EL MERCADO DE CAZÓN PALANGANA
Fourth Date
Ramón & Julen
Carlos Sobera espera a porta gayola al primer comensal de la cita, en la puerta del restaurante. Lo recibe con una ceja levantada, como Ancelotti escuchando preguntas en rueda de prensa.
Sobera: Hola, Ramón, bienvenido. ... Ramón: Buenaz tardes, Carlos, qué tal.
Sobera: Te veo estupendo con esa camisa, pero desabróchate un botón que estás tan fuerte que como eso salte le vas a vas a dar en un ojo a tu cita y ya es lo que le falta al pobre pa parpadear más que el fluorescente de una venta. ¿Cómo estás?
Ramón: Pues un poco nervioso, a la ezpestativa.
Sobera: Bueno, pues igual que los sevillistas cuando esperan a que se abran las puertas del aeropuerto para verte llegar junto a algún fichaje. Pasa a la barra y ponte cómodo. Matías te va a servir algo mientras esperas.
Matías: Ché, ¿qué hasés Ramón? ¿Vos qué querés?
Ramón: ¡Uf! Argentino, joven, con buena planta y coletita patrás... Lo que quiero es el número de tus reprecentantes.
Matías: Ja, ja. No te quitás el laburo de la cabeza.
Ramón: Incisto.
Sobera: Ramón, aquí está tu cita. Julen, Ramón. Ramón, Julen. Ah, ¿os conocíais de antes?
Julen: Sí, digamos que no es la primera cita que tenemos, pero vengo con la sana intención de conocerle desde cero, como si fuese el primer día.
Sobera: Fantástico.
Matías: Ey, Julen, ¿qué querés tomar?
Julen: Una cocacola, por favor.
Matías: ¿Normal, light?
Julen: 0,0.
Ramón: Ea, mal empesamoz.
Sobera: Bueno, chicos, os acompaño a la mesa. Espero que paséis una agradable velada y que surja el amor, caray. Los comensales se acomodan para cenar. Ramón se decide por una tapita de bigdatas bravas y Julen pidió insistentemente un mediapunta de solomillo. Para beber, compartieron un vino francés, joven, oscuro, fuerte y no muy caro, el preferido de Ramón.
Ramón: Bueno, cuéntame cocitas sobre ti. ¿Eres más de atacar o de defender?
Julen: Siempre he creído que todo ataque empieza con una buena defensa.
Ramón: En eso eztamos de acuerdo.
Julen: Pero me vas a vender a los dos centrales, Ramón.
Ramón: No te preocupes, si quieres luego vienes a mi casa, sacamos a las perras juntos y te enseño el listado de centrales que tengo preparado para que elijas los que quieras. Vas a tener más defenzas que un actimel.
Julen: Bueno, no vayas tan rápido, vamos a ver cómo se da la cena.
Ramón: Y, ¿cómo eres en el campo? ¿Te gusta llevar las riendas del juego o te dejas dominar?
Julen: Me gusta dominar, ya lo sabes.
Ramón: Ya, te gusta tanto un pace horisontal que muchas vesez he pensado ponerle al Pizjuán porterías de fútbol 7 en las bandas, a ver si así llegamos a puerta.
Julen: ¿Ves? Cuando te pones así no te reconozco, Ramón. Tu bilardismo se diluye.
Ramón: Es verdad, lo importante es el resultado, pero la gente se lleva un libro para leer en los primeros tiempos y por las redes sociales comienza a haber mucho ruido en torno a tu figura, Julen. Ya sabes que hay mucho mamón en Sevilla.
Julen: Más que hoteles.
Ramón: Hablando de hoteles, a mí me han dado la habitación 4-4-2. De vez en cuando podrías usar dos delanteros, que no se van a chocar en el campo.
Julen: A mí me han dado la 4-5-1 y me he cambiado al Torre Sevilla para poder quedarme en la 1-4-5-1, que el portero también juega.
Sobera: ¿Cómo va eso, chicos?
Ramón: Bien, Carlos. ¿Puedes ponernos algo de música?
