Osasuna - Sevilla
La ilusión se esfuma en la orilla (2-1)
El Sevilla cae eliminado en la prórroga de los cuartos de final de la Copa del Rey tras dominar gran parte del encuentro ante Osasuna pero ir siempre a remolque por su impericia en las dos áreas

El Sevilla FC cayó eliminado en los cuartos de final de la Copa del Rey al perder en la prórroga ante Osasuna por 2-1. El tanto de En-Nesyri en el minuto 94 había nivelado el de ... Chimy Ávila para ir al tiempo suplementario y alimentar las esperanzas nervionenses después de un duelo en el que dominó la pelota y tuvo oportunidades para adelantarse aunque nunca trasladó esa posesión y sensación al marcador. Los de Jorge Sampaoli fallaron en las dos áreas y Osasuna aprovechó otro error en la salida para el tanto de Abde que decidió la suerte copera de los de Nervión. Un choque lleno de desgaste para LaLiga que quiebra en la orilla la ilusión que se había generado en una campaña para olvidar. El Sadar fue el final de la aventura copera de un equipo que se entregó a pasar pero se quedó a las puertas de las semifinales.
Fue un buen Sevilla en líneas generales pero que no supo interpretar qué hacer en las zonas más caras puesto que empezó sin nueve y hasta que no salió En-Nesyri en el tramo final no volcó el peligro en ocasiones y atrás pecó de permisividad en la figura de un Badé contemplativo y tuvo que echarse a los brazos de un soberbio Bono y de los errores de Budimir. Su dominio fue estéril porque al final no sirvió para pasar en una eliminatoria que vio suya en apariencia porque el marcador nunca lo dijo y ya es historia su paso por esta Copa.
Todo empezó bien porque el resumen de la primera parte es que fue del Sevilla pero el marcador no dijo ni mú en ese tramo. Se quedó inmóvil a pesar de que hubo muchas fases en las que para Osasuna ya era un mérito pasar del centro del campo con el balón controlado, tal era el dominio de los de Sampaoli. Mandón, el Sevilla tocaba y tocaba apoyándose en la caída de Rakitic, Lamela y Ocampos a recibir y abriendo mucho los espacios con Rafa Mir y Montiel bien acostados en las alas. Barría todo atrás el dúo Nianzou-Badé y la batalla del centro del campo se convertía en una maraña de triangulaciones con Gudelj como eje. Así no tardaron en llegar las ocasiones, puesto que un centro fuerte de Rakitic lo desvía lo justo David García para que no entre y en la acción siguiente Lamela dispara y provoca el silencio de El Sadar. Tienen más piernas para correr los de Sampaoli, que en estático y en dinámico son superiores aunque pasan los minutos, ya estamos en el 25, y no hay reflejo de su mejor inicio y su preeminencia física.
A partir de ahí despierta Osasuna. Es cuando Moi Gómez hace dos arrancadas y le muestra a sus compañeros que el Sevilla tiene algún defecto, algún agujero, alguna carencia. Y hace daño. Cuelga balones Osasuna desde la derecha, con ese lateral ficticio que es Moncayola, ya con amarilla. Raro que Sampaoli no ubicara a Ocampos en esa banda para hacerle más daño, sobre todo después de la mano de patio de colegio que hizo el jugador local. Sin embargo, Rafa Mir era el que se hospedaba en ese flanco . Fue este delantero quien tuvo una ocasión clara finalizó con el breve tramo de recuperación de Osasuna. Regresa el dominio del Sevilla pero echa en falta más balón para Lamela, Ocampos y Mir. Aparecen sólo de vez en cuando y el control de pelota no significa aprietos para Herrera. El nueve juega en la banda, el que debe estar en la izquierda aparece en la derecha o por el centro y el que está de ariete es un mediapunta técnico. En ese batiburrillo de posiciones, que descoloca defensas pero tampoco arregla ataques, el Sevilla no mira cara a cara a la meta navarra. Eso sí, Osasuna escucha con alivio el triple pitido de De Burgos Bengoetxea y todos se van a pensar a los vestuarios. Unos sin aprovechar tanto balón y otros echando de menos controlar más lo que sucedía.
La segunda mitad empezaba con noticia: Dmitrovic no estaba bien y salía Bono en su lugar. No era cuestión de estrategia, sino de molestias. Torró le hace daño a Montiel con un pisotón y el partido se va poniendo más tenso. Un centro lateral lo remata a bocajarro del Chimy Ávila y Bono hace un paradón estratosférico , de época. A dos metros pone la mano fuerte y despeja cuando todo El Sadar cantaba gol. Espectacular la acción del marroquí, que evitó la desventaja, con su vuelo en plan de meta de balonmano. Y Osasuna le cambia la cara al partido con otro centro lateral al que no llega Kike García por poco. Ahí asusta ya el equipo navarro porque empieza a hacer su juego favorito, Arrasate corrigió su planteamiento y el Sevilla no se encuentra mientras va aculándose cada vez más cerca de Bono, con Gudelj ya más tiempo de central que de pivote.
