Las cuentas del Sevilla FC aprietan a Cordón
El director deportivo conoce al dedillo las dificultades para inscribir y ese trabajo de buscar hombres a coste cero o cedidos
El primer 'marrón' de Cordón en el Sevilla FC: Vargas, Akor Adams y Álvaro Fernández están sin inscribir

Por mucho que se especule con la supuesta mala impresión que se ha llevado Antonio Cordón en su desembarco en el Sevilla FC, lo único cierto en esta historia que ha firmado con todas las de la ley, es decir, conociendo al dedillo ... la ruinosa situación en la que está inmersa la entidad, tanto a niveles de balances contables, como en su capacidad de inversión para mejorar una plantilla que deberá desprenderse de todo lo vendible para ajustar los números y poder competir con la que pueda ser inscrita, el primer gran problema de un club que por primer año realmente siente el aliento peligroso de esas normas de la Liga en cuanto a la confección de los equipos, pese a que hayan sido reformuladas en parte para ser menos exigentes, pero con la obligación de ajustarse a unos parámetros que a inicios del mercado está muy lejos de poderse cumplir. El director deportivo tiene un problema. O muchos. Y la toma de decisiones ni será rápida, ni tampoco sencilla.
Debe empezar por esa pata de soltar todo lo que interprete que no necesita el Sevilla ni tampoco permitirse. Posiblemente, este sea el trabajo menos agradecido y complejo que tiene por delante. El club ha hecho un esfuerzo en el sentido de endeudarse hasta las cejas en los dos últimos cursos para ir dejando escapar a ese grupo que se convirtió en doble campeón europeo. Se consiguieron algunas plusvalías, pero un gran grupo ha generado un agujero económico del que va a costar levantarse. A los más de 80 millones perdidos en el curso anterior, ahora el club de Nervión está ajustando los números y a la espera de auditoria para ofrecer el resultado final del ejercicio que, sin ventas, se irá a unas pérdidas alrededor de los 60 millones. Otro desastre absoluto para casi duplicar los fondos propios negativos, con el peligro que este juego contable conlleva. El Sevilla no está en causa de disolución simplemente porque el crédito CVC, que consiguió de la mano de la propia Liga, aparece como un activo de la entidad, cuando su uso no es para pagar deuda, sino netamente como inversión futura, por mucho que pueda enjuagar el actual balance.
Por lo tanto, aquellos despidos remunerados han quedado en el pasado. Debe buscar Cordón fórmulas como las ejecutadas con jugadores como Dmitrovic, Óscar o Acuña el pasado curso, con traspasos a coste cero por esos hombres cuya venta es imposible. Sin embargo, no todos están abiertos a abandonar Nervión sin llevarse lo firmado en el pasado. Y mientras no vayan saliendo en fila india, no se podrán inscribir a los fichajes estando sobrepasado. Bueno, dejan que uno que haya llegado mediante la fórmula de traspaso sí, con dos con la carta de libertad bajo el brazo, como podría ser Alfon González. De momento, el club no puede inscribir a Rubén Vargas, Akor Adams y el recién renovado Álvaro Fernández. Ni siquiera jugadores que están en tu dinámica. La casa debe construirse desde los cimientos.
Los movimientos de Cordón
De momento, el director deportivo del Sevilla no ha tocado demasiadas puertas. Evidentemente, se ha puesto en contacto con distintas agencias pidiendo prácticamente de todo, en las cuatro líneas del campo y con la premisa de que el jugador tenga que aterrizar en Nervión con la carta de libertad bajo el brazo o cedido. No se pagarán fichajes a no ser que sean del todo estratégicos, o la operación salida, tanto de descartes como de hombres que puedan ofrecer plusvalías importantes, sea positiva. Ese escenario ni se contempla en este momento, por lo que el ejecutivo extremeño se centra en las certezas que tiene encima de la mesa, que no son otras que las de una plantilla que excede y mucho el margen que le ofrece la Liga al Sevilla para inscribir y que su principal labor es ir sacando esos hombres con los que no cuenta sin lastrar las propias cuentas para poder inscribir. Parece un imposible, sin embargo es el principal cometido de Cordón y para esto mismo se le ha firmado.
Porque con Víctor Orta, aparte de ser una cabeza de turco que debía caer para ofrecer la impresión de comenzar desde cero, no había existido buen feeling con las salidas de jugadores con un salario alto. No había encontrado la fórmula para rebajar esa partida, aunque en líneas generales fuese rebajando muchísimo la masa salarial sevillista, a costa de generar un déficit permitido y avalado por el club. Ahora toca seguir remendando todos esos problemas con una plantilla por hacer.
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