Sevilla FC
Quique vuelve al casillero de salida antes de visitar a Las Palmas y Getafe
El técnico madrileño ha modificado sus últimos planteamientos ante Almería y Celta y no han estado a la altura
Bronca entre En-Nesyri y Quique Sánchez Flores: acabaron encarados y separados por Ocampos
Quique Sánchez Flores dando instrucciones durante el Sevilla-Celta de la
El Sevilla FC tiene problemas a todos sus niveles, como se evidenció en la pasada junta de accionistas del lunes. No obstante, la preocupación más acuciante a corto plazo es la referente al rendimiento deportivo, sobre todo, tras los dos últimos partidos perpetrados. ... Quique se aseguró durante el mes de febrero un colchón de puntos, que no ha resultado ser lo suficiente mullido como para experimentar. Las inesperadas victorias ante el Atlético de Madrid y Real Sociedad transmitieron una falsa sensación de que el equipo había superado sus problemas. Esto, unido a la alegría de haber encontrado una delantera con pulso y funcional con la dupla Isaac y En-Nesyri, motivó al resto del grupo que, cuando actúa en bloque, es capaz de plantar cara a cualquier rival. El runrún dejó de sonar por un tiempo en Nervión y se empezó a creer en el equipo.
Sin embargo, tras la remontada del Celta de Vigo en el Sánchez-Pizjuán el pasado domingo y el empate previo en Almería, la sensación es que el Sevilla FC se ha reiniciado a una versión más antigua. Jugadores mal colocados, no ajustados bien en defensa, cansados, que dejan pasillos enteros para que el rival campe a sus anchas. Una vez más, el centro del campo volvió a ser prácticamente inexistente, apenas se ganaron segundas jugadas y los errores en la salida de balón fueron recurrentes.
Pasó con Mendilibar y con Diego Alonso, y está volviendo a pasar con el tercer entrenador de la temporada. La actitud del vestuario es más que mejorable y la limpia que la dirección deportiva tiene que hacer, aunque está motivada por el dinero, también vendrá bien para airear las ambiciones. No obstante, no todos los pecados en los que cayó el equipo en las dos últimas jornadas son fruto del desacierto del grupo. Quique Sánchez Flores quiso cambiar su planteamiento habitual, dar un paso más, pero la jugada no le pudo salir peor.
El problema no es que el técnico ambicione sacarle más partido a una plantilla que, evidentemente, tiene calidad para hacer más. Quique ha optado por un Sevilla en bloque medio esperando al rival en la zona de tres cuartos, pero ante Almería y Celta el equipo se soltó en campo rival y no salió bien. La descoordinación y ruptura del bloque penalizó tanto el aspecto ofensivo como el defensivo. A esto se le suma que tanto Isaac como En-Nesyri no estuvieron acertados de cara al gol, sin ganar las segundas jugadas. Pero lo preocupante de Quique es que no sea capaz de enderezar un planteamiento deficiente y opte por empobrecer al equipo cuando todo se está desmoronando. Menos lógica aún tiene que, ahora que tiene a su disposición a casi todos sus efectivos, el técnico opte por alinear a descartes teniendo a jugadores de calidad calentando el banquillo.
Cuando la necesidad ha apremiado, el madrileño supo sacarle jugo a una plantilla muy escueta. Bien es cierto que su once estaba muy encorsetado y que el 'plan a' estaba muy por encima del 'b'. No obstante, ahora cuando tiene dónde elegir, no parece tener muy clara la hoja de ruta para cambiar el rostro. Así, el parón liguero por la celebración de duelos internacionales llega en un buen momento. El madrileño tendrá que estudiar de nuevo su plantilla e intentar contener a esa sensación de descontrol que ha vuelto a mostrar su patita. Las próximas citas ligueras serán fuera de casa ante Las Palmas y Getafe. Dos visitas muy duras, que pondrán una vez más a prueba la solidez mental del equipo. El descenso sigue a seis puntos, una distancia demasiado corta a nueve jornadas del final del curso. El Sevilla no está salvado y un par de tropiezos pueden volver a meterlo en el hoyo.
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