Tradicionalmente, los pesos pesados de la UFC han brindado algunas de las peleas más grandes de la historia. Randy Couture, Caín Velásquez o Stipe Miocic son algunos de los nombres legendarios que protagonizaron etapas doradas dentro de la mayor liga de artes marciales mixtas ( ... MMA). En la actualidad, las dos figuras más grandes, a las que la UFC está tratando de enfrentar, son Jon Jones y Tom Aspinall, campeón absoluto e interino, respectivamente.
Son muchos meses ya los que lleva la compañía estadounidense empujando para que la pelea más mediática en los pesos superiores termine por concretarse, pero el de Rochester, considerado por muchos como el mejor peleador de todos los tiempos, se está negando a darle la oportunidad al británico, quien ya ha batido el récord de mayor reinado interino de la UFC con más de 500 días.
En este contexto, ha vuelto a surgir la figura del que fuera también campeón del peso pesado de la UFC, Francis Ngannou, quien terminó rompiendo su vínculo contra la mayor liga de MMA debido a discrepancias en los términos contractuales, especialmente en los monetarios. El propio Jon Jones deslizó, recientemente, que Ngannou sí que es un nombre legendario que le motivaría para realizar un último baile en la UFC.
Con el panorama del pesado en un momento convulso, le preguntaron al CEO de la UFC, Dana White, acerca de la posibilidad de que el excampeón nigeriano recalase de nuevo en las filas de la compañía para enfrentarse a Jones. «¿Volver a fichar a Francis Ngannou? Probablemente no. No tengo a Ngannou bajo contrato y Tom Aspinall es el chico», respondió el mandamás, en la conferencia de prensa posterior al UFC 316, cerrando la puerta a una posible vuelta del nigeriano a la UFC.
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