Un Sevilla en clara progresión ascendente

Semana convulsa la que está viviendo el Sevilla después de perder el primer partido de liga en Pamplona. Aquella derrota, seguramente, le haya servido al equipo de acicate y se muestre implacable de aquí a junio. La desafortunada actuación arbitral en el primer partido de liga (todos cometemos errores) provocó que un Pepe Castro cabreado bajara al túnel de vestuarios de El Sadar. Este hecho no ha pasado por alto en La Liga y Pepe ha sido sancionado. Espero que el castigo no sea muy duro y pueda ponerse pronto a las órdenes de Julen. Del Bayern llegó el cuarto refuerzo, un Tanguy Nianzou que ha pasado a llamarse «el negro», por muchos jugadores negros que tenga el Sevilla y por muchos nombres que le pusiera su mare.

El fichaje del francés le ha costado al Sevilla alrededor de 20 millones de euros y el conjunto bávaro se guarda una opción de recompra de 55. Quiero pensar que este jugador se adaptará rápido, que superará el rendimiento de Koundé, que la antena del televisor del director deportivo del Bayern no pillará señal de España, por tanto el club alemán no lo recomprará, que cumplirá los 5 años de contrato que ha firmado, que renovará por otros 5 y que se convertirá en leyenda del sevillismo de tal calibre que la grada de animación de gol norte pasará a llamarse la peña Nianzou-Nianzou. También ha habido tiempo para un nuevo sustito en la enfermería. Tecatito tuvo que salir en ambulancia del último entrenamiento. El mejicano va a estar de baja entre 4 y 5 meses, pero estoy convencido de que le vendrá bien descansar para volver aún más fuerte. Esta lesión dará un vuelco a su carrera y el bueno del Tecatito volverá siendo mejor jugador de lo que era antes, destapándose como un gran goleador y consiguiendo el trofeo pichichi durante tres años consecutivos. No hay mal que por bien no venga.

El rival, de los mejores posibles para conseguir los tres puntos, un Real Valladolid recién ascendido y capitaneado por Roque Mesa, conocido también por hacer del padre de la familia Adams.

La primera ocasión del encuentro la tuvo Rafa Mir, que llevaba una estadística maravillosa de 1 ocasión - 1 gol y que esta vez la mandó fuera. Insistía el cartagenero, esta vez de cabeza, pero claro, con menos flequillo hay menos gomina y, por tanto, menos adherencia, así que el remate se le fue al Goiko de Eduardo Dato.

Óliver, que hoy era titular, también lo intentaba. Su volea con la pierna izquierda se marchó cerca del poste izquierdo de Asenjo, provocando el famoso 'gouy' de la bombonera de Nervión, cuando una parte del campo ve gol y otra se lamenta por la ocasión fallada.

Los centrales también se quisieron sumar a la fiesta de las ocasiones. Primero fue el debutante Nianzou, el príncipe de Zamunda, rematando de cabeza un centro que se marchó cerca del larguero. Con su 1,90 casi no le hace falta saltar al muchacho. Después fue Rekik el que remató alto. El holandés no coordinó bien su salto, pero bastante tiene con jugar al fútbol con el traje de comandante puesto.

La gran ocasión de esta primera mitad la tuvo en sus botas Rafael Mir. El Papu y Lamela hicieron, con sus pases, que sonara un tango en el Pizjuán y sirvieron un balón de oro a Rafa Mir, que se plantó frente a Asenjo y, desafortunadamente, el portero atajó su disparo. No hay de qué preocuparse, a la próxima estará más acertado y sino hay otro delantero goleador en el banquillo. Cero dudas con el gol.

Los que tampoco están muy acertados esta temporada son los árbitros. El otro día fue el penaltito pitado al Papu Gómez y hoy, sin haber jugadas polémicas, señalaban saques de puerta cuando lo que eran saques de esquina claros. Como sigan así, van a tener que sacar las bolsas de guisantes de la nevera para hacer hueco para tanto árbitro.

El Zamora 21/22 sigue en forma. Bono detuvo un mano a mano a Guardiola, que hizo honor a su apellido y trató de culminar la ocasión con una filigrana en vez de hundir el balón en la red.

La segunda mitad comenzó con una jugada dudosa. A algún sevillón se le tuvo que venir el bocata parriba del susto porque el príncipe de Zamunda le robó un balón a Guardiola en su propia área y el colegiado pudo señalar penalti. Evidentemente, la calidad del defensor sevillón es indiscutible y el árbitro decidió dejar la acción impune. También os digo, si hubiese pitado penalti habría servido de aprendizaje para el joven francés.

En el minuto 65 iba a llegar un momento histórico: el debut de Francisco Román Alarcón, «Isco». El dorsal 22 de El Mudo Vázquez no ha podido tener mejor heredero. De hecho, el de Arroyo de la Miel (que más que su pueblo parece el de Winnie de Poo) en la primera que agarró en la frontal del área filtró un pase para que En-Nesiry hiciese gol, aunque anulado por encontrarse el marroquí en situación antirreglamentaria. Esto demuestra que los delanteros del Sevilla tienen gol, lo que pasa es que no los meten cuando valen. Quitando eso, lo dicho, cero dudas con ellos.

A falta de 10 minutos para el final, el Real Valladolid iba a marcar el 0 a 1 por medio de Anuar. Gran jugada la del chaval y gran definición. No importa encajar goles siempre y cuando sean de bella factura, como este.

A los pocos minutos el Sevilla iba a empatar gracias a una pifia de Asenjo, que no se entendió con uno de sus defensas y el balón le acabó cayendo a Rekik para que la empujara a la red. Julen no tendrá un 9, pero tiene un 4. Qué maravilla cuando hasta los defensas marcan goles.

El fútbol es pasión, por tanto, no se entiende un partido del Sevilla sin una tanganit a. Al borde del minuto 90 se produjo un enganchón entre algunos jugadores sevillones y el banquillo pucelano que acabó como siempre, con Acuña rebrincao y, en esta ocasión, también expulsado. No pasa nada, tampoco le va a venir mal un descanso al lateral argentino. Hay quien dice que esa acción sirvió para enfriar el momento de euforia Sevillón, pero sin ella no habríamos podido vivir el precioso ambiente de los silbidos, las protesta y el PÍSALO, PÍSALO .

Los 8 minutos de alargue que concedió el colegiado sirvieron para que el público de Nervión se deleitara con la picardía y las pérdidas de tiempo, así como con los fallos del Sevilla generados por la ansiedad y los nervios.

Final del partido. Empate a uno. Primer punto de la temporada para el equipo de Lopetegui. Un partido plagado de ocasiones ante un difícil rival, porque los recién ascendidos son más peligrosos que cualquier otro equipo. El aficionado sevillón debe estar contento porque, de seguir esta progresión de puntos (derrota-empate), en el siguiente encuentro toca conseguir los 3 puntos. Bueno, aunque pensándolo bien, es contra el Almería, otro recién ascendido. ¡Uf! Esta liga es muy complicada, pero no tengo dudas de que la acabaremos ganando.