Sobero: Por supuesto, ¿qué queréis?
Ramón: Pon a Davís Buztamante, Do zombres y un destino.
Julen: No, Carlos, pon mejor a Jennifer López, la de El Isco pa cuándo.
Sobera: Bueno, bueno, para rebajar tensiones voy a poner el himno del Sevilla a piano. Espero que disfrutéis del final de la cena.
Ramón: ¿Vas a querer postre?
Julen: Yo lo que quiero es un delantero con gol, Ramón, que Bono por poco es zamora y pichichi del equipo este año.
Ramón: El mercado está muy parado. Estoy esperando a que la palanca finansiera ceactive. Habrá alguna entrada una vez que se abra esa ventana.
Julen: Palanca, entrada, ventana... No sé si estoy charlando contigo o viendo Masters de la Reforma en Antena3, Ramón.
Ramón: Perdona, que a veces me pongo demasiado técnico, asepta mis dizculpas, por favor.
Julen: Bueno, ¿quién paga la cuenta? ¿Vamos a medias?
Ramón: No, déjame a mí negociar con el Sobera, que les cedo a Idrissi y soy capaz de sacarles hasta unos chupitos.
Julen: Yo prefiero una copa, pero de las de plata.
Ramón: No he calzao la mesa de repente, es que me acabas de provocar una erección, Julián.
Julen: Además, la última vez que te pedí algo me trajiste un Rony-Cola.
Ramón: Ea, ya ce me ha bajado el líbido. Sé que no es el jugador que nesecitábamos, pero el big data no es infalible, es un poco como el Tinder, que la mayoría de veces se pescan mojarras pero de vez en cuando el anzuelo trae un zapato.
Julen: Venga, recoge la caña que nos vamos, capitán pescanova.
Ramón: Julen, mírame a lo zojos, ¿te ves con fuersaz para ceguir conosiéndome?
Julen: Ay, Ramón, no me hagas fijar la mirada en un punto que sabes que soy el intermitente de un twingo. Venga, luego hablamos.
Voz del programa: Bueno, Ramón. ¿Le darías otra temporada a Julen?
Ramón: Por zupuesto, le daría otra temporada a Julen porque me gusta cómo es, sé lo que me puede aportar y porque lo miro con los mismo zojos que el primer día.
Voz del programa: ¿Y tú, Julen? ¿Estarías otra temporada con Ramón?
Julen mira hacia abajo y sonríe, pero se queda callado.
Ramón: Venga, Julen, no me vaya zaser un Van Persie.
Julen levanta la cabeza, mira a Ramón y acto seguido mira a cámara con sonrisa picarona.
Julen: ...Sí, estaría otra temporada con Ramón porque tengo la sana intención de seguir teniendo sana intención.
Ramón: ¡Óle tus huevos navarros! Te voy a traer tres fernandos pal centro del campo ci quieres.
Y así, amigos y amigas, es como se fraguó la continuidad del técnico vasco un año más. A pesar de las dudas, triunfó el amor entre ambos, que se marchan sonrientes y de la mano. Eso sí, habrá que esperar unos meses para saber cuál sería el epílogo del programa. Pero para no haceros esperar tanto, os voy a dar dos opciones:
Opción A.
El amor no es solo felicidad, sino también sacrifico y perseverancia. Julen y Ramón continúan juntos, tienen una niña llamada Victoria y volvieron a recorrer Europa de manera triunfal. Ramón sigue observando a Julen con orgullo, y el corazón rojiblanco del navarro palpita al ritmo de sus pestañas.
Opción B.
Todo tiene un final. La relación de Shakira y Piqué no ha terminado tan mal si la comparamos con la de Julen y Ramón. Una de las razones de la ruptura puede que fuera el exceso de celos de Ramón, ya que Julen pinchó mucho fuera de casa. El vasco ha decidido tomarse un tiempo para él y Ramón tiene una nueva ilusión. El feliz recuerdo de los cuatro años que pasaron juntos quedará para siempre grabado a fuego en el corazón de los sevillones.
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