Mallorca - Sevilla: Un menú de decepciones y enfado
El Sevilla tiró a la basura 60 minutos y luego fue castigado en el 95 tras anular el árbitro un gol de Ocampos al entender que Fernando tocó el balón con la mano
Mallorca - Sevilla: se lo jugó todo a la última media hora, y el VAR lo ajustició (1-1)
Lopetegui: «Creo que hemos hecho suficientes ocasiones para conseguir los tres puntos»
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Iniciar sesiónDifícil entender algo. ¿Cuándo es penalti por mano? ¿Debe ser voluntario o no? ¿Es realmente necesario ver una acción en el VAR infinidad de veces para decidir sobre una pena máxima? Varias horas después de que acabara el encuentro, y sin olvidar los muy malos ... primeros 60 minutos del Sevilla en Mallorca, sigue siendo complicado analizar qué vio un Jaime Latre que no querrá hoy ver los análisis de su actuación. Porque no sólo fue su última decisión, la que privó al Sevilla llevarse los tres puntos, sino, y sobre todo, la manera que tuvo de llevar el encuentro. Lo de dar tan sólo cuatro minutos de tiempo añadido cuando en la segunda parte se perdió muchísimo tiempo parece una tomadura de pelo. Tendría prisa. Como el Sevilla, que tiró a la basura 60 minutos haciendo un juego decepcionante, y que se vio obligado a tratar de solucionar al final el desaguisado previo.
La decisión de Jaime Latre y el VAR no pueden, no deben esconder los errores propios de un equipo que se ha construido para intentar llevar siempre el control de cualquier partido. Con quien sea. Y donde sea. Hubo momentos que el Mallorca de Luis García Plaza parecía el grande, y Baba el artista más preciado en un campo de fútbol. El ghanés dibujó en varias ocasiones lo que fue la primera parte del Sevilla. Con algunos eslálones, y dotado de la técnica necesaria para superar a quien le saliera el paso, el futbolista del Mallorca se creció en los espacios. Ni siquiera Fernando, siempre preparado para convertirse en la primera línea de contención del cuadro sevillista, se encontró cómodo, todo lo contrario. Aunque Lopetegui optó por dar salida a su defensa de gala, con Diego Carlos y Koundé como centrales, y Navas y Acuña en los laterales, la idea de desconcierto aumentó con creces a medida que el partido se iba desarrollando. El Mallorca, convencido, terminó desmelenándose para hacer el 1-0 en una muy buena jugada que culminó Antonio Sánchez en el segundo palo. Bono no pudo hacer nada. Tampoco sus compañeros, que continuaron siguiendo el balón con la mirada. Sólo Rafa Mir, apenas diez minutos después, y tras probar con una vaselina después de que Reina titubeara, puso algo de mordiente en el ataque visitante. Diego Carlos se unió con un remate de cabeza fuerte que se fue fuera. Se acabó. Los últimos minutos de la primera parte volvieron a ser del Mallorca, igual que los primeros de la segunda, instantes donde los locales pudieron hacer el segundo tanto. Ángel disparó al palo.
Lopetegui, que ya había metido en el campo a Ocampos por un errático Acuña, sacudió el banquillo y puso a jugar a Lamela, Delaney y Augustinsson por Óliver Torres, Suso y Munir. De una tacada, en el minuto 53, hizo tres cambios y se quedó con la posibilidad de hacer tan sólo uno más. Muy mal debió verlo para jugársela y buscar otra cosa. Con poco, la mejoría sería evidente. Así fue. Liderados por un Lamela explosivo, siempre dispuesto a jugar en vertical, el Sevilla metió al cuadro insular en su campo. El Sevilla ganó en comodidad. Ahora, eran los mallorquinistas los que corrían detrás del balón. Rafa Mir respondió con un disparo al palo tras un buen centro de Delaney. Por fin, y tras un letargo eterno para el sevillista, los de Lopetegui se encontraron. El Mallorca se metió atrás, y llegaron más ocasiones para el cuadro nervionense, una de las más claras, tras un gran centro de Navas que Ocampos no pudo rematar en plenas condiciones. En el 73, y después de un ligero pase de Jordán hacía atrás, llegaría el tanto del empate del Sevilla, obra de Lamela tras un disparo espectacular desde fuera del área que se fue a la misma escuadra de la meta defendida de Reina.
El partido se le puso de cara al Sevilla. Los ataques eran de los blancos, y ni siquiera la decepción que supuso que el colegiado diera tan sólo cuatro minutos de alargue afectó a los sevillistas. Siguieron erre que erre buscando un gol que llegaría en el 95 tras una buena asistencia de Fernando a Ocampos, y que sería varios minutos después anulado al entender el colegiado que el brasileño se había llevado el balón con la mano de manera voluntaria. Fue el postre de un menú de decepciones y enfado. Otra vez. Sí, en Mallorca.
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