Jorge Lorenzo, entre el azul y el rojo

Cambiará el azul por el rojo, con todavía quince grandes premios por disputarse. Liviano por fin después de semanas de deliberación, reconoció que era el mayor reto de su carrera y la decisión más difícil. «Pero sin presión. Esa la tenía con quince años, sin haber ganado nada. Ahora tengo la vida solucionada y es una cuestión de motivación: hacer historia donde solo ha ganado Casey Stoner». Un reto que no le podía ofrecer Yamaha. «Hubiera estado bien ganar más títulos, pero no me iba a cambiar la vida tanto como hacerlo con Ducati». Lorenzo no quiere solo ganar, quiere dejar huella.

«Le ofrecimos lo máximo que pudimos, y es una pena que haya decidido marcharse. Creo que Rossi-Yamaha-Lorenzo era una máquina de ganar», señaló Lin Jarvis , director del equipo Yamaha. Ya piensa en la ausencia, aunque la cordialidad lo obligue a hablar del presente: «Intentaremos crear el mejor ambiente posible este curso». Ya busca sustituto, aunque evite a propósito mencionar a Maverick Viñales. «Hay tiempo para elegir». Son nueve años de relación que ambas partes tienen muy en cuenta. «Siempre he creído en la profesionalidad de Yamaha. Incluso cuando llegué, que era un piloto con mucho que demostrar, me dieron el mismo material que a Rossi, que tanto había ganado para ellos. No creo que cambie aunque sepan que tendré una moto diferente el año próximo. Estoy muy agradecido. Me dieron la oportunidad de llegar al Mundial de MotoGP y sin ellos ni estaría donde estoy ni hubiera sido tres veces campeón», esgrimía el protagonista. «Será un placer darle la bienvenida si un día decide regresar», replicaba Jarvis.

El británico admitió que desde el incidente entre Márquez y Rossi en Sepang cambiaron las relaciones en el equipo. «Es muy difícil tener a dos grandes pilotos en el mismo garaje». También Lorenzo señaló que en Ducati puede tener más poder a la hora de perfilar la moto. «Si han insistido tanto, es porque quieren ganar el título y para eso es importante que la moto se adapte a mi pilotaje». Motivos que también pesaron en la decisión.

Una elección que los rivales evalúan desde lejos, a la espera de ver qué puede hacer el balear sobre una moto algo indomable pero con mucho potencial. «A mí no me afecta demasiado. Es una moto muy diferente a la que recibí yo en 2008. Ha evolucionado, pero no sé si es tan competitiva como la Honda o la Yamaha. Lo veremos con Jorge el año que viene», dijo Rossi , que espera sin prisas un nuevo compañero. «Es bueno para el espectáculo, para la afición y para nosotros. Será competitivo seguro», comentó Márquez . «Sé que iré rápido en las rectas, lo demás no sé», admitió Lorenzo, pilotando hoy la moto de mañana.