca rebajar el sino con el fin de superar al arquero citizen, que apunta a ser Ederson, sino que también trabaja con los cancerberos, Bono y Dmitrovic, para que conozcan a ciencia cierta a qué lado suelen tirar cada uno de los posibles lanzadores, dejando además libertad en que sean ellos mismos quienes decidan en última instancia hacia qué lado tirarse, y también partir de algún que otro truco de ilusionismo para recordar qué adversarios suelen cambiar de opinión respecto a su lanzamiento estándar. Y acertar en un segundo imperando la ley de los más básicos instintos.
Claro está que para llegar a la postrera ronda de lanzamientos de penaltis, antes el Sevilla debe haber hecho y muy bien sus deberes para aguantar durante el tiempo reglamentario a todo un vigente campeón de la UEFA Champions League . Máxime cuando los blanquirrojos vienen de perder en su estreno liguero ante un Valencia sacando la peor versión desde que Mendilibar está al mando (1-2). Pero es precisamente en estas ocasiones cuando los sevillistas son más peligrosos. Justo cuando parecen más vulnerables. Sabe el cuerpo técnico que lidera el de Zaldívar que sólo una mala noche de los avezados blues en las dos áreas puede brindarle el aire necesario para llegar vivos, pero lo que es profundamente conocedor el equipo de profesionales cercano al propio Mendilibar es que los campeones no tienen por qué ser siempre invencibles.
Lo sabe bien un City al que el Arsenal de Arteta, otrora mano derecha del propio Pep, le acabó tumbando la opción de ganar el famoso sextete en Inglaterra en la gran final de la Supercopa inglesa, lo que se conoce a nivel mundial como Community Shield , cuyo compromiso se celebró en Wembley hace una semana . Pasado el minuto 100 de partido, el cuadro gunner igualó el tanto de Akanji por medio de un disparo de Trossard que acaba dando en un defensa del City e introduciéndose en la portería, condenando la cita directamente a los penaltis al no haber ninguna prórroga que disputar. Una circunstancia exactamente igual para este concluyente enfrentamiento que obliga a los sevillistas a mirar con atención esta ancestral forma de desempate, después de que la UEFA suprimiera en junio los dos espacios extra de tiempo que anteceden a la tanda. La prórroga de toda la vida. Por lo que el factor psicológico es un asunto fundamental a abordar de cara a este día marcado en rojo para el sevillismo.
A la espera de que Mendilibar decida si el marroquí debe volver a enfundarse los guantes para la Supercopa de Europa, o darle la alternativa al serbio Dmitrovic, no está de más recordar cómo fue precisamente el magrebí quien tiró de ingenio con su selección meses atrás para dejar fuera del Mundial en octavos a la España de Luis Enrique, que fue incapaz de marcarle un penalti al portero nervionense. Desveló Bono en una entrevista en Dreamers cómo Unai Simón y el internacional sevillista charlaron antes de la hora de la verdad, y la conversación es capaz de explicar lo que sucedió después: «Unai Simón tenía en la mano una lista con nuestros jugadores y dónde suelen lanzar. Me dijo: "Voy a dejar el papel detrás de la portería. No lo toques". Le dije: «No te preocupes. No lo voy a tocar. Pero escóndelo bien», subrayó Bono, antes de contárselo a Sabiri, que fue quien le dio el primer hachazo al combinado español en Qatar en la gran rifa. Aguardará estos días el Sevilla en Atenas habiendo sacado ya su billete para la lotería más esperada. En juego siempre estará la suerte de los valientes.
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