Betis - Sevilla
Antúnez, el fichaje que abrió una brecha
El fútbol sevillano vivió un episodio trascendental, a la par que grotesco, que influyó en el incremento de la rivalidad entre los equipos de la capital hispalense
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Iniciar sesiónRevuelo en la estación de Plaza de Armas, el Sevilla FC partía hacia Madrid para jugar un partido de liga y allí se presentó Manuel Simó, secretario técnico del Betis con un notario para entregar una notificación a un jugador al ... que no encontró. En ese instante comenzaba un episodio que resultó trascendental, a la par que grotesco, para que creciese la rivalidad entre los equipos de la capital hispalense.
Para entender todas las dimensiones de esta historia, lo primero que hay que tener en cuenta es que en los primeros años de la competición profesional no era tan raro que los futbolistas pasasen de uno al otro equipo de la ciudad de una temporada a otra, algo que actualmente podría parecer imposible al considerarse casi una traición al escudo y los colores.
Otro de los aspectos importantes a tener en cuenta era que en los primeros años del franquismo la división entre política y deportes era más bien difusa y esto afectaba al sistema de elección de los presidentes de los clubes y federaciones durante los primeros años del régimen. Era la Delegación Nacional de Deporte (DND) del general Moscardó la que regía todo lo concerniente al mismo y como tal decidía quiénes eran los presidentes de las federaciones deportivas y éstos designaban a los presidentes de los clubes.
El protagonista de la polémica fue Francisco Antúnez , un defensa que debutó como profesional en el Real Betis —que por aquel entonces militaba en Segunda división— a los 19 años y que, después de cuatro temporadas, en enero de 1946 fichó por el Sevilla FC. Y así comenzó uno de los capítulos más importantes y que si bien no fue el origen, fue uno de los sucesos que más determinaron la enemistad entres las entidades.
El desempeño del defensa con la elástica verdiblanca llamó la atención de equipos de la máxima categoría del fútbol español como el Real Madrid y el Sevilla pero en septiembre de 1945 se descartaba la opción de que abandonase el club heliopolitano porque «Antúnez, todo entusiasmo por el club que le ha dado la fama y categoría, arde en deseos de complacer a sus numerosos admiradores», rezaba el ABC del día 15 de ese mes. El mismo diario pero unos meses más tarde, en concreto el 16 de enero de 1946, hablaba de que el jugador «pone su alma al servicio del club», y esto fue tan solo ocho días antes de que se diese a conocer el fichaje del jugador por el eterno rival, como cuando el Sevilla ratificaba a Lopetegui pocos días antes de ser destituido.
Protagonista en los medios
La noticia sacudía a todos los medios de la época el 24 de enero de 1946: «Antúnez, el notable jugador bético, ficha inesperadamente por el Sevilla». La entidad heliopolitana haría llegar un comunicado a los medios en el que afirmaba que el jugador continuaba perteneciendo a la disciplina bética, señalando que las gestiones que se llevaron a cabo eran «antirreglamentarias y carecen de toda validez y eficacia pues ni el presidente del Club ni su directiva han autorizado ni consentido tales gestiones». Aquí quedaba patente una escisión dentro de la entidad ya que quien estuvo al frente de las negociaciones con el Sevilla fue el vicepresidente verdiblanco Carlos Hernández Nalda. Por aquel entonces el presidente era Eduardo Benjumea y, aunque la negociación se llevó a cabo en su casa, no llegó a estampar la firma en el contrato tras el acuerdo y se retractó. Además fue quien llevó el caso al más alto estamento del deporte español, la Delegación Nacional de Deporte. El vicepresidente defendió su gestión en un comunicado a la prensa en el que señaló que «el martes último hablé por teléfono con el presidente del club, D. Eduardo Benjumea, para manifestarle la crítica situación del Betis, diciéndole que para atender a las necesidades del club no se disponía de ningún medio económico, y ante la negativa que recibí del Sr. Benjumea de hacer ninguna aportación económica a favor del club, le hablé del traspaso de Antúnez al Sevilla, único club que se había interesado por dicho jugador. El Sr. Benjumea se negó a ello, pero me indicó que; si no había otra solución, me dejaba en libertad para hacer lo que creyera conveniente. Esto fue a las dos de la tarde del martes, y las negociaciones continuaron en la noche de dicho día y hasta la tarde del miércoles, en que se llevaron a feliz término, sin que hasta dicha fecha ni el presidente, ni ningún otro directivo, me pidiera detalles,, ni se expresara en sentido contrario a la resolución, tomada, que era la única viable para' seguir adelante».
