Sevilla - Celta: La garra no se negocia (2-2)

El Sevilla empató con los goles del Papu y Óliver un encuentro en el que el Celta se había puesto 0-2

Papu Gómez celebra su gol J. M. Serrano

El Sevilla tiró de lo que le hace especial, la garra, justo cuando en el Celta parecían ya saborear el triunfo, y se quedó con un punto. A priori, antes del partido, el empate sólo podría traer desagrado, pero luego, tal y como se puso ... el encuentro, con un 0-2 en el descanso, el resultado no se puede dar por malo, todo lo contrario. El equipo nervionense, liderado por un gran Papu, que entró en la segunda mitad, respondió con el golazo del argentino, y otro de Óliver para seguir imbatidos en LaLiga como local.

El Celta, con poco, con los movimientos memorizados del centro del campo hacia delante, y a pesar de que en un principio trató de quedarse con el balón, optó descaradamente con el paso de los minutos por buscar los errores del Sevilla. Y así le fue bien. Perfecto, diría un Chacho Coudet tan satisfecho como ilusionado, al menos en una primera parte que terminó con un 0-2 en el marcador tras los goles de Cervi y Aspas. La primera gran ocasión del duelo, sin embargo, llevaría el nombre del Sevilla con hasta tres disparos en apenas unos segundos. Ocampos, Acuña, y Corona, que comenzó en la izquierda y luego se desplazó a la derecha, probaron la fuerte defensa del cuadro gallego. Pero no salió bien, y el Celta respondería con una acción por la banda para batir a Dmitrovic. El gol llegó en un visto y no visto. Mientras que el Sevilla se esmeraba en controlar el juego, los celestes, con apenas tres pases, hacían daño, mucho. Para más inri, y cuando la afición trataba de animar a los suyos para busca el empate, llegaría el segundo tanto del Celta, en este caso de un inteligente Aspas.

El Sevilla, en la segunda parte, y tras una pequeña revolución en forma de cambios (entraron Óliver Torres, Papu Gómez e Iván Romero por Rakitic, Fernando y Rafa Mir, respectivamente), trató de meterle más intensidad al duelo para buscar el gol cuanto antes. El Celta no cambió el guión, y a punto estaría de hacer el tercer tanto si no llega a aparecer Diego Carlos in extremis para quitarle el balón a Santi Mina cuando ya se iba sólo a por Dmitrovic. El Sevilla tiró de corazón porque fuerzas ya no le quedaban. Y ahí apareció el Papu Gómez para hacer un golazo en el minut0 70 con un disparo con la zurda que se coló por la escuadra.

El Sevilla se activó ipso-facto. Con Gudelj, que entró por Corona, lesionado desde la primera parte, el equipo nervionense rehizo sus líneas y se fue a la lucha con todo. Apenas un minuto después, en el 73, y de nuevo con Papu llevando la batuta, sería Óliver Torres el que haría el segundo gol, el tanto del empate. También el extremeño, en el 80, volvería a intentarlo, en esta ocasión con un remate de cabeza que se fue al palo. El Sánchez-Pizjuán era una caldera. Pero no hubo tiempo para mucho más. La garra dio para lo que dio.

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