Levante - Sevilla: Las estrellas ya están más cerca (2-3)
El Sevilla se acerca al objetivo tras ganar al Levante con dos goles del Tecatito en la primera parte y uno de Koundé en la segunda
Levante - Sevilla, las estadísticas del partido
Levante - Sevilla: resumen, resultado y goles (2-3)
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Iniciar sesiónCon ciertos achaques y angustia en los últimos minutos, propios de un Sevilla que ha llegado a la recta final con más cansancio que los peregrinos a la Catedral de Santiago, los jugadores de Lopetegui hicieron lo que había que hacer: ganar. ¡Cuánto sufrimiento! Ver ... al Sevilla se ha convertido en un ejercicio de sofoco continuado. Es un poco como cualquier vida. Como la suya, pasando de la alegría (con el 0-1) al enfado (con el primer penalti y gol del Levante); de la satisfacción (con el 1-2) a los nervios (con el segundo penalti del Levante); y de la tranquilidad (con el 1-3) al sofoco (con el 2-3). Una vida en 90 minutos. A ver si el Sevilla me deja un día empezar a escribir la crónica con algo más de tiempo y así organizarme mejor. Comenzar a poner en orden lo que ocurrió ayer no resulta fácil, con acciones y argumentos propios de la típica película de Antena 3 un domingo al mediodía. Cuando empiezas a relajarte y el sueño aparece, un estruendo en forma de grito de un actor con un cuchillo te desarma. Eso es un poco el Sevilla. Ayer, el grito lo puso Soldado, en el minuto 87, cuando marcó al poco de entrar en un buen contragolpe, y dejó a los sevillistas con un «esto lo sabía yo...».
La película del partido del Sevilla podría llamarse «Corre y sufre un poco, que nos llevamos el botín». Porque así fue. El Sevilla, con una muy buena primera parte, sobre todo, se llevó los tres puntos, guarismos que le permiten ver más cerca las estrellitas de la Liga de Campeones. Del mal rato final se pasó en apenas unos segundos, justo el tiempo que duró en el que el colegiado pusiera punto y final a la función, a la felicidad del deber cumplido. En las caras de los jugadores se pudo percibir lo mucho que han venido sufriendo en una temporada tan exigente como extraña, tremendamente extraordinaria. Acuña, bravo como el que más, pero casi siempre desde el temple que le da el ser un jugador con mucha experiencia internacional, llegó a escenificar el ruido emocional del vestuario. El argentino se rompió en mil cuando el árbitro le pitó penalti. ¿Fue pena máxima? Para el que escribe, no. Apenas hubo contacto, y hay muchos ejemplos en esta temporada en otros encuentros donde se optó por seguir jugando, pero ya nada podía solucionarse y el lateral no vio otra cosa que dirigirse al juez de la contienda. Acuña pasó del lógico enfado al desenfreno, fruto de lo mucho que se está jugando el Sevilla en este final de temporada.
En esta película en forma de partido, los dos actores principales fueron sin duda Ocampos y Tecatito Corona. Un argentino y un mexicano unidos en el disloque. En la primera parte hicieron lo que quisieron. La jugada del primer gol debería llevarse el minuto de oro. Ocampos se fue por un lado, luego por otro, y con la mirada al frente, como hacen los que mejor ven las cosas cuando menos tiempo hay, le puso el balón perfecto a Tecatito para que remata de placer tras irse de su marcador. Fue un gol de manual. La sociedad entre ambos no acabaría aquí. Faltaba la dosis de impacto y miedo, con cierta incertidumbre, momento en el que el colegiado decidió pitar al entender que Diego Carlos le dio de manera voluntaria al balón con la mano. Morales no perdonó en el 21. Habría más. Apenas cinco minutos después, y de nuevo con Ocampos y Tecatito al estilo Pulp Fiction de Quentin Tarantino, se pusieron el traje de fiesta y guasa para hacer el segundo gol, en esta ocasión, con una maestría interesante y espectacular del mexicano para picarle el balón al meta local, un sorprendido Cárdenas.
Tras el descanso, y cuando, posiblemente, en otro partido (sea cual sea la liga) lo más común es que no hubiera tantas cosas que relatar en el Levante-Sevilla, sin embargo, quedaba un mundo por contar. El colegiado se empecinó en aguarle la fiesta al Sevilla y pitó otro penalti (recuerden, el de Acuña). Pero en esta ocasión Morales tiraría fuera. El palo del Levante lo aprovecharía el Sevilla para hacer el tercer gol, obra de Koundé, con un cabezazo tras un saque de esquina. El entrenador del Levante, Alessio Lisci (este sí que tiene nombre de actor) había hecho un triple cambio unos minutos antes y le dijo a Soldado que faltaba su gol. Y sí, le hizo caso, en el 87. Fin.
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