A Quique se le atraganta también la gobernabilidad del vestuario

Al club se le ha tachado de 'trituradora' de técnicos durante este agrio periodo, pero después de probar tantos perfiles diferentes sin que prácticamente ninguno de los entrenadores elegidos consiga enmendar la plana, resulta inevitable girar la mirada hacia los futbolistas. Capítulos desagradables como el de En-Nesyri con Quique Sánchez Flores en el partido contra el Celta se vienen viviendo en mayor o menor medida por Nervión en los últimos tiempos, roces que emanan siempre desde el mismo denominador común: el de los malos resultados. El vestuario del Sevilla FC presenta sus complejidades. Pese a que la dirección deportiva lleva a cabo un proceso de reestructuración y rejuvenecimiento del plantel, aún queda mucha tela que cortar y trabajo por delante. Hay grupos diferenciados por nacionalidades, como ocurre en la mayoría de los equipos, pero sobre todo existen particularidades contractuales e incertidumbres de futuro en muchos futbolistas que no contribuyen, desde luego, a la gobernabilidad del vestuario del Sevilla FC.

No se discute la profesionalidad, pero hay, por ejemplo, jugadores relevantes que terminan contrato en junio y que saben que tienen pie y medio fuera. Son los casos de Lamela y Óliver Torres, pero también de casi todos los cedidos. En ese grupo de los Soumaré, Agoumé, Alejo Véliz y Hannibal Mejbri, unos saben que no cuentan y otros intuyen que el Sevilla FC no podrá ejercer sus opciones de compra. Caso aparte merecen los capitanes Jesús Navas y Sergio Ramos, quienes revisarán sus vinculaciones en verano. Luego hay un núcleo muy importante de pesos pesados que terminan contrato en 2025 y que pueden ser traspasados si no renuevan antes de que en enero negocien como agentes libres. Ahí se encuentran Acuña, Dmitrovic, Suso, Lucas Ocampos y hasta Youssef En-Nesyri. Aunque la peor patata caliente está en aquellos jugadores con contratos largos (hasta 2026 ó 2027) que no cuentan para nada, como Januzaj, Rafa Mir o incluso Joan Jordán.

La imagen de Quique Sánchez Flores quedó muy dañada tras ese fuerte cruce que tuvo con el goleador del equipo, Youssef En-Nesyri, al sustituirlo en la segunda parte del encuentro ante el Celta en el Sánchez-Pizjuán. Una vez más, el entrenador es el que sale peor parado en este tipo de situaciones que se repiten en Nervión. Julen Lopetegui apretó de lo lindo al plantel durante más de tres años y, éxitos aparte, acabó teniendo diferencias con muchos de sus jugadores por sus decisiones. El caso de Sampaoli fue peor. Criticado curiosamente y de manera pública por sus propios compatriotas, como Lucas Ocampos. Acuña fue más allá, rompiendo delante de las cámaras durante un partido el papel que el entrenador le entregó a un compañero con instrucciones. De las chispas que saltan del vestuario sevillista no se libró ni Mendilibar. El vasco tuvo diferencias sobre todo con dos veteranos. Nunca vio a Sergio Ramos como titular. Pero su finiquito lo firmó cuando Fernando Reges le afeó de manera airada su sustitución en el empate 2-2 contra el Rayo Vallecano en el Sánchez-Pizjuán en la jornada 9ª. Aquel gesto del brasileño resultó fulminante para José Luis Mendilibar. Un par de meses después, el jugador pidió rescindir para volver a su país. Con Diego Alonso, el plantel directamente no lo creyó: el Sevilla no fue capaz de ganar ni uno solo de los ocho partidos ligueros que disputó con el técnico uruguayo, algo inédito.

Poco después de acabar el último partido ante el Celta, Quique valoró su enfrentamiento público con En-Nesyri, intentando pasar página pero sin restar gravedad a los hechos: «No me gusta que haya aspavientos o protestas que puedan ir en contra de la imagen del equipo o del club. Era una situación revolucionada, entiendo que haya muchas pulsaciones, pero no puedo permitir que unos se sientan distintos a otros. Lo dialogaremos y lo vamos a resolver. Tiene una lesión en el tobillo desde hace dos semanas y está jugando mermado. Dicho esto, se acaba resolviendo internamente», explicó en tono muy serio Quique Sánchez Flores sobre un En-Nesyri que de momento se encuentra concentrado con la selección de Marruecos en este parón.