Sevilla FC
Ejuke nunca perdió la sonrisa: eligió no operarse y ahora disfruta con regates y goles
El nigeriano trabajó muy duro para recuperarse sin pasar por el quirófano; el Sevilla respetó su decisión y lo valora con una alta cláusula: 40 millones
Del Nido lo vuelve a intentar a dos semanas de la junta de accionistas

La imagen que siempre muestra Chidera Ejuke es de felicidad. Como si todo estuviese bien a todas las horas del día. Incluso cuando su equipo, en algún momento del partido lo pasa mal, su rostro nunca deja entrever enfado. Quizás un poco de frustración, ... hasta que rápidamente se le olvida y vuelve a enseñar esa alegría contagiosa que deja fluir a través de su propio fútbol. Y eso que ha pasado uno de esos momentos duros que hacen que los futbolistas deban asumir el riesgo de su profesión. La rotura en los isquiotibiales sufrida en el mes de octubre frenó una progresión que parecía por entonces imparable, con muchos expertos hablando del fichaje de LaLiga hasta esa fecha. Su tremendo tren inferior dijo basta en una de esas arrancadas que lo habían colocado en el primer puesto de los más regateadores del campeonato, por encima de estrellas como Lamine Yamal, Mbappé o Vinicius. Era el jugador de moda. Esa grave lesión le llevó a tomar una decisión. O quirófano, o duro tratamiento conservador, debiendo trabajar incluso más para que la recuperación fuese completa. El Sevilla respetó aquella arriesgada decisión. Hoy se felicita por ello.
Ha pasado más de un mes desde que regresase a los terrenos de juego en Girona. Todo lo ha hecho muy poco a poco, como mandaba el plan consensuado entre los médicos y el cuerpo técnico. Necesitaba minutos. Agarrarse a la pelota, aunque le costase competir sin esa soltura que siempre le han permitido sus piernas. A cualquier extremo de uno contra uno le cuesta convencerse de que no puede, que necesita retrasar la pelota e iniciar la jugada porque su físico no le permitía desbordar con la soltura de antaño. Necesitaba tiempo. Y trabajo fuera de los terrenos de juego. En la ciudad deportiva ha estado trabajando desde que los doctores le dejasen caminar sin ayuda. Largas sesiones con fisios y readaptadores hasta ir recuperando las sensaciones de antaño. Como dicen los profesionales, primero se recibe el alta médica y después se debe alcanzar la deportiva.
Lo que destacan las personas que han estado cerca del futbolista nigeriano durante todo este tiempo, 90 días desde que se lesionara hasta que regresó a un terreno de juego en competición oficial, y 140 desde que fuese por primera vez titular y anotase el gol de la victoria (el pasado domingo ante la Real Sociedad). Más de cuatro meses para sentirse nuevamente futbolista al completo. Buscando sin descanso el uno contra uno ante un defensor duro y veloz como Aramburu, y con el acierto de cara a portería. Como aquel gol en el tramo final del encuentro ante el Valladolid en la primera vuelta que le daba la segunda victoria del campeonato a los de Nervión. Ha llovido mucho desde aquello. Su regreso no ha sido triunfal, sino paso a paso. Buscando y encontrando las sensaciones del pasado. Pimienta, por fin, ya confía en que Chidera Ejuke pueda darle el rendimiento de inicios de temporada.
Competencia y cláusula
Y eso que tuvo que pegarle algún que otro tirón de orejas. Por ejemplo, en el mencionado encuentro contra el colista de LaLiga, Ejuke fue suplente. El entrenador le había insistido en que no podía continuar con ese fútbol de eternos regates sin verticalidad. Que necesitaba que fuese como un rayo hacia la portería y se dejarse de marear a su marcador. Que saliendo por fuera, hacia su pierna menos buena, provocaba acciones con valor gol (como en San Mamés) sin tener que buscar siempre su disparo con la derecha. No es fácil cambiar la forma de jugar de un profesional, más aún cuando llega a un lugar nuevo y trata de mostrar lo mejor de su repertorio. Pimienta consiguió que el africano entendiese que se trataba de una mejora individual a la vez que colectiva.
En este tiempo después de la lesión, desde que ha ido sumando semanalmente más minutos, Ejuke ha comprobado que no era imprescindible, ya que la irrupción de Rubén Vargas le cerraba en parte las puertas de la titularidad. El suizo fue solicitado por el entrenador sin descanso, más desde la lesión del propio Ejuke y las dudas que suscitaba su recuperación. Ahora vuelve a volar y el Sevilla se congratula de haber firmado libre a un futbolista en edad suficiente para seguir creciendo y con una cláusula que invita a no tocarlo, pero que puede hacerlo apetecible para el mercado. Como en los casos de Lukebakio o Vargas, Ejuke tiene 40 millones por fórmula de salir del Sevilla sin hablar directamente con el club. Firmó un contrato de tres años y en Nervión todos están encantados con su sonrisa y buena disposición. De esos fichajes que caen de pie porque llegan con el ánimo de triunfar. Y, casi siempre, lo consiguen.
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