Sevilla FC: Rubén Vargas resiste la alargada sombra de Lukebakio
El suizo se ha convertido en referente ofensivo del Sevilla, siendo uno de los mejores asistentes de Europa y acoplado a la perfección al estilo Almeyda
El entrenador solicitó que no se le vendiese cuando ya se negociaba con el Villarreal, al entender que su sentido de equipo era mayor que el del belga
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Iniciar sesiónRubén Vargas no ha necesitado ningún alarde de estrella para que el cuerpo técnico del Sevilla se haya dado cuenta del tipo de jugador que tiene en la plantilla. Un hombre que no quiere destacar por tener el foco encima suya, pero que ... actúa como líder ofensivo del equipo sin que nadie se lo haya pedido. El suizo ha comenzado la temporada como un cañón. Pocos igualan en el campeonato español su impacto inicial, con influencia en hasta cinco goles del conjunto nervionense, cuatro de ellos mediante asistencias, como la última antes de marcharse al parón con su selección, significando el segundo tanto de los sevillistas al Barcelona. Una jugada repleta de velocidad y precisión. Y es precisamente lo que le pide Matías Almeyda al suizo, el elemento desequilibrante que no quiso dejar marchar en verano y que ahora moldea para que sea uno de los hombres a seguir en el campeonato de Liga. Para el propio campeonato, el número 11 del Sevilla ha sido de los mejores jugadores del mes de septiembre. Cada partido que pasa está mejor y el Sevilla lo celebra, ya que llegó hace menos de un año y está marcado en rojo para sacarle una buena plusvalía en cuanto sea posible.
De todos modos, ese negocio futuro se aparca en este momento. Jugador y club saben las circunstancias de unos y otros, por lo que la puerta para su adiós siempre estará abierta. Lo que tienen claro por el Sánchez-Pizjuán es que la progresión de Vargas les permitirá pedir más de los que solicitaban a finales de verano, cuando el Villarreal se lanzó con todo a por el extremo, sentándose con Antonio Cordón a negociar. No estuvo tan lejos el acuerdo entre las partes, pidiendo los sevillistas una cifra que rondase los 15 millones y coger una plusvalía superior a los diez. Sin embargo, aquí aparecía la figura del entrenador. Sobre la mesa del director deportivo estaban las opciones de traspasar a las dos estrellas ofensivas (Lukebakio y Vargas), hasta que apareció la venta de Stanis Idumbo al Mónaco. Por tanto, debía salir uno de los dos de arriba. Almeyda lo tuvo claro: quería quedarse con Rubén Vargas. No es que Lukebakio le molestase o no le pudiera sacar rendimiento. De hecho, en el estreno liguero en Bilbao fue el faro del equipo, con un golazo marca de la casa. Pero en su idea de fútbol necesita la adhesión completa de todos los jugadores, comenzando por un trabajo defensivo extenuante, por lo que el suizo le ofrecía mayores garantías.
y tres asistencias consiguió Dodi Lukebakio en sus 68 partidos vistiendo la camiseta del Sevilla, por los tres goles y cinco asistencias de Vargas en 18 partidos oficiales
Porque no es extraño ver al atacante del Sevilla ser sustituido cuando aún queda un tramo importante y decisivo del segundo periodo. Lo da todo hasta que su cuerpo dice basta, incluso con riesgo de lesión en algunas ocasiones. El técnico le pide que mida sus fuerzas y sus carreras, pero Vargas parece sólo conocer la velocidad máxima de sus piernas y así machaca a las defensas rivales una y otra vez, en ese juego de transiciones que tan bien le vienen a sus cualidades. Explosividad por banda para llegar en ventaja a las inmediaciones del área. Su único gol hasta la fecha en Liga, de los tres que lleva con la camiseta sevillista en 18 encuentros, fue pura energía, calidad y perseverancia. Lo anotó en Vitoria en una jugada que recupera la pelota en el centro del campo del Alavés, se lanza al contragolpe contra una nube de defensas y la pone en el ángulo con su pierna menos buena. No es la primera vez que la izquierda le ayuda a marcar o asistir. También le ocurre en su selección, donde es un fijo para el seleccionador y muestra que partiendo desde la izquierda es capaz de hacer daño saliendo por los dos perfiles.
La figura de Lukebakio
Con la salida de Dodi Lukebakio, el Sevilla perdía a su principal estrella y figura ofensiva. Nadie se acercó ni de lejos a los 11 goles que anotó el belga la pasada temporada, siendo ocho de ellos en la primera vuelta. El entrenador debía encontrar otros caminos hacia el gol, sin depender exclusivamente de un futbolista, por bueno que fuese. Porque García Pimienta, en el mejor momento del belga en Nervión, trataba de provocar situaciones en las que cogiera el balón en ventaja, encarase a su marcador y disparase a portería. Le fue bien mientras al propio Lukebakio le duró la gasolina y los rivales comenzaron a realizarle marcajes más agresivos, de dos o tres contra uno. Ahí se acabó el fútbol ofensivo de los sevillistas. Ahora tratan de atacar abriendo el campo con los laterales o carrileros, con el apoyo de Alexis Sánchez, Alfon (cuando esté completamente recuperado) y el propio Rubén Vargas, quien se congratula de este fútbol con vértigo.
«Estoy jugando en varias posiciones y todas son buenas para mí, como la forma en la que quiere que ataquemos», destacaba el helvético en una entrevista reciente. «Es un estilo de juego que me viene muy bien», reconocía, visto los datos de su arranque de curso, con las cuatro asistencias y el gol en sólo siete partidos. Su concurso ante el Mallorca está más que garantizado, pese a que Almeyda aún debe hablar con él para valorar sus sensaciones actuales tras dos titularidades en el parón internacional. No quiere perder efectivos ahora que ve la enfermería vacía, menos por un sobresfuerzo, justo cuando tiene elementos encima de la mesa donde elegir sin que el nivel descienda drásticamente.
«Lo puedo utilizar en varias posiciones y es de esos jugadores que entrega todo. En la mayoría de partidos es muy honesto y en el 65-70 ya pide el cambio porque lo dio todo»
Matías Almeyda
Entrenador del Sevilla FC
Es obvio que Vargas uno de sus futbolistas predilectos, de esos que están siempre en su cabeza a la hora de plantear los partidos, sabiendo con qué lateral se va a medir o qué sistema defensivo utiliza el rival para saber el lugar por donde debe moverse. Lo ha colocado en la izquierda y también jugando por dentro, sobre todo cuando el sistema de cinco atrás resta un elemento ofensivo, teniendo que hacer de enlace con el hombre más en punta, realizando muchos kilómetros a gran velocidad por el hecho de ser el nexo de unión. En todas esas posiciones ha rendido y ha demostrado un compromiso que tiene rendido a su entrenador.
«Es un jugador que aporta mucho al equipo. Lo puedo utilizar en varias posiciones y es de esos jugadores que entrega todo. En la mayoría de partidos es muy honesto y en el 65-70 ya pide el cambio porque lo dio todo», definía el técnico argentino. «Vamos a intentar trabajar para que pueda intentar aguantar un poco más», le aprieta Almeyda, a lo que ha respondido Vargas: «Creo que cuando entrene más y tenga más partidos, podré jugar noventa minutos». Almeyda y Vargas van de la mano. La sombra de Lukebakio ya queda bien lejos.
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