El cambio de Kike Salas en su momento más difícil: trabaja a destajo para olvidar su asunto judicial
El defensor ha regresado a sus antiguos hábitos de entrenamiento, para elevar así su nivel tras el susto de la investigación por las apuestas deportivas
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Kike Salas está viviendo unos meses extraños en el Sevilla. Probablemente, los peores de su vida. Es cierto que las personas que rodean al defensor del conjunto de Nervión en su ámbito personal lo ven tranquilo. Sin hablar de ese tema que saltó ... a la luz pública mediado el mes de enero, sobre la presunta vinculación del moronense en una estafa a una casa de apuestas. La investigación, lenta en estos casos, sigue su curso, mientras el jugador vive su día a día como los meses anteriores a que su vida personal y profesional diese un tremendo vuelco. Es cierto que Kike, de pocas palabras, tampoco ha expresado sus sentimientos en el ámbito colectivo, dentro de un vestuario que conocía la noticia al mismo tiempo que el investigado, con enorme sorpresa. El central no quiso explicar nada más. Se lo guardó para sí mismo. Tenía que lidiar ese problema desde la privacidad, mientras seguía ejerciendo su profesión. Y algo hizo clic en su cabeza. De repente, Kike Salas ha comprobado que su vida deportiva puede perderse por un asunto extradeportivo. Y no sólo eso, sino que tras la confirmación en el primer equipo de la mano de Quique Sánchez Flores, sus actuaciones esta temporada tampoco estaban siendo como deseaba. Algo le estaba ocurriendo. El tren partía sin estar montado en él.
Es habitual en los jóvenes que dan el salto, se asientan en el primer equipo y firman su primer gran contrato como profesionales, que ese momento de valle deportivo aparezca. Los focos alumbran más en lo más alto y existe también un riesgo elevado de no saber gestionar todo lo que conlleva ser un personaje conocido y reconocible. No es que la fama enturbiase a Kike Salas, pero sí que abandonó algunos hábitos que lo habían llevado hasta lo más alto. El principal, sus duros entrenamientos fuera de la ciudad deportiva. Y también dentro de ella, donde ha vuelto a mostrar esa energía de sus inicios. Seguramente, provocado porque las tardes las dedica a marchacarse fuera. Ahora se le puede ver con otra soltura física. Mucho más metido en los partidos, sin dejar espacio a los rivales. Encima, despeja, choca y sale vencedor en la mayoría de los duelos. Da la sensación de estar un punto por encima del resto. Y, lo más importante, su cabeza parece haber aceptado el reto de ser titular en el Sevilla en la posición por la que subió al vestuario del Sánchez-Pizjuán.
Porque el camino de Kike, como el de otros tantos canteranos, no ha sido sencillo. Su tío y exfutbolista profesional, Víctor Salas, le ayudó en sus inicios, tratando de moldear su físico para competir en la élite, dentro de ese centro donde otros deportistas profesionales aprovechan para mejorar fuera de la ciudad deportiva su estado corporal. Kike Salas comenzó con él, aunque ahora haya decidido prepararse por otro lado, dejando que lo profesional y lo familiar no vayan en el mismo saco. Y su remontada profesional va a velocidad de crucero. Otro asunto es que el extradeportivo dé la cara de aquí a unos meses y toda esta película sea para nada. El lado positivo de toda esta historia es el cambio de actitud de Kike Salas. Hasta que una persona, del ámbito profesional que sea, no se da cuenta de que puede perder lo que tiene, no actúa en consecuencia.
Pareja de centrales con Badé
García Pimienta también está plenamente satisfecho de la evolución de Kike Salas. Lleva toda la temporada buscando esa pareja de baile ideal para Loïc Badé que dé la seguridad defensiva tan ansiada en Nervión. Y por fin la ha encontrado. Tras jugársela con Nianzou, hasta que el francés cayó lesionado, e ir taponando la hemorragia defensiva con la experiencia de Gudelj, ahora confía su suerte a la energía del canterano, quien le está respondiendo en la hierba. El Sevilla cada vez encaja menos, lo que provoca que sólo haya perdido tres de los últimos 14 partidos, justo en los duelos ante Atlético, Real Madrid y Barcelona. «Creo que está haciendo una temporada muy buena. Es central, destaca en su posición natural. Lo pongo a jugar porque se lo ha ganado. Creo que hay central para muchos años, y que tiene margen de mejora», afirmaba el entrenador del Sevilla, convencido de que ha entrado en el camino correcto.
Apostar por los jóvenes es parte de su tarea. Es consciente de ello. No le tiembla el pulso, aunque también sabe que debe lidiar con esos pocos veteranos que amarran de cerca al vestuario. No los Suso o Marcao, sin aportación alguna dentro del terreno de juego, pero sí los Saúl o el propio Gudelj. El canterano debe tirar la puerta abajo y eso es lo que está consiguiendo el de Morón de la Frontera, asentado como defensor central en una línea de cuatro, cuando no se confiaba del todo en que pudiese ser capaz de quedarse con el puesto con ese dibujo donde las costuras pueden saltar por los aires al mínimo error.
En Vallecas, sin ir más lejos, en la penúltima jornada de Liga disputada hasta la fecha, tuvo un pase hacia el portero que no terminó en gol de milagro. Uno de los pocos pecados que se le pueden atribuir a un equipo que sigue creciendo, pero que busca sin descanso el comodín de su portería para salir del atolladero de la presión rival. Porque a Kike también se le ha mareado jugando como lateral zurdo, cuando su única baza en este sentido es la potencia de su zancada, perdiendo los duelos ante extremo pequeños y más veloces. Ha tenido que dar un paso al frente para que su entrenador entierre esta posibilidad. Que lo vea como el central de jerarquía que siempre ha aspirado a ser y, poco a poco, va consiguiendo.
No olvida esas enseñanzas y conversaciones con Sergio Ramos, dentro y fuera del terreno de juego. Kike ha añadido a su fútbol un punto de mala uva a la hora de ir a los balones aéreos o divididos. Sale de verdad y a la verdad. Sin miedo al golpe con el contrario porque quien va con más fuerza se hace finalmente menos daño. Fue una de las lecciones de Sergio para uno de esos centrales que, ahora, se les abre un mejor futuro en la élite. Y en el Sevilla. Todo dependerá igualmente de lo que suceda con la investigación por parte del Juzgado de Morón. Kike se ha centrado en él. En el fútbol. En su carrera. Que nunca se llegue a recriminar por qué no lo di todo cuando lo tenía en mi mano.
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