Atletismo
Muere Henry Rono, un guerrero Nandi con mala suerte
El keniano fue plusmarquista mundial de cuatro disciplinas de fondo, pero los boicots le impidieron acudir a unos Juegos Olímpicos
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Iniciar sesiónHenry Rono fue un talento maldito. El corredor keniano, uno de los atletas más dotados para las pruebas de fondo de la historia, ha fallecido a los 72 años. Nunca tuvo suerte y nunca fue suficientemente reconocido, ni en su país (Kip Keino fue siempre ... la estrella del atletismo nacional) ni fuera de sus fronteras.
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Rono era un atleta diferente, corría de forma caprichosa, marcando fuertes ritmos desde el principio, a veces alocados, como cuando salió en un Campeonato Universitario americano de cross, en una distancia de 10 kilómetros y lo hizo a ritmo de 800 metros. Después de abrir un hueco de más de 100 metros, se desfondó totalmente y llegó a meta en el puesto 130.
No pudo estar en los Juegos Olímpicos de Montreal 76 por el boicot africano motivado por el partido de rugby que habían jugado Nueva Zelanda y Sudáfrica, en los años del 'apartheid'. En 1978 llegaron sus cuatro impresionantes récords mundiales, en 3.000, 5.000, 10.000 y 3.000 metros obstáculos. Dos de sus plusmarcas fueron conseguidas en pequeños encuentros entre universidades, sin liebres, casi sin público. Eran otros tiempos. No había mucho dinero en juego y los managers de los atletas no dominaban la escena.
Los grandes Juegos de Rono iban a ser los de Moscú 80. Pero de nuevo la mala suerte rompió los sueños del 'nandi warrior', como siempre fue conocido. La invasión de Afganistán desató esta vez el boicot estadounidense liderado por Jimmy Carter, al que se unieron muchas naciones del bloque occidental, entre ellas, Kenia. Rono volvió a quedarse sin Juegos Olímpicos.
Para colmo de males, en aquellos años no existían aún los Campeonatos del Mundo de atletismo, lo que impidió al keniano lucir su talento en un gran campeonato. En los años ochenta, Rono, que aún no era un atleta de mucha edad, fue separándose de las pistas y acercándose al alcohol. Lo recordamos como un talento natural, salvaje, sin normas. Como cuando decidió correr una final universitaria de 3.000 obstáculos esprintando en las rectas y dejándose alcanzar por sus rivales en las curvas. También ganó así. Jugaba al atletismo. Fue un gigante del fondo. Descansa en paz, Henry. Los grandes atletas nunca mueren. Permanecen en nuestra memoria. Thank you for the memories.
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