Getafe - Sevilla: Ramos monta su fiesta de cumpleaños en el Coliseum (0-1)

Y patético, desde luego, lo ocurrido a media hora del final, con origen en la grada... insultos racistas hacia el sevillista Marcos Acuña: "Mono, mono", se escuchó en un sector del Coliseum. Absolutamente lamentable. El árbitro Iglesias Villanueva tuvo que parar por unos minutos el choque y activó rápidamente el protocolo de LaLiga contra el racismo, obligando al conjunto local a radiar a través de su megafonía los preceptivos mensajes de repulsa. Hasta el jugador del Getafe Djené mostró su indignación. Qué vergüenza.

Polémica aparte, los tres puntos son de oro. Y cortan de paso el pequeño bache en el que se habían metido los sevillistas tras conceder un empate en el descuento en casa del colista Almería y perder de manera muy fea en Nervión con el Celta. Quique retoma la dinámica que esbozó esperanza en febrero. Ahora viene el enésimo e intempestivo parón, hasta el domingo de Feria que tocará jugar en Las Palmas y reconfirmar la tranquilidad, prácticamente el único reto que le queda a este Sevilla, que no es poco, en las ocho jornadas que restan.

Sánchez Flores no alteró su habitual dibujo con cinco hombres atrás, con la novedad de Badé (despistado y sin ritmo) y la ubicación de Lucas Ocampos en el carril derecho en sustitución del sancionado Navas. El brazalete del palaciego fue para un Sergio Ramos que celebró su 38 cumpleaños por todo lo alto, con el mejor regalo posible: el gol con el que el Sevilla FC se adelantó en el marcador y ganó el partido, a su estilo, imponiéndose como un tren de mercancías para remachar un lanzamiento de esquina. Y es que los de rojo salieron al Coliseum con ganas de comerse el mundo y zanjar la contienda por la vía rápida. Muy intensos. Fruto de ello, el equipo de Quique encontró premio pronto en el marcador, por medio de ese córner a los 5 minutos de juego. Ilaix Moriba se comió la bola en su intento de despeje y Ramos se anticipó lo suficiente a Alderete para conectar su remate y elevar el 0-1 al electrónico del Coliseum.

Pintaba de maravilla la sobremesa para los de Nervión, muy bien plantados sobre el verde, con la situación aparentemente controlada, dominando el tablero y sin conceder atrás. Pese a todo, quedaba un mundo y el propio paso de los minutos fue alimentando la reacción de los locales. Bordalás se desgañitaba en la banda, hasta que el estandarte azulón, Mason Greenwood, agarró el timón para espolear a los suyos. El Sevilla FC entró en un tramo de partido en el que le tocaría sufrir… y de lo lindo, ya que su guardameta Nyland se vio obligado a encadenar hasta tres paradas de muchísimo mérito para evitar el tanto de la igualada del Getafe. El noruego estuvo espectacular, primero en un lanzamiento de Yellu tras un mal despeje de Badé y posteriormente deteniendo el disparo a quemarropa de Maksimovic, a un palmo de distancia y en otro desajuste del central francés del Sevilla FC. Badé no tuvo su tarde en el Coliseum. El zaguero galo estuvo gris plomo, como el cielo de Madrid. Sus desconexiones, por fortuna, quedaron en meros sustos gracias a la enorme inspiración de su compañero Orjan Nyland entre palos. El cancerbero firmaría una tercera 'salvada' de pañuelos, esta vez sacando el pie a disparo de Greenwood cuando todo el Coliseum cantaba ya el gol del inglés. Fantástico el meta del Sevilla FC.

Los de Quique supieron poner el cerrojo cuando les tocó, con la inestimable colaboración de su portero, y en el tramo final de la primera parte aprovecharon de nuevo su momento para percutir. En esa fase clave, el tándem Acuña-Ramos casi sentencia el partido. En otro córner botado por el lateral argentino (exquisito en el balón parado), el capitán sevillista obligó de un cabezazo a intervenir a David Soria. Su rechace lo estrelló en el palo Isaac Romero. Acarició el Sevilla el 0-2, que llegaría a convertir instantes después por medio de un saque de falta lateral con los mismos protagonistas. Acuña la puso y Ramos, imperial, la mandó al fondo de las mallas de Soria… no valió. El VAR acabó invalidando el tanto por posición adelantada del camero, por centímetros.

Con más luces que sombras y la mínima ventaja en el marcador, se marchaba el Sevilla FC al descanso. En cualquier caso, poco tenía que corregir Quique. Su equipo controlaba sin excesivos apuros la situación (con permiso del 'muro' Nyland) y sólo quizá las dudas de Badé en la retaguardia interferían en el objetivo. Aún así, el técnico nervionense no cambió al defensa galo hasta el minuto 65. Lucien Agoumé disfrutó de sus primeros minutos desde que lesionase contra el Rayo en Vallecas hace casi dos meses.

El bloque del Sevilla FC retrocedió metros descaradamente en la reanudación. Los visitantes apostaron por nadar y guardar la ropa del solitario gol de Ramos durante todo el segundo acto. Decisión conservadora que a veces sale mal, pero que al Sevilla FC este sábado le salió redonda para darle al Getafe de Bordalás de su propia medicina. Alderete la tuvo al poco de arrancar la segunda parte y Greenwood incordió todo lo que pudo y más con su fútbol eléctrico. Aguantó con poderío un ordenado Sevilla FC. Incluso su portero noruego apareció otra vez para negarle el gol a Mata en el mano a mano. Gigante Nyland. Los últimos minutos dejaron con el corazón en un puño a los sevillistas en varias acciones, como el susto de Ramos, que se jugó el penalti sobre Mata y se salvó únicamente porque el delantero azulón había agarrado la pelota en claro fuera de juego… Por supuesto, en el descuento del choque llegaría la enésima parada salvadora de Nyland, en esta ocasión a Luis Milla. Menos mal. Fue el último de los sobresaltos. Respira el Sevilla FC. Victoria de aire fresco con aroma de salvación.