Sampaoli prepara la entrada de Óliver Torres para ajustar en el mediocampo porque estaba perdiendo esta batalla y sale del terreno de juego Ocampos. Acuña y Chimy se reeencuentran en un potrero particular con una pugna en la banda con todo el sabor argentino. De ese país es también Lamela, que tiene la mejor ocasión sevillista en este tramo, con un disparo tocado ante la que Sergio Herrera tiene que hacer una palomita para lucirse y evitar el 0-1. Porque la reorganización con Óliver sí le ha venido bien al Sevilla, que ahora vuelve a dominar y se asienta en el campo rival. A Arrasate no le gusta esto y saca a Rubén García y Abde, más velocidad en las bandas, para buscar la sorpresa al contragolpe. Y en esa sucesión es Rafa Mir quien sorprende a todos con un galón que los centrales miran y no van por él y el atacante sí tiene el olfato para llegar aunque su remate sale fuera cruzado.
Pero tanto perdonar pasa factura. Un centro lateral la baja Rubén García y Chimy controla ya como nueve y ante un espectador Badé se da la vuelta y dispara para batir a Bono. El partido cambia de escenario. A Osasuna le interesa imponer su ritmo y el Sevilla está ahora cariacontecido. Bono se hace un lío y tiene que recortar con riesgo ante Chimy y el meta marroquí luego brilla con una estirada ante Torró. Está tocado el Sevilla, que precisa de otra reacción interna o externa para no caer a la lona. Aparecen Jesús Navas y En-Nesyri por Montiel y Rafa Mir. Osasuna empieza a hacer desparecer el balón para que se juegue poco y corra el cronómetro . Ya estamos en el minuto 80 y Nianzou dispara desde la frontal en un rechace tras lanzamiento de Navas. Quiere acosar el Sevilla el área de Herrera y da otra vez pasos adelante. Lo necesita, es su obligación.
Cada despeje se celebra en El Sadar. El Sevilla busca balones al área por todas las vías. Un bombardeo hacia la cabeza de En-Nesyri con su vuelo prodigioso. Sampaoli quita a Nianzou y salta Suso para potenciar la parcela ofensiva. En el riesgo se busca la solución. Los dos equipos están nerviosos y fallan en controles y en pases fáciles. El Sevilla no quiere que se le escape un partido que vio suyo y Osasuna cuenta los segundos que restan con su ventaja y con el deseo de ampliarla en un cabezazo de Budimir solo en un córner que sale fuera de milagro. Pero esto no ha acabado, De Burgos da seis minutos de alargue. Y ahí es donde llega la reacción. El centro de Suso lo remata En-Nesyri en boca de gol en el minuto 94 para mandarla al techo de la red y firmar el 1-1. Un golazo al fin con un nueve en su sitio y paso a la prórroga.
El tiempo añadido recupera la versión mandona del Sevilla, cumpliendo esa norma de que el que iguala la desventaja es quien mejor llega a esta fase. A Osasuna le pesa el ánimo y el esfuerzo persiguiendo un balón que es nervionense. Pero, como sucedió antes, el dominio no se traduce y el contragolpe le da a Osasuna el 2-1 con una carrera de Abde aprovechando un espacio inesperado tras una pérdida de balón con el equipo abierto y Badé impotente. Vuelta a las andadas y regreso al modo remontada, a las bravas de nuevo. Pero antes toca la fase desnortada. Otra vez noqueado el equipo ante la adversidad y Osasuna plantándose en las inmediaciones de Bono para ganar tiempo en su contrarreloj.
Ensancha el campo otra vez el Sevilla pretendiendo la figura que mejor le viene con Lamela y Jesús Navas abiertos y soltando a todos los mediocentros para que hagan apoyos. Colgar y colgar balones tras madurar la jugada es el camino elegido. Restan diez minutos. Rekik dispara desde la frontal y la saca Herrera como puede con las palmas. El esfuerzo tiene el peaje de ver a Acuña andando en el tramo final sin pedir el balón pero luchando con bravura para quitarle el balón a Budimir. Ya todo va a ser así, arrebatos para perseguir la proeza que esta vez no se iba a dar. El Sevilla queda eliminado en cuartos de final tras un partido que pudo ser suyo y vuelve a la triste realidad de LaLiga, donde aspira a no meterse en problemas de nuevo.
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