Real Madrid - Sevilla: Suspenso en la transición (3-1)
Reanimó el gol de Lamela a los de Sampaoli cuando asomaba la victoria blanca, pero los errores defensivos del equipo siguen siendo una constante inexplicable
El Sevilla se mantiene con diez puntos en la 14ª posición de LaLiga Santander, a falta de que se disputen el resto de partidos de la jornada
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Iniciar sesiónNo acudió a clase el Sevilla cuando enseñaron aquel período extraordinario de nuestra historia que nos ayudó a entender cómo nos hablaba el ataque y la defensa con el lenguaje democrático que induce la pelota. Perdido en la transición y obcecado ... en sus reiterados errores, el cuadro sevillista empató inicialmente el gol de Modric por medio de Lamela, pero no supo mantener la concentración todo lo que se requería y acabó sucumbiendo. En dos minutos, Lucas Vázquez y Valverde firmaron un engañoso resultado que deja un trasfondo complejo en lo táctico y resulta inasumible en lo emocional : son diez puntos en el casillero liguero tras once jornadas.
Octubre lluvioso en Madrid. Un tipo sevillano, no demasiado alto, pero valiente al fin y al cabo, camina silencioso por Chamartín un sábado noche. Se pasea con una gabardina roja tirando a burdeos y responde al nombre de Sevilla. Se calza las botas, calienta sobre el césped y esa noche piensa que será la suya. La de poder trasladar lo aprehendido a través de una pizarra mal escondida. Pero en el minuto cinco, un brasileño llamado Vinicius instaura su orden , vertical y perspicaz, encarando a un Montiel debilitado por la agilidad superior de su contrario. La herida no es menor cuando Modric deshilacha la línea defensiva sevillista gracias a la primera aparición de espacios que termina con gol local. Al igual que contra el Valencia, un nuevo rival borra lo escrito y trabajado en cuestión de segundos. ¿Era o no era el fútbol un deporte de espacios bien aprovechados?
Y es que Sampaoli repuso el muro que se fue imbatido de Son Moix con Gudelj y el recuperado Marcao. Sea a medio o a cuarto de gas, sigue siendo este último la piedra angular por la que intenta estabilizar su pulso este Sevilla. La gran problemática sigue siendo generar arriba : hombres primero y ocasiones, después. En ese orden. Y preocupa más ese interrogante futuro de esta circunstancia que cualquier derrota a estas alturas. Entretanto, Lamela roza el suspiro internándose en el área y siendo objeto de un contacto riguroso. Nada. Como nada susurraron los cientos de sevillistas que entraron por la puerta 47 del Bernabéu y se dieron dos codazos cuando Alaba, mitad potencia, mitad efecto, casi ponía el 2-0 con una falta directa de asombrosa ejecución.
El éxito del Real Madrid más potente en lo ofensivo sí hay quien lo explique: todos bajan cuando es necesario y todos se prestan a recibir cuando es menester. Llámense Vinicius, Rodrygo o Valverde. La movilidad es un clamor cuando se comparan ambas entidades. Joan Jordán vio la amarilla tras pagar el peaje que Óliver denunciaba con otra pérdida de balón. Y Montiel fue expulsado del comité de ética barriendo a un Vinicius que también hay que decirlo, puede marcharse a día de hoy hasta de su espejo. Hasta el final del primer acto, Modric estuvo muy cerca de batir a Bono con otra imprecisión defensiva, y luego es el noveno mejor portero del mundo, el mejor seguro para los sevillistas, quien le desbarata el esférico a Vinicius. Navas haría el único tiro a portería antes del intermedio. Significativo.
Una reacción pírrica
Juega este Madrid con la pelota que es su peligro. Y no es una frase escogida al azar, porque los de Ancelotti dan la impresión de que cuando la tienen, puede pasar cualquier cosa. Por esa sensación ingrávida orbita su confianza. De tanto jugarle de tú fue el Sevilla quien comenzó a comprar ese papel y a rebelarse ante esa densidad sideral que afecta a su atascado ataque. El que mermó, rectificó. Fútbol. Montiel recupera un balón vital , orienta con su cuerpo el carril que corre Lamela y se la pone ahí donde el argentino se siente a gusto: otro golpeo de exterior y otro gol que recoloca el empate y descoloca al Real Madrid. Se la pica a Courtois cual potrero . La importancia de los sectores, que diría Jorge Desio, mano derecha de Sampaoli, en una profecía que cambiaría el partido... sólo un rato.
Otra vez galopaba Montiel con una contra que enseña su mejor cara. Toca para Lamela y el goleador ajusta demasiado. Entran José Ángel para resistir y Papu para estirar. Un oxímoron colorao como es este equipo, que en su insondable manía de tener al sevillismo atento hasta el final, le da la vuelta a todo en cuanto cree para vivir un final frenético del que no saldría bien parado. Otro contragolpe madridista dolería como nunca, cuando el recién ingresado Rafa Mir entendía el movimiento pero no el pase, y el Sevilla quedaba anquilosado en esa incomprensible manera de malinterpretar la transición , sin saber defender una jugada que comenzaba en campo contrario y sin superioridad numérica. Asensio levanta la cabeza, Vinicius recibe y Lucas Vázquez concluye. Valverde se sacaría un zapatazo cruzado para convertir el tercero cuando el alma seguía fría. Demasiado fría, cuando el tipo sevillano salía del Bernabéu con la cabeza gacha y la ilusión completamente rota.
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