Análisis Sevilla FC: El penúltimo escalón antes del desastre
El Sevilla culminó su peor temporada en Primera del siglo, quedándose un punto por encima del descenso y sin nada a lo que agarrarse porque nadie se plantea dar un paso al lado
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Iniciar sesiónEl Sevilla FC se encuentra en una situación desesperada. Las alarmas dejaron de funcionar hace meses, desgastadas de tanto señalar la emergencia, y el poso que deja la temporada es de que el equipo se ha librado del descenso por un solo punto, en ... ese precipicio al que lleva asomado la entidad demasiado tiempo y que irremediablemente terminará con un equipo campeón de Europa hasta hace dos telediarios cayendo al pozo de la Segunda división. Quedar justo en la frontera entre el descenso y la salvación es la última fotografía que le faltaba al conjunto de Nervión para comprender que su trayectoria le está señalando su futuro. Puestos 12, 14 y 17 en las tres últimas temporadas, con un 2025 desastroso en cuanto a victorias y número de puntos, con el habitual cambio de entrenador en el Sánchez-Pizjuán en las tres temporadas mencionadas. Las causas de este descenso a los infiernos son numerosas, aunque el peso de algunas destaca muy por encima del resto.
Deuda desesperada
El Sevilla está entrampado hasta las cejas. Las pérdidas de los últimos ejercicios, incluso cuando pisaba Champions, siguen lastrando a una entidad que no tiene margen salarial ni para inscribir a sus futbolistas, ahora que regresan muchos de ellos de cesión y con contratos inasumibles. A los dos créditos solicitados y concedidos a Goldman Sachs por encima de los 100 millones, más lo que CVC le dio a la mayoría de clubes de la Liga, que como el Sevilla no ha utilizado el porcentaje destinado a infraestructuras (la mayor parte) lo tiene dentro de sus activos, impidiendo que pueda entrar en causa de disolución. Aun así, las nuevas pérdidas de esta temporada obligarán a buscar nuevos focos de financiación, mientras la plantilla se deprecia cada mes un poco más.
Rebaja del gasto en plantilla
Por esto mismo, el club deberá seguir su plan de reajuste en todos los departamentos, comenzando por la plantilla del primer equipo. De los casi 110 millones que le ha costado al Sevilla todos sus jugadores entre amortización, salarios y cedidos, la intención y la necesidad es llegar a menos de 80. Un trabajo complejo y de difícil digestión. Víctor Orta deberá hilar fino en cada supuesto, tratando de quitarse de encima esos contratos leoninos que siguen lastrando a la entidad sin tener que optar por el despido de forma directa, como se hizo en los casos de Papu, Tecatito o Idrissi, buscando la fórmula de traspaso a coste cero, como Dmitrovic, Óscar Rodríguez o Acuña. Llegan futbolistas que no han dado rendimiento en sus destinos y el club deberá encontrarles acomodo.
El papel de la dirección deportiva
El Sevilla, antes de soltar jugadores que no quiere tener en su plantilla, necesita vender a esos hombres con un poco de cartel en el mercado. Que las necesarias plusvalías aparezcan en esos jugadores que todos tienen en mente y se saque el máximo provecho de hombres que tampoco se desean quedar en Nervión, que ven su ciclo acabado, toda vez que intuyen cuál será el devenir del equipo la próxima temporada, algo que ayudará a que nadie cierre la puerta a una posible venta, como si sucedió en enero. Víctor Orta, de todos modos, aunque siga trabajando, sabe que está en cuestión y su puesto en entredicho. Depende de la decisión del consejo de administración, que aún no ha celebrado esa reunión para definir por dónde debe caminar el Sevilla.
¿Qué sucederá con el presidente?
El presidente del Sevilla, José María del Nido Carrasco, continuará en su cargo en virtud del pacto de gobernabilidad firmado en 2019 por algunos de los grandes grupos de accionistas del club de Nervión. Pese a las dudas y las duras críticas que ha provocado su gestión, el consejo de administración mantendrá la figura del joven mandatario al frente del club, aunque su dirección estará más cuestionada desde los propios apoyos que aglutina en los pasillos del Sánchez-Pizjuán. Cada decisión deberá ser consensuada, como la continuidad del propio director deportivo. Del Nido Carrasco y Orta tiene su futuro vinculado el uno al otro.
La gran decisión del banquillo
El banquillo del Sevilla y su inquilino es la piedra filosofal sobre la que tiene que pivotar el próximo proyecto. Una vez que los sevillistas asimilen que en la planta noble no cambiará nada, a excepción de si continúa o no el director deportivo, tocará pensar en quién debe sentarse en Nervión para sacar adelante otro curso de fatigas sin descanso, donde el equipo deberá agarrarse a la savia nueva que traiga el técnico que se firme, los jugadores que se queden, aquellos que suban del filial y los pocos a los que pueda acceder el club en el mercado de fichajes. Ya está. Y rezar, mucho rezar.
Porque en el Sevilla son conscientes de que ya han tocado el suelo. Si no son capaces de colocar las piedras de un nuevo crecimiento, la pala para cavar el foso de la tumba la tienen a la mano. Nada cambiará en los próximos meses. Vender un club o cambiar los pactos y las alianzas dentro del mismo no se hace de la noche a la mañana. Menos si la voluntad en coger de la mano a antiguos enemigos o rivales es nula. Así gestiona el Sevilla la peor de sus crisis en el siglo. Con miedo y sin ambición. Con preguntas sin respuesta. Con necesidades sin dinero. Una patada hacia adelante hacia el abismo. Lo han visto de cerca. La caída real está a la vuelta de la esquina. Sólo hay que dejar pasar unos meses.
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