Barcelona - Sevilla: no puede ser verdad (3-0)
El Sevilla cayó eliminado en las semifinales de la Copa tras fallar Ocampos un penalti con el 1-0; Piqué empató la eliminatoria en el 93 y Braithwate sentenció en la prórroga
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCuánto difícil puede resultar escribir una crónica marcada por el dolor de un Sevilla que aún llora. El fútbol le enseñó anoche al sevillismo el daño más acentuado, el desespero de un partido en la montaña rusa, y la rabia, absoluta rabia, por ... cómo se perdió la oportunidad de jugar la final de la Copa del Rey . Hay formas, maneras de caer que se clavan en el corazón. Para siempre. Ayer, 3 de marzo de 2021, queda en el recuerdo de los momentos más angustiosos de la familia de Nervión en su historia reciente. Niños y abuelos, adolescentes y adultos no pueden mirar hoy para otro lado. Hoy, en la mente de cada hincha aparece inevitablemente Piqué saltando en el descuento para empatar la eliminatoria. Parece una pesadilla: Diego Carlos no deja que el balón se vaya al córner; Griezmann, que entró casi en silencio en la segunda parte, asume el protagonismo desde la izquierda, y hace un centro medido dentro del área para que Piqué rompa la meta sevillista. Un horror que vino precedido, para colmo, de la expulsión de Fernando al ver la segunda amarilla. El grito de Piqué se escuchó desde la cabina de los periodistas, a muchos metros del césped. También el enfado de un Lopetegui que no podía creer lo que acababa de pasar se percibía en los altos del estadio. Ayer, la épica cambió de barrio. La heroica acostumbrada de la calle Sevilla Fútbol Club pasó a la de Aristides Maillol, Barcelona.
Noticias relacionadas
El Sevilla murió en la orilla. Ya tenía la salvación y la regaló en una jugada mal defendida al final. La tenía, la tenía... En-Nesyri pudo llevarse el balón en largo al campo del Barcelona para perder tiempo, pero al intentar hacer un cambio de juego generó una serie de errores impropios de quien quiere hacer historia ante Messi y sus camaradas. El dolor sigue. Porque hay maneras de caer, como ayer, que no encuentran anhelo. La primera parte fue lo que quiso el Barcelona, con la salvedad de que tras el gol de Dembelé, en el minuto 11, poco más se pudo ver cerca de la meta nervionense. El equipo azulgrana fue mejor y se notó en muchos momentos con unas excelentes triangulaciones entre el jugador francés, Messi y Pedri . Había espacios en el centro del campo, pero el daño no se acentuaba con más tantos. El Sevilla encontró en el descanso las maneras de aguantar. La consigna, con Navas por Aleix Vidal, que acabó lesionado, y con Rakitic y Rekik por De Jong y Acuña, respectivamente, pasaba por unir líneas y buscar la velocidad con balones en largo. El Sevilla no se encontraba incómodo. En la segunda parte, sobre todo, sacó la cabeza en el Camp Nou. No pintaba mal, todo lo contrario, más aún cuando en el minuto 73 Ocampos fue derribado por Mingueza . La calculadora de los sevillistas empezó a funcionar: el tanto de Ocampos podía provocar que el Barcelona tuviera que apelar a hacer tres tantos en un cuarto de hora para pasar a la final. Pero nada. La calculadora se quedó sin pilas. Y Ocampos, que había entrado poco antes por Óliver Torres, tiró con poca confianza. Ter Stegen se puso el traje de salvador, se tiró a su derecha y le dijo a los suyos que no fallaran más. Casi no le hacen caso. El tiempo pasó. Y los sevillistas, con cara de finalistas, le regalaron una vida extra al Barcelona cuando ya se apagaban las luces cel Camp Nou. La música del estadio barcelonista comenzó a sonar. A toda pastilla. Gol de Piqué. Era el preludio de lo que le tocaba vivir al Sevilla.
📺 RESUMEN #CopaDelRey
— RFEF (@rfef) March 4, 2021
El Barça remonta la eliminatoria en el Camp Nou y se mete en la final de la Copa del Rey tras superar a un gran Sevilla en la prórroga del partido de vuelta.
⚽️ @FCBarcelona_es 3 🆚 0 @SevillaFC#LaCopaMola🏆 pic.twitter.com/hqZUF6QEIC
Braithwaite esperó poco para hacer el 3-0, y las prisas cambiaron. El Sevilla, con uno menos, lo intentó con raza. Poco más le quedaba. Para más inri, y en el primer tiempo de la prórroga, Sánchez-Martínez decidió mirar a otro lado cuando Lenglet tocó claramente el balón con la mano dentro del área. Los jugadores que estaban en el banquillo del Barcelona ni protestaron. Era claro. Pero el árbitro murciano no quiso saber nada. Como cuando decidió no sacar la segunda amarilla a Mingueza. Dicen los que creen en el destino que hay situaciones que no puedes cambiarlas. El Sevilla ayer, igual, tenía que haber caído eliminado ante un muy buen Barcelona. Otra cosa es la forma. Mucho dolor. No puede ser verdad.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete