Noche de despedidas y cuchillos afilados (1-2)

El duelo arrancó marcado por las protestas de un sector de la afición contra la gestión de la directiva del Sevilla FC. Medio millar de aficionados ocuparon con diez minutos de retraso sus asientos a gritos de «Directiva, dimisión». Un lema que fue muy recurrente durante la primera media hora del partido. No es para menos, es la segunda temporada en la que el Sevilla FC ha salvado los muebles sin brillantez alguna y, en esta ocasión, sin el premio de la Europa League del año anterior. Con esta derrota ante el Barcelona, la tercera consecutiva después de conseguir matemáticamente la salvación, el cuadro hispalense cierra su peor curso de todo el siglo XXI. Lo hace quedando como el 14º clasificado de LaLiga EA Sports y con tan sólo 41 puntos en su casillero. Aunque Quique, enfundado en un traje negro, vivió esta despedida de Nervión con el cierto regusto de haber plantado cara a una de las bestias negras de los hispalenses... además de escuchar cánticos a su favor durante todo el encuentro.

El balón empezó a rodar por el césped del Sánchez-Pizjuán y, rápidamente, el conjunto culé hizo trabajar a Nyland. El portero volvió a firmar un excelso partido en el que demostró que su renovación es más que merecida. Una buena mano del noruego evitó a los siete minutos el tanto de Fermín, la primera llegada clara del encuentro. Los de Quique tenían dificultad para salir de su campo y apenas disfrutaban de la posesión del balón, mientras que el Barcelona serpenteaba entre las líneas rivales para hallar el hueco. Fue rozando el primer cuarto de hora cuando Lewandowski adelantó a los suyos, por medio de un cabezazo en el segundo palo tras aprovechar una buena asistencia de Joao Cancelo desde la frontal.

Nada que la grada no se esperara, que siguió a lo suyo con cánticos y protestas contra la directiva, mientras que el equipo perdía balones de forma peligrosa y el 0-2 se intuía cerca. No obstante, Pedrosa detectó un fallo de Koundé cerca del área barcelonista y aprovechó para tirar a puerta desde la frontal, un tiro que bloqueó Ter Stegen por abajo. Esta jugada inyectó algo de moral al Sevilla, que empezó a meter una marcha más para lograr encadenar un par de jugadas aprovechables. Lukebakio, siempre dispuesto a hacer cosas, firmó una gran jugada ante Fermín dentro del área y obligó al meta rival a salvar los muebles.

Juanlu, heredero de Navas, puso con muy buen criterio un par de centros que fueron desactivados por la defensa azulgrana. El Sevilla tomó el control del partido y, llegados al minuto 30, el de siempre igualó el marcador. En-Nesyri alcanzó un gran pase en profundidad de Soumaré y definió a la perfección ante Ter Stegen. Un gol, el número 20 del marroquí esta temporada, que la grada 'celebró' arremetiendo una vez más contra la directiva del club. 1-1 y el partido se rompió antes de llegar al descanso. Ambos conjuntos empezaron a meterse miedo mutuamente en un despliegue físico que silenció las protestas y captó toda la atención de los espectadores. Paradones de Nyland, intervenciones salvadoras de Cubarsí, dos balones estampados en la madera y final de la primera parte.

Otra imagen que dejó el duelo fue ver a Marcao de nuevo enfundado en la elástica del Sevilla. El brasileño entró por Kike Salas en el descanso ante la gran sorpresa de los presentes. También lo haría más adelante Mariano por Lukebakio. Un gesto que Quique quiso tener con estos jugadores que han permanecido en el ostracismo absoluto durante todo el curso.

Los hombres de Quique saltaron con las mismas energías con las que finalizaron la primera mitad. Juanlu y Ocampos buscaban la portería defendida por Ter Stegen sin éxito y, cuando mejor parecía estar el conjunto local, llegó el segundo del Barcelona. Fermín volvió a adelantar a los azulgranas con un disparo raso ajustado desde fuera del área al que no llegó Nyland en el minuto 58. Esta acción la respondió Ocampos mandando el balón al segundo palo con un cabezazo, que sacó el meta culé.

No obstante, el Barcelona se encargó de bajar el ritmo del juego para recuperar el control de la situación. Los de Xavi empezaron a sobar el balón y el Sevilla a bailarle el agua, algo que reactivó las protestas de la grada. Pasado el minuto 70, un trallazo de Pedrosa desde la frontal, que despejó con una mano por arriba Ter Stegen, volvió a meter a los de Quique en el partido. Los entrenadores movieron sus piezas y Mariano entró en acción cazando un balón en el área, que Ter Stegen desvió. Parecía que el duelo volvía a entonarse y el Sevilla comenzó a asediar el área rival. En-Nesyri, con una actitud total de killer, buscaba sin premio mojar una vez más, quizás la última, en su feudo. No pudo ser y rozando el final del partido fue sustituido por Alejo Véliz. Quique quiso que el marroquí se fuera por todo lo alto y lo consiguió. La grada se volcó y le ovacionó hasta la saciedad. 

Los ánimos en el estadio se desligaron del resultado del marcador. El sevillismo optó por cantar junto y apoyar a Quique hasta el último aliento del duelo. La última de la temporada la tendría, como no, Ramos. Una falta muy peligrosa al borde del área barcelonista dio la oportunidad a los locales de empatar in extremis. El balón se marchó alto y el final llegó de forma inexorable.