Rayo - Sevilla: En-Nesyri e Isaac golean a la crisis (1-2)

Toca celebrar. Porque esto de ganar, desde luego, no es moco de pavo para un Sevilla FC que sólo ha sido capaz de amarrar con ésta del Rayo cuatro victorias en 23 jornadas ligueras. Respira así el equipo con tres puntos de oro que lo despegan algo del precipicio. El empate del Cádiz y la victoria del Celta metían una presión desorbitada y, por fortuna, el equipo de Quique Sánchez Flores ha sabido responder y obtener un resultado esencial de cara a ir edificando la salvación sin más agobios de la cuenta.

Ahora toca recuperar, subir más gente al carro y enfocar la siguiente parada, el domingo en el Sánchez-Pizjuán, donde espera la visita del verdugo copero, el Atlético del Cholo. Si ya de por sí la batalla con los colchoneros se presenta siempre peliaguda, este Sevilla FC que quiere levantarse peleará también contra sus propios demonios como anfitrión: no consigue un triunfo en casa desde el pasado mes de septiembre. El duro reto, seguro, se encarará mejor desde la balsámica victoria ante el Rayo... y con la certeza de un equipo que debe crecer desde el veneno de sus dos delanteros titulares y la mejoría atrás.

Con las bajas sensibles de los sancionados Suso y Sergio Ramos, Quique optó por mantener su habitual defensa de cinco, incrustando a Acuña entre los centrales y a Lucas Ocampos, en la apuesta más llamativa, de carrilero izquierdo. Se fajó bien el de Quilmes en esa posición, con mucha brega en la intensa noche de Vallecas. Además, Sow ingresó como parte de un centro del campo muy físico junto a Agoumé y Soumaré, mientras que arriba llegó la otra gran novedad, la que decantaría definitivamente el duelo: jugar con dos delanteros, el fenómeno Isaac y el regresado Youssef En-Nesyri. Eso le cayó como una bomba de relojería al Rayo. Para el Sevilla resultó una bendición juntarlos. En efecto, Quique lo sabía… el lebrijano y el marroquí desarticularon por completo al conjunto de su homólogo Francisco a base de velocidad y pegada.

Ya era hora de que el sevillismo tuviera algo a lo que agarrarse de verdad. Y eso que la contienda empezó con susto, porque a los diez minutos la parroquia local ya estaba reclamando penalti por manos de Marcao dentro del área. Hernández Maeso y sus ayudantes acertaron en no atender las quejas rayistas. El balón le venía rebotado de su propio cuerpo al defensor brasileño, que, todo hay que decirlo, volvió a completar un partido más que aceptable y aportó solidez a la zaga de Quique.

Mientras, la delantera sevillista calentaba motores. Isaac encaró portería tras un gran control pero acabó llenándose de balón ante la salida de Dimitrievski y no vio cómo En-Nesyri entraba solo por su lado. Ocasión clarísima como preludio, si bien en la siguiente acción, la respuesta del Rayo fue soberbia por medio del eléctrico Álvaro García. Marcao evitó el tanto del utrerano anticipándose a tiempo.

En medio del frenesí del partido, golpearían primero los de Quique Sánchez Flores aprovechando la primera combinación letal de su pareja de estiletes. La jugada la inició Isaac Romero y la culminó de manera excepcional En-Nesyri. 0-1. Brincaba el banquillo nervionense. Alegría. No podía celebrar mejor su regreso el bueno de Youssef, con una sonrisa de oreja a oreja abrazando al nuevo socio que se ha encontrado arriba. Lo cierto es que el Rayo no se amilanó con el golpe y antes de la media hora el equipo de la franja lograría establecer la igualada, con arrestos. El 1-1 lo firmó, como no, Isi Palazón recogiendo un excelente servicio del Pacha Espino desde la izquierda. El de Cieza se adelantó a Acuña y la pegó mordida superando a Nyland por arriba. Nada pudo hacer el meta noruego del Sevilla.

El partido volvía a las tablas iniciales. Pero el 'hambre' de Isaac y En-Nesyri no se cortaba, continuaba in crescendo. Gloria para el Sevilla. Otra jugada entre ambos acabó en paradón de Dimitrievski en la antesala del segundo tanto nervionense. El 1-2 llegó justo antes del descanso. Enorme apertura de Isaac para En-Nesyri y definición magistral del marroquí para consumar su doblete y poner por delante de nuevo al Sevilla FC.

Así se marchaba el encuentro a su intermedio. El Sevilla competía, generaba, y sobre todo se frotaba los ojos con la exhibición de sus delanteros. Notable también el desempeño de la defensa y de un centro del campo fuerte y equilibrado, en el que la peor noticia fue la lesión de Agoumé en la segunda parte que obligó al franco-camerunés a abandonar el campo antes del final del duelo. Una pena porque el medio cedido por el Inter se ha adaptado a las mil maravillas y está ofreciendo un nivel muy interesante junto a Soumaré. En la reanudación, el guion del choque no varió mucho con la mínima ventaja sevillista.

Quique fue refrescando piernas con la entrada del canterano Hormigo por Acuña y de Óliver Torres en lugar de Sow. Con las permutas, el Sevilla logró contener el arreón de los locales en busca del empate. El gol lo rozó Pep Chavarría de cabeza, pero sobre todo Isi Palazón y Camello con sendas ocasiones clarísimas que desbarató Nyland. Inspirada noche también la del cancerbero sevillista. Pasado el temporal, el cuadro de Quique volvió a tomar los mandos con personalidad y fue el Sevilla el que pudo sentenciar con el tercero. La tuvo Isaac en su enésima llegada y posteriormente Lucas Ocampos estrellando un lanzamiento al poste. El reloj corrió y los de Quique consiguieron amarrar un triunfo de oro. Respira el Sevilla. Sonríe su gente. Con estos dos delanteros vendrán seguro más noches así…