Córdoba - Sevilla: clasificación con suspense extremo (0-1)

Lopetegui rotó en todas las posiciones, concediendo la oportunidad a sus futbolistas menos habituales. Sólo repitió Montiel respecto al equipo inicial que plantó en el Bernabéu. Lo más novedoso fue la presencia del canterano Iván Romero como delantero de referencia. El ariete del Sevilla Atlético se movió bien y olió el gol en un par de ocasiones. Lopetegui lo tiene entre sus predilectos de la factoría de la carretera de Utrera. Ya le dio minutos en la Champions, en LaLiga y este miércoles le brindó la camiseta de titular en el estreno copero del primer equipo. Cuota canterana aparte, el partido se complicó tanto que los primeros espadas tuvieron que aparecer en el mismo para salvar los muebles... con la factura física que ello conlleva para un plantel castigado por las lesiones y con un sinfín de frentes abiertos.

La primera parte del Sevilla FC fue mala. Jugando de igual a igual contra un oponente que milita tres categorías por debajo. Es decir, sin justificación. No hubo goles y sí algún que otro susto en las inmediaciones de Dmitrovic, con más trabajo de lo esperado. Para colmo, Gudelj y Delaney salieron tocados. El danés, derivado incluso al hospital para realizarse pruebas, debido a que abandonó el partido a los 37 minutos visiblemente aturdido.

Extramotivados salieron los dos exsevillistas que formaron en el once inicial del Córdoba, Casas y Simo. Una rápida combinación entre ambos dentro del área de Dmitrovic desarmó las costuras de la zaga nervionense y casi cae el mazazo a las primeras de cambio. El meta serbio, muy atento, evitó males mayores. El equipo de Germán Crespo realizó una presión tremenda de inicio que sorprendió a los visitantes.

Fueron minutos de cierto agobio para un Sevilla incapaz de generar juego y plantarse en el área contraria... las ganas del joven Iván Romero y muy poquito más. El Córdoba apretó. Y otra vez pudo adelantarse. Simo le hizo un siete en la banda a Montiel, colocó el centro y Puga obligó a Dmitrovic a lucirse con un paradón. Mala cosa, el que más brillaba en el Sevilla era su portero.

El Sevilla tardó un mundo en desperezarse. Lo hizo por medio de Idrissi, que probó con un potente chut lejano que repelió sin excesivos problemas el cancerbero local Felipe. Luego la tuvo Iván Romero, pero su disparo no encontró portería con todo a favor. La última de la primera mitad fue para Gudelj, con un testarazo que desvió Felipe en una gran intervención.

Pese a la tibia reacción sevillista, el primer acto dejó mucho que desear. Inaceptable a todas luces. Lopetegui movió el banquillo en el intermedio, tirando de algunos pesos pesados como Ocampos y Diego Carlos en un claro intento de enderezar el preocupante rumbo de los suyos. Jordán ya había salido al campo anteriormente tras el percance de Delaney.

Las permutas inyectaron algo de brío a la escuadra nervionense y en la reanudación casi llega el gol gracias a otra acción del impetuoso Iván Romero, que no dio un balón por perdido en la áspera noche cordobesa. El canterano, paradójicamente, fue de los pocos que interpretó bien la cruda batalla en la que se ahogaba su equipo. Pero Lopetegui crecía en nervios. Seguía sin verlo claro. Así que tuvo que poner toda la carne en el asador con su delantero titular Rafa Mir. Posteriormente, también saldría al verde el Papu Gómez.

El Córdoba aguantaba ya como podía ante un Sevilla FC que, ahora sí, volcaba el campo. Pólvora a raudales contra los blanquiverdes, que seguían en pie estoicamente. Pese a todo, un error gravísimo entre Diego Carlos y Rekik dejó solo a Ledesma ante Dmitrovic y casi toca el Gordo antes de tiempo en Córdoba. Se salvó el Sevilla porque el delantero local mandó el balón fuera. De ahí al final fue el conjunto de Lopetegui el único que siguió empujando, rozando el gol sobre todo en dos llegadas claras de Munir.

El partido, con 0-0, se fue a la prórroga, toda una proeza de los cordobesistas. La gasolina ya estaba consumida para ellos. Y apareció el mejor nivel físico de los nervionenses para decantar la balanza. En el periodo extra, el Sevilla apabulló con toda su fe, martilleando con ocasiones de Rafa Mir, Óliver, de Papu Gómez... hasta que en el minuto 108 llegó el trabajadísimo y anhelado gol. Óliver Torres envió un balón en largo, Ocampos controló, sorteó al portero Felipe y anotó con destreza el 0-1. ¡Qué sufimiento! El Sevilla sigue en la Copa. Fuera los fantasmas del Isla Cristina o del Mirandés... ya no pintan nada. Al Córdoba se le recordará como un modesto con piel de enorme contrincante. Vaya partidazo se marcaron. Pero el pase es del Sevilla FC.