Betis - Sevilla: El cañón Gudelj recuerda que rendirse no es una opción (1-1)
El serbio evita la derrota de su equipo en el derbi con otro misil desde 40 metros y casi lleva al Sevilla FC a la victoria en los minutos finales; Navas había marcado en propia puerta en la primera parte; Montiel, Fekir y Borja Iglesias, expulsados
Jesús Navas, segundo jugador con más derbis disputados
Betis - Sevilla: resumen, resultado y goles (1-1)
Los sevillistas celebran el golazo de Gudelj en el derbi
Derbi espectacular , rociado de tensión hasta el extremo, polémica con hasta tres expulsiones, goles y una lectura que es la que verdaderamente le importa a este Sevilla FC : rendirse no es una opción. Nunca. Y el carácter, ... desde luego, ha vuelto para quedarse, porque en realidad jamás se negocia desde la orilla de Nervión. La piedra angular de todo lo que quiere fabricar Sampaoli se encarna en la figura del soldado más necesario y menos esperado, Nemanja Gudelj .
Su partido volvió a ser soberbio. Consiguió el gol del empate definitivo (1-1) con un misil marca de la casa desde 40 metros. Como en Mallorca. Su arte no es una casualidad. En el arreón final, el serbio impactó otro trallazo en la madera y obligó a Bravo después a salvar al Betis con un paradón. Casi sale a hombros el centrocampista. Los verdiblancos se habían adelantado en la primera parte aprovechando un tanto en propia meta de Navas. Antes del descanso, Montiel y Fekir ya habían visto la roja. El Betis perdería a otro hombre más en la reanudación, por la expulsión de Borja Iglesias tras un feo pisotón a Jordán. Ahí Nemanja agarró el timón con fuerza, hasta clavar la diana de la jornada y sacar a su equipo del pozo de la tabla o, al menos, de los puestos prohibidos para una entidad como ésta.
Sampaoli tiró para el duelo cainita de la alineación más racional posible, teniendo en cuenta el panorama de lesiones y sanciones. Puso en liza ante el Betis todo lo mejor que le quedaba sano, colocando a Gudelj con Rekik en el eje de la zaga, invocando la raza de Acuña, apostando arriba por sus dos hombres más inspirados en ataque, Lamela y Rafa Mir… No le dio, por supuesto, ninguna ventaja a su colega el Ingeniero Pellegrini, quien desplegó igualmente el arsenal completo sobre el campo, con los Fekir, Canales y Borja Iglesias abanderando la amenaza, además de recuperar al contrapeso de la nave, Guido Rodríguez. La pizarra de los entrenadores, que se enfrentaban por primera vez, se quedó en las clases teóricas, toda vez que el chorro de expulsiones y vaivenes que dio el partido del año fue imposible de pronosticar o preparar. Grandioso derbi, para lo bueno y para lo malo.
El primer acto desprendió toda la literatura posible que pueden deparar estos encuentros únicos. Desde la máxima tensión a la polémica, del fútbol control al contragolpe, de la esperanza al fracaso de unos y la fiesta de otros. En el arranque, Sampaoli repartió el manual entre sus pupilos en busca del guion anhelado. El Sevilla optó por alargar la posesión lo máximo posible para frenar las revoluciones que inyectó su rival de inicio. Ya a los cinco minutos del choque, el Betis probó los guantes de Bono con un disparo lejano de Guido Rodríguez tras una buena acción combinativa de los locales.
La puesta en escena fue minando, acomplejando en cierta manera a los sevillistas, que no llegaban a estar cómodos, hasta el punto de que Rafa Mir a punto estuvo de marcar en su propia portería al defender de forma poco ortodoxa un balón parado de Fekir. El cabezazo sin control del delantero impactó contra el poste de su compañero Bono. Nervios in crescendo.
A esas alturas, ya aparecía el trencilla Sánchez Martínez para llamarle la atención al inquieto Sampaoli, sumido en el repertorio de órdenes a los suyos y las protestas. Con la tensión en aumento, el juego duro fue asomando para qie no faltara ningún ingrediente. Rekik se libró de la cartulina tras frenar con demasiado ímpetu a Fekir. Y es que el internacional francés, que acabaría sumándose a las autoexpulsiones de la frenética noche de locura, dio mucho trabajo a la retaguardia sevillista en esos primeros compases del partido. El galo envió poco después un balón peligrosísimo al lateral de la red de Bono tras una cabalgada imponente de Canales por la izquierda. Dominaban los béticos.
