Recuperar la autoestima, primer mandamiento para Almeyda

Cuando Rubén Vargas anotó el tanto del empate, Almeyda y todo el banquillo lo celebraron como si de un partido de competición se tratase. Los rostros tras el encuentro también eran bien distintos a los del primer amistoso ante el Birmingham, cuando el equipo, con todavía una gran carga de trabajo en las piernas, no ofreció la imagen deseada. Aunque el Sevilla se ha medido a dos equipos con más tiempo de preparación, algo influyente a estas alturas del verano, el cuerpo técnico quería poner en valor ese buen trabajo del equipo, con un segundo tiempo en el que sí se vieron los conceptos tácticos que Almeyda quiere imponer.

El propio mensaje del entrenador tras el partido ofreció esa lectura positiva con respecto al juego ofrecido por sus futbolistas. «Por momentos el primer tiempo arrancó parejo, pero tuvimos un bache de unos diez minutos en el que nos perdimos. Vino el gol en un pase desafortunado, pero valoro mucho que volvieron a entrar en juego más allá del último tiempo que vive el club en cuanto a resultados. Revertir esa situación mentalmente era una buena práctica. En el segundo tiempo ya se hicieron muchas más acciones de lo que buscamos», expuso Almeyda en los medios oficiales del Sevilla. «Vamos en ese trabajo y en ese camino. Hoy ya empezamos a ver algo de lo que pretendemos e intentaremos que los jugadores dejen el alma como lo hicieron hoy, aunque sea un amistoso», añadió Almeyda, destacando ese trabajo físico que viene realizando el equipo sevillista en la ciudad deportiva.

El regreso de los internacionales también elevó la competencia interna, un factor fundamental para mejorar el rendimiento. «Todos tenemos que estar a buen nivel, luego el que se equivoca es el entrenador, aunque esperamos que no. Para mí la competencia es la base. Querer ser mejor que el compañero y demostrar que uno puede. Ésa es la manera de ganarse un puesto, al menos con este entrenador», señaló Almeyda, que insistió en esa necesidad de limpiar la mente de sus jugadores: «La imagen que dejó el equipo es buena. Estamos buscando cambiar esa mentalidad que te bloquea y hay que salir adelante, todos juntos. Con el apoyo de esta afición te dan ganas de salir y jugar un rato. Estamos todos con el mismo objetivo de que el año sea bueno».

El empate ante el Sunderland, un equipo que llevaba dos semanas más de entrenamientos que el Sevilla, no sólo dejó esa imagen más parecida a lo que pretende Almeyda, sino que también permitió el estreno de Gabriel Suazo, pese a que apenas llevaba unos días con el equipo. El lateral chileno, que acabó fundido tras disputar el segundo tiempo al completo, pareció adaptarse a la perfección al equipo desde el inicio. Esa experiencia y carácter fue uno de los motivos para que la dirección de fútbol apostase por su contratación y Suazo ya comenzó a aportar desde el primer día. La asistencia a Vargas en el tanto del empate, con subida hasta la línea de fondo incluida, fue la carta de presentación del chileno.