Una moneda al aire: permanencia o descenso
El equipo de Nervión se juega la salvación en un partido que puede cerrar su objetivo y dejarlo herido de muerte a falta de sólo dos jornadas
Caparrós, sobre el asalto a la ciudad deportiva: «Yo soy un Biri más»

Al término final se le ha perdido el valor real de partido definitivo con el uso indiscriminado del mismo. O es una final para levantar un título, o se trata de un partido definitivo donde te juegas en 90 minuto un objetivo. La visita de ... Las Palmas al Sánchez-Pizjuán sólo puede considerarse como una final. Los duelos también en casa ante Alavés o Leganés fueron un aperitivo de este decisivo encuentro. ¿Qué le vale al Sevilla? Ganando eliminaría al equipo canario de la pelea que ambos tienen por no descender y ya sólo le quedaría fijarse en un Leganés con cuatro puntos menos a falta de seis. Los madrileños juegan en Villarreal. Es decir, que en condiciones normales, estos tres puntos le servirían a los de Nervión para salvarse. ¿Qué sucedería en caso de derrota? Las Palmas se colocaría a tres puntos y con el goal average vencido. Se la debería jugar el Sevilla ante el Real Madrid y el propio Villarreal, quienes, con la actual dinámica perdedora de los sevillistas sólo tendrían que elevar mínimamente el nivel para despedazar a un conjunto roto y hundido, que fue incapaz de sumar un punto ante un rival con diez como el Celta. El drama está servido. No hay que mirar más lejos. Victoria o desastre. Triunfo o descenso.
Es cierto que el empate sería considerado como el mal menor. Quedaría todo pendiente al goal average general, a la diferencia de goles a favor o en contra, metiendo también al Espanyol -se mide al Barcelona- en una película de triples empates compleja. Sumando un punto incluso podrían salvarse los sevillistas, pero deben sumarlo antes de que les aplaste ese cruel destino al que no paran de invocar desde hace demasiado tiempo. La confianza del vestuario en sacar lo necesario para salvarse es nula. El equipo, salvo honrosas excepciones, parece haber aceptado que el descenso es casi inevitable, peleando lo justo, con un bloqueo mental que trasciende a las piernas de unos futbolistas que miran hacia otro lado cuando deberían levantar la bandera del equipo e impulsar a los más jóvenes hacia el triunfo.
Alineaciones probables
- Sevilla FC: Nyland; Carmona, Badé, Kike Salas, Pedrosa; Gudelj, Agoumé, Sow; Suso, Peque y Lukebakio.
- UD Las Palmas: Horkas; Rozada, Álex Suárez, Herzog, Mika Mármol; Bajcetic, Essugo; Januzaj, Sandro, Moleiro y McBurnie.
- Árbitro: Martínez Munuera (C. Valenciano).
- Estadio: Ramón Sánchez-Pizjuán (21:30). GOL y Canal Sur TV.
Desde el club no se sabe qué medida tomar en el caso de que Las Palmas se haga con la victoria y el miedo trascienda a todos los niveles. La solución de Joaquín Caparrós no ha servido de nada. De hecho, ha empeorado las sensaciones del equipo con García Pimienta, desconectando a jugadores como Isaac, que encima verá el partido desde la grada para cumplir ciclo de amarillas, con otras decisiones controvertidas en sus planes de juego, metiendo excesivo músculo a un equipo falto de calidad, cuando lo que más necesita es la veteranía y experiencia de esos hombres a los que nunca les han temblado las piernas cuando el equipo se ha jugado la vida. Jugadores estilo Suso, quien debe recuperar la titularidad si a Caparrós no le da un ataque clementista y vuelve a poner a cuatro centrales y dos laterales de inicio.
Ambiente en el estadio
La afición del Sevilla no es que esté mosqueada o cansada, directamente no aguanta más. Los episodios que se viene sucediendo últimamente, tanto de protestas legítimas, como las vandálicas, son un claro ejemplo del nivel de presión social que vive la entidad. Nadie ha querido salir a pedir mesura. O tranquilidad. Apoyo real pese a los errores cometidos. Nadie. Todo se ha limitado a un comunicado señalando a los culpables del asalto a la Ciudad deportiva. Hace tiempo que el club no levanta la voz haciendo autocrítica real. De poco iba a servir antes de un partido de esta trascendencia, pero todo lo que se hace o se deja de decir deja en evidencia esa ruptura social. Sin el apoyo del Sánchez-Pizjuán todo se hace más complejo. Y tanto. Ante el Leganés sí hubo y aun así se pudo hasta perder. Contra Las Palmas volverá a agitarse ese avispero que es ahora mismo el coliseo nervionense. Puede colaborar para lograr ese objetivo mayor de la permanencia, aunque también servir de tumba si el equipo no reacciona y le da por ponerse por detrás, haciendo que esas sombras del descenso se conviertan en realidad casi por arte de magia.
El campo del Sevilla históricamente ha ayudado en los momentos de angustia. Ha levantado al equipo cuando estaba roto. Y lo volverá a intentar. Porque nadie en su sano juicio considera verdadero esa premisa de que un descenso limpiaría el club de aquellos que lo han llevado a la ruina deportiva y económica. No sería tan sencillo, ni se va a dar de este modo. Sólo provocaría un hecho histórico. Dejaría al club con la peor deuda de su historia y en una competición que no es la suya, con la mancha reputacional que esto conlleva. Decíamos el significado de las finales. Para el Sevilla lo es todo ante Las Palmas. El ser o no ser. El ser o dejar de ser el Sevilla FC.
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