Cordón saca el látigo con los descartes del Sevilla FC
La medida de presión de dejarlos fuera de las citaciones a los amistosos, primer paso para abrirles la puerta
Las lesiones de Nianzou y Jordán han provocado que acelere una operación salida más compleja de lo esperado
Cordón aguarda el traspaso de Juanlu para desatascar el mercado del Sevilla
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Iniciar sesiónUn mal endémico en este Sevilla de las apreturas económicas está siempre enfocado en la llamada operación salida o colocación de descartes en el mercado. No es sencillo pasar de una masa salarial de más de 200 millones a menos de 80 en dos ... o tres años. Esos recortes siempre llevan aparejados pérdida de dinero en el camino de poder alejar a los jugadores con los que los clubes no cuentan, pese a que en su momento se le firmasen contratos largos y de amplio salario. Por esto mismo, Antonio Cordón no ha querido esperar más y en el final de la segunda semana de trabajo ha lanzado un mensaje nítido. Hay jugadores con los que el Sevilla no cuenta y deben ser los propios futbolistas afectados los que sepan que esa situación personal no variará por mucho que su desempeño en el trabajo diario pueda ser incluso elogiable. Rafa Mir, Álvaro Fernández, Januzaj e Iheanacho tienen la puerta abierta para salir. Alguno más está en esa lista negra, aunque de momento se le sigue utilizando mientras no llegue un recambio. Cordón ha sacado el látigo. No tiene más tiempo que perder en el mercado.
Porque el director deportivo, por su carácter, ha esperado un tiempo prudencial a que todo el grupo se fuese haciendo. A que el entrenador conociese de primera mano a la plantilla y los diferentes perfiles que dispone y necesita. Una hoja de ruta de un recién llegado que no quiere enturbiar el ambiente hasta darse cuenta de cómo respira el vestuario. Sin embargo, este proceso necesita acelerarlo por las complejidad de colocar a miembros de la plantilla con elevados salarios y, sobre todo, poquísimas ganas de abandonar el Sánchez-Pizjuán. Es el Sevilla es un club al que siempre ha sido complicado llegar y pocas veces los jugadores están abiertos a marcharse. Sólo para ganar un mejor salario o firmar por un club con mayores aspiraciones. El problema aparece cuando se le coloca cartel de transferible o descarte. Con una cotización por los suelos es prácticamente imposible sacarle nada de provecho. La amortización está perdida, ahora la cuenta es no abonar demasiado del salario que percibe. El primer paso de abrir la puerta está dado. Sin embargo, no es el primer año que este grupo de futbolistas experimenta la sensación de verse sin sitio en el Sevilla y, pese a ello, tampoco se impacientan ni buscan una solución. Si el club tiene un problema, no va con ellos. Por tanto, quien deberá moverse con habilidad para encontrar situaciones apetecibles para los descartes es el propio Antonio Cordón.
Al ser un nuevo director deportivo, bien distinto a Víctor Orta, tirará de los contactos que haya hecho a lo largo de su trayectoria para que le presenten distintos destinos apetecibles para hombres con un año más de contrato, como Januzaj o Iheanacho, mientras deberá hilar más fino si quiere soltar definitivamente a Rafa Mir o Álvaro Fernández, con dos años cada uno firmados. Particular en la situación del portero riojano, ya que su renovación por dos temporadas fue anunciada hace menos de un mes y el entrenador ha valorado que no entra en su proyecto. Esta situación estaba dentro de lo esperado por Cordón, quien no entendió en ningún momento la renovación de un portero que había dejado dudas. No obstante, esa operación la había cerrado meses atrás Víctor Orta, en contraprestación a que Álvaro firmase sólo por una temporada al anterior verano y por una cantidad baja de salario, ayudando a ajustar los parámetros sevillistas, pese a que llegaba después de haber sido el portero menos goleado de Segunda división.
El contexto con Rafa Mir
Con Rafa Mir las dudas de poder encontrarle acomodo son mayores que con el resto. Mucho mayores. Como publicaba ABC de Sevilla, su situación judicial escama a los posibles pretendientes y sólo la salida hacia otro tipo de mercado exótico y bien alejado de España se presenta como solución viable. Los clubes europeos no entrarán en conversaciones por Rafa Mir pensando que, pase lo que pase finalmente en su proceso con la justicia española, el delantero tendrá parte de su cabeza en la necesidad de resolver la situación personal en la que se ha visto involucrado, restando potencial a su rendimiento en la hierba. Pese a sus buenos entrenamientos y a que incluso podría serle útil a Matías Almeyda, viendo el nivel de los delanteros del Sevilla, la decisión está tomada. Hace falta generar espacio salarial y son los jugadores señalados para ello.
Porque, encima, Cordón se ha encontrado con un doble problema en forma de lesión. Las bajas de larga duración de Joan Jordán y Tanguy Nianzou provocarán que el club deba inscribirlos con todas las de la ley, ya que no habrá equipo que quiera a un jugador con una baja médica durante el periodo de transferencias. El central francés es, de largo, el más caro de la plantilla y ningún estudio realizado desde el departamento jurídico ven viable el poder conseguir una nulidad de su contrato por las reiteradas bajas por lesión. No hay jurisprudencia y en nada se parece su caso al que sí gano el Sevilla con Gnagnon y sus indisciplinas con la báscula.
De todos modos, Nianzou se había cerrado en banda a salir traspasado o a una posible negociación para finiquitar su contrato mediante el pago de parte de los dos años que le quedan firmados. Si salía cedido, sus agentes sólo habían encontrado clubes que le pagaban el 20% de su prohibitiva ficha, chocando directamente con las necesidades de los sevillistas, que siempre han visto en el jugador muy poca voluntad por colaborar. Este será un problema que deberá intentar solucionar Antonio Cordón más adelante. Ahora se centra en esa doble variable de reducir la masa salarial del vestuario nervionense mientras intenta mejorar la plantilla. Para todo esto son inevitables las ventas de algunos puntales del equipo, obligando a acertar en el mercado casi en cada movimiento.
A esos primeros discursos conciliadores y de unión del director deportivo a su llegada va dando paso a la otra cara de su función, que es dejarle claro al grupo que su mando es absoluto y que sólo se vestirán con la camiseta del Sevilla aquellos jugadores que entren en los planes de Almeyda y Cordón, quienes se ven completamente coordinados en estos movimientos de mercado. Entrenador y ejecutivo van de la mano para no lanzar mensajes equívocos al vestuario, situación que hasta hace no tanto se ha vivido en un Sevilla sin un mando único.
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