El Sevilla alcanza su séptima final de la Europa League y se medirá a la Roma en Budapest

Es verdaderamente complejo resumir la cantidad de acciones que pudieron desequilibrar, de un lado y otro, pero especialmente a favor de los de Mendilibar , en un choque que tuvo absolutamente de todo ante una Juventus desbordada de inicio a fin. Desde ocasiones variadas de Ocampos o Bryan Gil, hasta un penalti que debió ser señalado por la patada de Cuadrado a Óliver Torres que pudo poner la primera piedra en forma de gol. Pero no fue así.

Fue en el segundo tiempo cuando Vlahovic ingresaba en el terreno de juego y era el encargado de poner a la Juventus por delante en el marcador. Algo que levantó el orgullo de los sevillistas, que gritaron cada paso de Suso antes de que el gaditano apretase el gatillo de su zurda y sacara a pasear ese disparo caletero por el que suspira aún Szczesny. Por si fuera poco, la locura se instalaba por medio del golazo de Lamela, que previa asistencia de Bryan Gil, envolvía de furor Nervión ya en el tiempo de prórroga.

De esta forma, el Sevilla viajará en calidad de local, según el calendario que ofrece la UEFA, hasta el estadio Ferenc Puskas de Budapest a finales de mayo para medirse el miércoles 31 de mayo a la Roma de Mourinho, que acaba de eliminar al Bayer Leverkusen en el tiempo reglamentario gracias al resultado de la ida en el Olímpico de la capital italiana (0-1 en el global). Por lo que el conjunto nervionense se encuentra de nuevo ante la posibilidad de hacer historia en la que será su séptima final de la UEFA Europa League. Las seis anteriores las ganó todas y no hay ninguna persona en Nervión dispuesta a romper esa estadística.