Balompédica Linense - Sevilla Atlético: Noqueado en el duodécimo asalto (3-1)

Comienzan las cuentas a falta de tres jornadas para que finalice la segunda fase: si se ganaba hoy, y también se superaba en la próxima contienda a un Cádiz B que tiene pocas esperanzas de entrar en la lucha, el Sevilla Atlético quedaba muy pendiente de lo que ocurriera en El Arcángel -sí, sí, otra vez mirando a Córdoba-, donde le beneficiaría cualquier resultado que no sea una victoria del Tamaraceite. Pero con la derrota, aún es temprano para hacer números. Muy temprano.

Desglosado ese rosario de posibilidades, es turno de contar la pelea. Otra cita con el orgullo. Otro ejemplo de compromiso del segundo escudo del Sevilla, que brilla por derecho propio, porque también aprende de las derrotas. Quizá lo exprese a la perfección la primera jugada del choque. Hubo tanto intensidad local como paciencia franjirroja para mirar con perspectiva todo lo que estaba por jugar, porque casi tan importante como crear es que no te creen . Y es que nadie puede darle lecciones de fe a este filial, que once veces consecutivas lleva apareciendo por un campo de fútbol sin salir derrotado cuando hay conjuntos con inversiones millonarias que van a la más hondas de las derivas. Ese respeto lo demostró Alfonso deteniendo la primera de Alomerovic . Era rocoso, cómo no, el ataque campogibraltareño. Una montaña con dos picos: Coulibaly y Koroma , autor del doblete frente al Córdoba, tenían la primera palabra, y alto y fuerte sonaba el eco de sus galopadas. Y es curioso, porque hay partidos que para ganarlos, no te hace falta tener el balón. Sólo vale con evitar el peligro y estar acertado con la que dispongas. Estar bien atrás, obediente en las coberturas y cerrar huecos entre la medular y los cuatro pilares de Gallardo. Pero no siempre se consigue.

También hay que escuchar al talento. Sacaba a relucir su potencia el bueno de Isaac , que es uno de los mayores proyectos de futbolista de la cantera sevillista, para correr la banda, sacar la finta y un pase medido para Iván que ya practicó en El Rosal. El clásico aviso del solanero llegaba como la exhalación de Gallardo cuando detuvo Miras. Y respondía Coulibaly con un gol fantasma que ya cantaba el equipo rival tras sortear a Pedro Ortiz y Aspar. Parecía haber traspasado las redes de una portería que nunca vio. Entonces, el niño de La Solana puso puntapiés a las notas de Antonio Vega para luchar entre gigantes y dar un salto entre tanto peñón para llevarse el esférico ante el enervado público. Era verdad: esos defensas no tienen la talla de semejante goleador sevillista, que propició la subida de Luismi , con el que combinó; y éste animó a José Ángel en su incursión, motivado por la perorata de su inesperada carrera. El lateral se encendió y vio llegar a otro que juega en tantos sitios que ya no sabe uno cuál es su demarcación. Se llama Juanlu , que aprovechaba en segunda línea la pelota para poner al filial mandando en el electrónico bajo el sol de Cádiz.

Hasta que hizo un poco de sombra en el recinto municipal. Coulibaly aprovechaba el rechace de un balón entre la turbamulta sevillista. Faltó contundencia y sobró desconcentración defensiva para despejar dicho balón e igualar con fruición la desigualdad momentánea. De aquellos lodos, más problemas en el segundo acto: falta de Iván Romero que supuso la quinta cartulina del goleador, que no estará contra el Cádiz B, y golazo de Alomerovic para remontar el choque. Es cierto eso que dicen que vienen de dos en dos. Los problemas vestían de colorado después de que Aspar desaprovechase uno de esos pases de seda de Luismi e Iván Martín casi pusiera más tierra de por medio en Cádiz tras una nueva desconexión defensiva que mareó al vivero blanquirrojo.

No le dio tiempo a protegerse el rostro al equipo de Gallardo con una nueva penalización que llegó en forma de balón parado: Paco Candela asumía el reto de entrar y marcar al minuto clavando una falta lejana a la que no llegó Alfonso por problemas en la apertura imprevista de la barrera. A cara descubierta y dolorido por tantos embates, la ceja del Sevilla Atlético decía adiós a la mejor racha de los últimos dos años en la que había conseguido jugar toda la segunda fase sin ser derrotado. Sólo queda coger la toalla, ponérsela en los hombros y mirar al Jesús Navas, donde volverá el boxeador más joven de toda la liga de bronce a dar sus mejores golpes para llegar a Primera RFEF. Tiene que dar muy pocos para hacerlo. Pero deben ser fuertes y certeros. Picando como una abeja. Flotando como una mariposa. Y es justo que también sea el propio Ali quien cierre la crónica con un mensaje tan directo como dirigía su puño diestro: «Golpea, joven, golpea». Nadie desoyó jamás las recomendaciones de Cassius Clay.

Balompédica Linense: Nacho Miras; Víctor Mena, Carrasco, Mikel Fernández, Óscar Arroyo, (Paco Candela, m. 63), Coulibaly (Sergio Rodríguez, m. 81), Masllorens (Nacho Huertas, m. 82), Koroma, Alomerovic (Luis Alcalde, m. 81), Chironi e Iván Martín.

Sevilla Atlético: Alfonso; Juan María, Aspar, Kibamba, José Ángel (Zarzana, m. 79); Luismi, Pedro Ortiz, Adrián Peral (Carlos Álvarez, m. 45), Juanlu (Luis Vacas, m. 68), Isaac (Simo, m. 68) e Iván (Casas, m. 79).

Árbitro: Del Río Lozano, del Comité Extremeño. Amonestó con tarjeta amarilla a Adrián Peral, Iván Romero, Aspar, Pedro Ortiz, Víctor Mena,

Goles: 1-0 (m. 27): Juanlu. 1-1 (m. 40): Coulibaly. 2-1 (m. 47): Alomerovic. 3-1 (m. 66): Paco Candela.

Estadio: Municipal de La Línea. Con 800 espectadores.