Sevilla - Cádiz: Esta lluvia viene bien pa que se asiente el albero

Con estos condicionantes no extraña que antes del minuto cinco el Sevilla se pusiera por delante en el marcador. En-un-córner-en-Nesyri-iba-a-marcar-de-cabeza. El marroquí andaba muy necesitado de marcar y encontró el gol tras rematar un córner. Celebraba el 1 a 0 señalándose la A rapada en su nuca, seguramente dedicándomelo a mí: Alfonso Ramos. Gracias, morito, yo también te quiero.

El partido iba a convertirse en el club de la comedia porque el monólogo del Sevilla era continuo, pero iba a interrumpir el espectáculo un disparo de Lucas que repelió Bono de manera espectacular. Mi portero debe ser un agente secreto con licencia para parar. Pónganle un cóctel agitado, no removido. Es Bono, James Bono. Para balones imposibles y ni se despeina, el joío.

El Cádiz lo intentaba con sus armas. Por la derecha lo intentaba, una y otra vez, un insistente Akapo, un mulato con cara de blanco. Es decir, que parece un blanco untao en betún. La defensa sevillonase tenía que poner el traje de faena para repelir los ataques cadistas.

Acababa la primera mitad con sonido de viento en las gradas del Pizjuán. Estamos en un punto de la temporada donde la gente se permite el lujo de expresar que no le satisface del todo esta manera de ganar. Unos silbidos que expresaban la disconformidad con el pasito atrás que da el Sevilla cuando se pone por delante en el marcador. Que alguien le regale a Lopetegui el single de `María´, de Ricky Martin: un pasito palante, miarma.

Si estuviésemos en el recinto ferial y el Sevilla fuera mi colega ya le habría dado un benadón pa que deje de tambalearse por el terreno de juego. Otro remate de Lucas en el minuto 50 iba a hacer que los sevillones apartasen sus bocatas de la boca para volver a silbar a modo de protesta.

Lopetegui movía sus párpados, pero también el banquillo. El Tecatito y Delaney sustituían a Rakitic y Lamela. Una de las pocas intentonas del Sevilla llegaba por un arreón de Koundé. El pelopo franchute recuperaba el balón en propio campo, iba a galopar todo el campo del Cádiz hasta meterse en el área e iba a caer ante la entrada de un Fali que le chillaba al oído como cantándole un fandango.

Corría el minuto 65 cuando Yoán Yordán iba a dar un pase fallido en la salida de balón para luego hacer una falta incomprensible a unos metros del área. Lucas, que es perro viejo, iba a marcar de falta directa tras un golpeo perfecto. Mi James Bono poco pudo hacer ante tal golazo.

El gol cadista iba a hacer que el Sevilla vagara por el campo como esos chavales enchaquetados por el ferial a las 6 de la madrugada. El equipo intentaba llegar al área rival, a duras penas, dando cambayás , apoyándose en los postes, sentándose en el bordillo mirando al suelo, oliendo a Zotal.

Lopetegui iba a agotar todas las opciones. Iván Romero, el canterano, entraba al terreno de juego por un Navas con los topes puestos, mermado por una cartulina amarilla. El equipo jugaba un viernes, pero pareciera que jugaran el viernes siguiente, tras una feria.

La grada iba a explotar cuando al borde del minuto 90, En-Nesyri perdía un balón tonto en medio campo. Creo que la gente no protestó la acción en sí. Fue una manera de demandar un delantero centro de los de antes. Un jugador de ataque con calidad, que sepa jugar de espaldas y que se asocie bien con los compañeros. Ah, y que tenga gol.

El partido fue decayendo como una noche de feria cuando ya se ven las claritas venir. Ni buñuelos, ni churros, ni un mísero bocata de Carlos y Jose se pudo comer el Sevilla en los últimos minutos. Cansado y hambriento llegaron los sevillones a casa, sin ser capaces de ganar a un Cádiz ramplón.

¿Queda mucho para que acabe la liga?