Barcelona - Sevilla: Del sueño a la obligación (1-0)

Un gol de Pedri le dio los tres puntos al Barcelona y descendió al Sevilla hasta la cuarta posición en LaLiga

Monchi: «En campos como el Camp Nou hay que estar acertados en las dos áreas»

Barcelona - Sevilla: resumen, resultado y gol (1-0)

Koundé y Aubameyang observan el balón ante la estirada de Bono EFE

A lo Messi, en una jugada suelta, de esas que hoy podrá ver de manera repetida en cualquier informativo deportivo o página web, el canario Pedri le dio los tres puntos al Barcelona y bajó al Sevilla hasta la cuarta posición en LaLiga, empatados a ... puntos con el Barcelona, segundo, y el Atlético, tercero. Si bien los locales se hicieron dueños del balón y fueron los que más probaron en labores ofensivas, sólo una acción brillante del «16» azulgrana desniveló un encuentro que volvió a tener polémica arbitral. El daño ya está aquí. La extraña temporada del equipo de Lopetegui, marcada por los continuos problemas en forma de lesión, sitúan al Sevilla ahora en una situación nueva y con la idea de tratar de defender la plaza que le de acceso a jugar la Liga de Campeones la próxima temporada. Ese es el objetivo. El real. Todo lo que no sea estar entre los mejores en la siguiente campaña sería un varapalo más que considerable no sólo en lo deportivo, sino también en lo económico. Con ocho finales por delante, 24 puntos, el Sevilla necesita encontrar la calma, la misma estabilidad de tiempos atrás y olvidarse de tantos golpes.

Si el fútbol es un estado de emoción, debe estar el Sevilla acongojado, lleno de dudas por los últimos resultados y desconfiado de quien se dice que debe impartir injusticia. Sin ánimo de buscar justificaciones pues poco sentido tiene a estas alturas, sí que convendría añadir en estas primeras líneas que sería bueno que este verano pudiéramos hacer un pequeño curso arbitral para saber cuándo hay penalti o cuándo se debe ir a consultarlo con el VAR. Media hora después del partido, sigo sin saber la razón por la que no se pitó la mano de Araujo en el minuto 24. Pero bueno; esa es otra historia.

Pese a la decepción de un Martial que comenzó a gritar como un poseído tras ver cómo su disparo daba en la mano del defensa colombiano, el Sevilla supo no perderle la cara al encuentro y siguió durante toda la primera parte con la misma idea que había plasmado Lopetegui días antes en la pizarra. El entrenador del Sevilla, un obsesivo de la táctica, abogó porque sus futbolistas iniciaran el duelo con una fuerte presión en el centro del campo, siempre con el fin de poder jugar descaradamente a la contra. Así, el Barcelona, y pese a que quiso asediar a Bono desde un principio, tuvo que esperar al final de la primera mitad para tener las primeras ocasiones de gol. En sólo dos minutos, del 43 al 45, Ferrán y Aubumeyang pudieron adelantar a su equipo, pero el español no encontró portería, y el de Gabón se encontró con un magistral Bono.

El meta marroquí, de hecho, fue el mejor del Sevilla, siempre dispuesto a darle la calma necesaria a su equipo y con intervenciones posteriores que evitaron que el Barcelona se pusiera por delante en el marcador. En la segunda mitad, y tras unos primeras tomas de contacto entre los dos equipos, serían los locales los que tendrían de nuevo una ocasión clarísima para marcar, otra vez con un Ferrán fallón ante el meta marroquí. Un minuto después le tocaría a Araujo encontrarse a Bono, y un suspiro más tarde sería Piqué el que remataría de cabeza al larguero. Al partido se le estaba poniendo cara azulgrana, si bien Martial, ayer el hombre más adelantado, llegaría a disponer de una ocasión clara en el 70 tras finiquitar un buen contragolpe.

El francés tiró sin confianza, y Pedri, que ya llevaba un tiempo liderando el juego en el equipo contrario, terminó poniéndose el traje de Messi para golpear al Sevilla. Cuestión de calidad. El canario mareó a Rakitic y Diego Carlos, y con la derecha puso el balón imposible para Bono. El Sevilla, tras tanto aguantar las embestidas del Barcelona, y a falta de 20 minutos para el final, recurrió a la desesperada. Lopetegui, que antes había dado entrada al Tecatito por Lamela, hizo lo propio poco después con Montiel y En-Nesyri por Navas y Gudelj, respectivamente. Una fuerza equivocada, quizás buscando un algo y la fórmula para meter al Barcelona atrás, terminó con dos cambios más apenas cuatro minutos después, en esta ocasión con Augustinsson por un lesionado Rekik y Rafa Mir por Martial.

Con todo ello, con más corazón que cabeza, y sumido en el pesar del daño provocado por Pedri, el Sevilla trató de ir a por le meta de Ter Stegen, hasta el momento un aficionado más del conjunto azulgrana. Cuando apenas quedaba ya tiempo, en el 92, el meta alemán se despertó del letargo para hacer una buena parada a disparo de Augustinsson tras encontrar un balón suelto dentro del área. Fue el quiero y no puedo, la viva imagen de un Sevilla voluntarioso y que encontró en Pedri su bestia negra.

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