Deberes cumplidos, pero sin sacar nota (0-2)

El ambiente gélido del campo municipal La Eragudina, con un césped que jugó más de una mala pasada, no ayudó a que los de Diego Alonso entraran al partido cómodos. Salió el Astorga con mucha intensidad, deshecho de complejos y peleando con uñas y dientes cada balón, una actitud que dignifica esta competición tan desdeñada. Enfrente, un Sevilla FC helado que patinó -literalmente- por el terreno de juego, con muchas dificultades a la hora de encadenar jugadas y con una inoperancia terrible del medio campo hacia delante. Bien es cierto que el once configurado de inicio por Diego Alonso estuvo plagado de suplentes y canteranos, con una defensa compuesta por Darío, Gattoni, Sergio Ramos y Kike Salas; con Manu Bueno acompañando a Jordán en el doble pivote y con Pedrosa reubicado en el extremo izquierdo. No tenía mucho más a mano el técnico charrúa que tuvo que elaborar la lista con once ausencias del primer equipo y dosificando los recursos para el próximo partido en Mallorca.

Con Sergio Ramos liderando, el cuadro hispalense empezó a meterse en la película pasados los primeros 20 minutos, intentando encadenar jugadas para llegar a la portería de Barredo. La primera jugada de peligro sevillista la protagonizó Januzaj, el belga se metió con peligro en el área rival y Álex Matos se pasó de rosca a la hora de interceptarle, por lo que el colegiado decidió pitar la pena máxima a favor del Sevilla en el minuto 26. Un penalti que materializó Ramos con temple y calidad y que otorgó la tranquilidad necesaria al grupo para asentarse sobre el terreno de juego. Así, el Sevilla FC paró en seco a su rival y cogió las riendas del encuentro, aunque seguía mostrando algunos problemas para sacar desde atrás. Rafa Mir y Jordán intentaron sorprender al meta rival desde lejos sin acierto y el partido se iría al descanso con los de Diego Alonso dominando.

Una vez reanudado el partido, el cuadro hispalense entró mucho más metido, con un Pedrosa creando mucho peligro por su banda y propiciando el acoso a Barredo. El Astorga empezó a acusar el desgaste físico de la primera mitad y empezó a llegar más tarde a los duelos, dejando espacios que los de Diego Alonso aprovecharon para completar jugadas más largas y con más peligro con Manu Bueno repartiendo el juego con personalidad, combinándose a la perfección con Pedrosa y erigiéndose como uno de los mejores del encuentro. El constante devenir del Sevilla por las inmediaciones del área rival derivaron en varias jugadas a balón parado con peligro, siendo la más clara un lanzamiento de falta de Joan Jordán, que interceptó el portero rival.

El técnico uruguayo decidió mover piezas, dando entrada a Gudelj y a Ocampos con idea de dosificar a Ramos y Pedrosa, y es que el Sevilla no está para derrochar efectivos del primer equipo. No entró con buen pie el serbio que, tras un despiste defensivo, vio como Ivi Vales se plantaba solo frente a Dmitrovic, aunque el tiro se marchó desviado por poco. El peligro inspiró al Sevilla FC, que respondió con un nuevo asedio al área del Astorga que terminó en córner. Jordán se encargó de sacar de esquina para que Gattoni rematara a la perfección con la testa en el minuto 68. Un gol que lo redimiría de su errática primera parte y que lo asentaría sobre el terreno de juego el tiempo restante.

Respondió el Astorga con la que fue su última jugada de peligro. Un tiro de Diego Peláez que se marcha fuera, después de quedarse solo ante Dmitrovic en otro patinazo defensivo sevillista. No obstante, al equipo local se le acabó la gasolina y aunque su técnico movió piezas para intentar devolverle el lustre a su equipo, lo cierto es que el pescado estaba vendido. Algo que también sabía el Sevilla FC que, una vez con el trámite cumplido, se dedicó a controlar el encuentro y buscó el tercero sin desesperación. Un gol que debería haber llevado la firma de un Rafa Mir, que disputó el partido completo ante un rival muy inferior y que, ni aun así, supo aprovechar. El único farolillo rojo de un once que, a pesar de ser inédito, funcionó en Astorga aguantando el chaparrón de los primeros minutos y cumpliendo sin aspavientos. De esta forma, el Sevilla pasa a la siguiente ronda de dieciseisavos, en la que ya podrá enfrentarse con un equipo de Primera División y con la mente puesta en Son Moix, donde el Sevilla buscará, una vez más, una más que necesaria victoria en liga.