Loïc Badé, la nueva estrella del rock sevillista

Durante su despedida, Ocampos pidió tranquilidad al respecto, porque dentro del vestuario sevillista «había muchos líderes que no salían en las cámaras». Algunos nuevos, como es el ejemplo de Saúl Ñíguez, el cual ha llegado, precisamente, con el objetivo de ser capitán general. Sus palabras tras la derrota ante el Girona dejan en evidencia que ya está cubriendo ese rol. No obstante, también hay otros jugadores que llevan más tiempo en la casa, que deben dar un paso al frente en este sentido.

Es el caso de Loïc Badé. Las circunstancias en las que llegó al club blanquirrojo, su fichaje definitivo tras levantar la Europa League en Budapest y su negativa a salir del Sevilla este verano lo moldean como uno de los hombres llamados a liderar al equipo. El central firmó una gran participación en los Juegos Olímpicos con Francia tras una campaña difícil (y no muy brillante) en el Sevilla. Este rendimiento captó la atención de varios clubes europeos este verano, siendo Stuttgart y Roma los más interesados en hacerse con los servicios del jugador francés. De hecho, fueron los únicos en ofrecer los 20 millones de euros que, en un primer momento, el Sevilla pedía por él.

No obstante, fue el propio Badé el que rechazó marcharse del club blanquirrojo y expresó sus deseos de quedarse en Sevilla. Este fuerte interés por el francés no se vio venir y la entidad de Nervión se ha dado cuenta de que, a día de hoy, es su principal activo. El último día de mercado de verano, la Roma volvió a la carga, pero el Sevilla entendía que el precio del jugador había subido, teniendo en cuenta que se quedaría sin su mejor central y no había prácticamente margen para reemplazarlo en condiciones. No en vano, es el único fijo para García Pimienta en el centro de la defensa. Sólo se perdió el duelo ante Las Palmas por unas molestias musculares y, aunque su compañero en la zaga ha variado, él es indiscutible.

Con la vuelta a la defensa de cuatro y la marcha de Sergio Ramos, el jugador juega menos arropado y, ante el Villarreal, tuvo algún que otro error grosero. La sensación de inseguridad dentro del área propia aún no ha sido atajada y se echa en falta a un central de calidad que le acompañe. Un fleco que no remató Víctor Orta este verano, por las limitaciones económicas que tiene el Sevilla esta temporada. No obstante, es evidente que Badé, de 24 años, cuenta con un gran potencial y tiempo para seguir desarrollándose profesionalmente.

Teniendo en cuenta la gran descapitalización que ha llevado a cabo el Sevilla este verano. Ha resultado ser una buena decisión no vender a Badé en esta ventana de mercado. El jugador recibió el pasado domingo la llamada de Deschamps para que sea el sustituto de Wesley Fofana, zaguero del Chelsea, que ha causado baja por lesión en la convocatoria de la Francia absoluta para los duelos preparatorios de la Liga de las Naciones, que arrancan mañana viernes. Se trata de la primera convocatoria del defensa francés con su selección absoluta. El jugador tiene experiencia en los escalafones inferiores, además de su paso por la selección olímpica, pero esta llamada puede asentar al jugador. Otro factor que incrementa su valor de cara a próximos mercados.

Aprovechando este escenario y los deseos del jugador de quedarse. El Sevilla FC cerró esta semana su renovación hasta 2029 y le irá mejorando la remuneración salarial progresivamente. El jugador llegó cedido en enero de 2023 para parchear la errática planificación del verano anterior, en el que se vendieron a Diego Carlos y Koundé, que fueron sustituidos por Nianzou y Marcao. La inexperencia de uno y las lesiones del otro causaron estragos en el rendimiento deportivo del equipo, aquejado de otros tantos problemas más. No obstante, Monchi quiso enmendar la línea defensiva con el préstamo de Badé, proveniente del Rennes.

El francés no sólo cuajó unos grandes meses, sino que fue una pieza importante en el éxito del Sevilla en las eliminatorias de la Europa League. Tras terminar la temporada con ese subidón, uno de los últimos servicios del exdirector deportivo fue cerrar su fichaje por tres temporadas a cambio de once millones de euros. Una de las últimas operaciones de 'poderío' que pudo cerrar el Sevilla. Bien es cierto que en cuestión de un año, el central se ha revalorizado y es, a día de hoy, uno de los pocos jugadores que puede generar plusvalías al club de Nervión.

Con esta mejora de contrato, el Sevilla quiere premiar la fidelidad de Badé, además de cubrirse las espaldas de cara a una futura vente. Eso sí, la cláusula se queda en los 60 millones de euros estipulados en un primer momento. A pesar de las dificultades económicas, la directiva ha decidido mejorarle la ficha, puesto que era uno de los jugadores extranjeros que menos cobra del plantel. Los blanquirrojos han centrado gran parte de sus esfuerzos este verano en rebajar el coste de la plantilla haciendo muchos sacrificios, como la venta a coste cero de Acuña, Augustinsson, Dmitrovic y Óscar Rodríguez.

La mejora de contrato de Badé es un gesto público del Sevilla hacia el jugador, del que esperan que sea clave esta temporada de transición. Con ocho caras nuevas y gran parte de los veteranos fuera, el francés será una pieza esencial para el engranaje.