El nuevo Rahm ve el Masters con otros ojos
El doble ganador de 'majors' reconoce llegar este año a Augusta mejor que nunca
Carla Bernat, maestra en el campo de golf y reina del despiste fuera de él
Rahm, durante la sesión de entrenamientos del Masters 2025
El Masters es un torneo especial por muchos motivos. En primer lugar, porque es el único que repite la sede todos los años, lo que hace que los jugadores se la conozcan al dedillo. Por otro, por las peculiaridades del torneo, que no deja ... de ser un invitacional al que los propietarios convocan a quien quieren. Mas, lo que más les estimula a los competidores es que es el primer grande del año después de haber tenido que esperar casi nueve meses desde el último celebrado. Tremendos competidores como son los 95 actuantes en esta edición, están deseando enseñar los colmillos y volver a medirse por primera vez en 2025 con los mejores del mundo.
Esta última circunstancia la echa de menos especialmente Jon Rahm, que desde que se marchó al LIV Golf el año pasado sólo ha podido enfrentarse a los más potentes, como Scottie Scheffler o Rory McIlroy en muy contadas ocasiones. Y claro, ansía que las cabezas rectoras del golf mundial lleguen pronto a un entendimiento para que cambie esta situación y puedan jugar libremente en todas las pruebas los golfistas de los distintos circuitos. «Por favor, que lleguen a un acuerdo cuanto antes, no puedo pedir más. Me encantaría que siempre estuviéramos en liza los mejores del planeta, aunque como el LIV no cuenta para el ránking yo ya esté a punto de salir de los 100 primeros», bromeó lacónico antes de afrontar su primer entrenamiento en el National.
Este año, por segunda vez en su carrera (la otra fue en 2023 con motivo de su boda), no ha venido a practicar con antelación en este vergel, pero cree que no le va a pesar en absoluto. «El domingo terminamos en el Doral de Miami un torneo durísimo y jugué bien, mucho mejor de lo que refleja mi noveno puesto final. Creo que vengo con el juego muy afinado y el campo ya me lo conozco de los ocho años previos», explicó. Pero lo que mejor le va a venir es su nueva actitud en los 'majors', cimentada en «lo que viví durante todo el año anterior, que me hizo tomarme la vida con otros ojos y relativizar todo lo que me sucedía en mi profesión. El cambio empezó aquí mismo hace doce meses, cuando llegué como campeón defensor con todas las distracciones que ello acarrea y, sobre todo, con la presión que sufrí por mi cambio de circuito. Luego, la temporada fue dura porque mi mujer sufrió un embarazo de riesgo y dejó de acompañarme a los torneos, con la soledad y la preocupación consiguientes. Esto me hizo relativizar todo lo que me pasaba en el mundo del golf y centrarme más en mi familia. Afortunadamente, todo salió bien y he hecho mucha vida con ella y los niños en estos meses pasados. Cuando esta semana, por fin, han podido acompañarme todos, me he llevado una gran alegría», reconoció con alivio.
Esto ha motivado que ahora vea el torneo con otros ojos. «Vengo más relajado que nunca, sin ninguna presión y jugando bien. En mis primeras temporadas estaba muy ansioso por destacar en los grandes y eso me estresaba, pero ahora con dos ya en el bolsillo y mi familia feliz, lo que quiero es disfrutar en el campo». Y eso lo va a hacer, de momento, en la ronda de prácticas con el partido que han formado los cuatro españoles presentes. «Estoy deseando jugar con Chema Olazábal, que se conoce cada rincón del recorrido y te va contando anécdotas sin parar; con Sergio, también súper experto pues ya ganó como amateur en 1999 y desde entonces sólo ha faltado el año del Covid, y con Josele Ballester, al que conozco muy bien de la universidad de Arizona State pues jugamos allí a menudo y que tiene unas cualidades impresionantes. Dado que Seve fue el que nos inspiró a todos desde que se impuso aquí con 23 años, el que sigamos manteniendo su legado es muy importante», concluyó.