El Sevilla sólo manejaba la posesión. En todo lo demás, se veía desbordado. El equipo de Pellegrini pasó a percutirle con transiciones cada vez más vertiginosas. Los locales entraron en su fase dulce y estuvieron cerca de firmar el gol de LaLiga en una combinación de taconazos y balones al espacio que Aitor Ruibal desperdició con todo a favor en el punto de penalti… la parroquia verdiblanca ya cantaba el primero de la noche. Montiel estorbó lo suficiente al hoy extremo bético para abortar el gol. Suspiraba el Sevilla, que no perdía el pulso al partido pese al empuje bético.
Aguantar como lo hizo el Sevilla en esos momentos de turbulencias daría paso, como suele ocurrir, al despertar del herido. Los de Sampaoli espabilaron y completaron a partir de ese punto sus mejores minutos de juego. Rafa Mir avisó con una llegada tímida y posteriormente el cuadro de Nervión pudo adelantarse en el saque de una falta lateral que se le atragantó a la defensa del Betis y en la que sólo el guardameta Claudio Bravo supo apagar el fuego. La mejoría y paso adelante del Sevilla eran evidentes y casi fructifican en la siguiente acción del choque, con origen en un sonrojante error de Sabaly en la salida. El fallo del lateral bético habilitó a Rafa Mir, éste superó al meta verdiblanco y cuando ya la empujaba a gol, apareció raudo Edgar para evitar el 0-1 del Sevilla. Fue la gran ocasión de los de Sampaoli en una compleja primera mitad.
Un primero tiempo que, cuando abrazaba su epílogo, iba a registrar hasta dos expulsiones del videoabitraje, una de cada bando. Más que salsa picante. Revoluciones disparadas… el derbi. El derbi de Sevilla. En una entrada absolutamente descontrolada de Montiel sobre Álex Moreno, el argentino acabaría en la calle. Vio primero la amarilla, pero tras la consulta de Sánchez Martínez con el VAR el árbitro modificó el color de su tarjeta.
El Sevilla se quedó con uno menos. Sampaoli retiró a su delantero Mir y dio entrada al capitán Navas. Pero el colmo de la desgracia nervionense estaba por aparecer. El palaciego, al poco de salir al césped, se vio involucrado en un barullo de despejes en el área y acabó introduciendo el balón en su portería al intentar despejar. Gol de Navas en propia puerta. 1-0. Al menos pudo meterse el Sevilla en el partido, porque el Betis también se iba a quedar con diez futbolistas merced a la expulsión de Fekir antes del descanso, en su caso por un manotazo muy pasado de rosca sobre el rostro de Papu Gómez. Con tanto, jaleo, el colegiado tuvo que alargar el duelo hasta el minuto 54 en su primera parte. Y en el último suspiro Borja casi sentencia el duelo en una llegada clarísima. Bono salvó a su equipo del tanto del gallego. A pensar al intermedio.
En la reanudación, el Betis encadenó otro intento letal nada más saltar al campo. Álex Moreno se puso de uno contra uno ante Bono y otra vez ganó el duelo el portero del Sevilla. Inconmensurable. El marroquí mantenía vivo a su equipo. Y aguantar validó de nuevo al Sevilla de Sampaoli con el enésimo giro de guion de este derbi loco. Fue ahora Borja Iglesias el que llegó muy tarde y le clavó la bota en el gemelo a Jordán. La revisión del VAR mandó al delantero del Betis al túnel de vestuarios. El Panda, a la calle. El Sevilla se veía con todo el segundo tiempo por delante ante un Betis con 9 hombres.
Sampaoli necesitaba otra vez pólvora y En-Nesyri relevó a Óliver. No defraudó el plan decidido, como no podía ser de otra manera, de ir a por el partido. El Sevilla comenzó a remar, a llegar, a encadenar llegadas. Lamela y el propio En-Nesyri pudieron marcar en la misma acción. El argentino probó luego con una rosca al segundo palo de Bravo que se marchó fuera por muy poquito. El punta marroquí la tendría también después con un cabezazo que detuvo Bravo. El Betis se asfixiaba y el Sevilla mascaba el gol. Iba a llegar.
Irrumpió el cañón de Sampaoli. El hombre que vale para todo. Nemanja Gudelj, que ya había dado los tres puntos en Mallorca a su equipo con un misil teledirigido, le envió al Betis un torpedo desde 40 metros ante el que nada pudo hacer Bravo. Golazo de bandera. 1-1. Ese tanto desde Serbia es la vida para el Sevilla. Un empate que sin duda vale más que un punto para los nervionenses. La película pudo tener un final épico con la firma del mismo Gudelj vestido de auténtico héroe. En otro zapatazo descomunal rompió el larguero de Bravo y casi le da un triunfo increíble al Sevilla. Y en el último segundo del choque el serbio obligó al portero del Betis a realizar la parada de la noche. Tremendo derbi. El punto saca del descenso al Sevilla, pero sobre todo insufla una moral importante a una tropa herida que quiere creer en su entrenador, Jorge Sampaoli.
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