Pese al comunicado del Real Betis, Antúnez comienza a trabajar con el equipo blanquirrojo y entra en la convocatoria del partido contra el Real Madrid en la capital española. A propósito de ese desplazamiento hay otro episodio curioso que recalcar. En la tarde del 25 de enero, la expedición sevillista partía de la estación de Plaza de Armas en el tren correo. Allí se presentó, además de una multitud de béticos indignados con el caso, el secretario técnico del Betis, Manuel Simó acompañado de un notario este es tu lead, por aquí debe empezar la historia con intriga para notificar una diligencia a Antúnez, pero el jugador no estaba allí con el resto de jugadores. Sin embargo, el jugador sí que viajó, pero se unió a la expedición en otro punto, que podría ser en la siguiente estación. Antúnez debutó con el Sevilla en el partido en Chamartín el 27 de enero de 1946 mientras que el club verdiblanco depositaba en la Federación Regional Sur el importe correspondiente al traspaso del jugador del Betis al Sevilla un día más tarde. Pese a todo, estaba pendiente de reclamación la operación de venta, algo en lo que intervendría finalmente la Federación Española.
Después de que el Comité disciplinario rechazase tener potestad para resolver la reclamación del Betis, sería el Comité directivo del FEF el que daría finalmente validez al traspaso de Antúnez el 14 de febrero y además admitía la inscripción del jugador como futbolista del Sevilla, por lo que se admitían las alineaciones producidas hasta la fecha, es decir la del partido contra el Real Madrid, el Gijón y el Español. Pero no acabaría aquí la historia. Menos de un mes después de la resolución de la Federación, el Betis presentaría una apelación a la Regional Sur que sería elevado a la Delegación Nacional de Deportes. Continuó la competición sin que hubiese noticias sobre tal reclamación y el 31 de marzo el Sevilla se haría con su único campeonato de liga de su historia, con Antúnez jugando como titular en los diez partidos disputados desde su fichaje, pese a la reclamación verdiblanca.
La solución de la DND
Finalmente, fue el 10 de abril de 1946 cuando la DND anuló el traspaso de Antúnez al Sevilla FC aceptando el recurso del Real Betis pero no invalidó las alineaciones del jugador durante la temporada por lo que los resultados del equipo se mantenían, así como el Campeonato Nacional de Liga dado el momento en que fue elevado el caso a la delegación. Fue una solución salomónica que trataba de evitar un perjuicio excesivo a ambos clubes. De este modo, Antúnez volvió a ser jugador verdiblanco y el club Heliopolitano se vio en la obligación de devolver el dinero que había recibido del Sevilla por el jugador. Toda estas circunstancias provocaron la dimisión del presidente del Betis Eduardo Benjumea, de Javier Barroso, presidente de la Federación Española, y de Antonio Calderón, presidente de la Federación Sur.
Pero el Sevilla insistió en su interés por hacerse con el futbolista que además quería volver al Sevilla para jugar en Primera división y obtener un salario mayor. Esto derivó en un verano movido en el que el Betis y sus aficionados se enrocaron en la intención de mantener al jugador en sus filas, pero, finalmente, sucumbió a las presiones y en septiembre retomaron las negociaciones con el Sevilla y cerraron el traspaso, por segunda vez, de Antúnez al Sevilla en un acuerdo que conllevaba también el paso de Paquillo a las filas verdiblancas y la celebración de dos derbis con taquilla común.
Además tuvieron un acto de conciliación en la Federación Regional Sur al que acudieron el entonces presidente del Sevilla FC, Jerónimo Domínguez y Pérez de Vargas, y el vicepresidente en funciones del Real Betis, Manuel Alonso Cueli. El presidente federativo expresó su deseo de que de aquel acto «se derivara la renovación de las debidas relaciones de amistad de los dos clubs no en pugna con la natural y vieja rivalidad». Así se dio por terminado uno de los casos que más ahondó en la rivalidad futbolística sevillana.
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