Fútbol Americano

El misterio de la Super Bowl: un apellido, una maldición y un ginecólogo

Los hermanos Kelce, los primeros de la historia en luchar por el título en equipos diferentes, acumulan a su alrededor diferentes anécdotas

Travis y Jason Kelce, los hermanos que se enfrentarán en la Super Bowl ABC

La gran estrella de la Super Bowl LVII que se disputará el próximo domingo no pisará el césped del State Farm Stadium de Glendale, pero sí estará en la grada del coliseo de Arizona. Lo hará, eso sí, sin animar a ninguno de los ... dos equipos y con la camiseta de ambos, la misma que le ha acompañado durante años por todos los estadios de Estados Unidos. Icono inesperado del partido más importante del año que no es esta vez un jugador ni tampoco entrena a ninguno de los equipos, pero que ha sido fundamental para que ambos conjuntos hayan llegado hasta el partido que decidirá el título. Donna Kelce es la madre de Travis y Jason y tendrá el corazón dividido, porque sus hijos serán los primeros hermanos que se enfrentarán en el encuentro que atrae más miradas cada temporada. Kelce contra Kelce. Los Eagles contra los Chiefs. El apellido de la Super Bowl.

Donna tiene a sus espaldas miles de kilómetros de carretera. Nunca le dio pereza ir de una punta a otra del país para ver en directo a sus dos hijos. Pasión que ella misma les inculcó desde pequeños y que ha servido a ambos para convertirse en profesionales del fútbol americano. La figura de mamá Kelce se ha hecho tan famosa estos días en Estados Unidos que más de 100.000 aficionados han firmado una propuesta para que sea la elegida de hacer el saque inicial del partido en el que sus dos hijos se enfrentarán por el título de campeón de la NFL. Incluso algunos querían que fuera una de las protagonistas del espectáculo del medio tiempo, pero ella prefiere mantenerse en la sombra y vivir esta jornada histórica desde la grada, como suele hacerlo en cada partido de sus hijos.

El problema de la madre más famosa de América es que para ver feliz el próximo domingo a uno de los dos tendrá que ver cómo el otro acaba llorando. «Uno de nosotros acabará el día como un perdedor y el otro como triunfador. Es algo surrealista. Se han alineado las estrellas para que esto ocurra, pero no estoy enfadado por ello. Siendo realista, nunca pensé que pudiera llegar a pasar hasta la semana pasada», reflexionaba Travis en el pódcast que protagoniza junto a su hermano Jason.

La de los Kelce es una situación inédita con la que llevaban soñando desde que eran unos niños. Ambos crecieron amando el fútbol americano. Quemando etapas juntos, pues apenas se llevan dos años de diferencia. Jason, el mayor, acabó siendo seleccionado por los Philadelphia Eagles en el draft de 2011; Travis aguantó un año más en la Universidad de Cincinnati antes de recalar en los Kansas City Chiefs en 2012. Desde entonces, sus carreras no han dejado de crecer, pero siempre fieles a los mismos colores. Jason se coronó con los Eagles hace cinco años, solo uno antes de que Travis consiguiera levantar el trofeo Vince Lombardi. Fueron años felices para la familia Kelce, que el domingo en Arizona vivirá una situación agridulce para alguna de las dos partes.

Un ginecólogo en la grada

«Mamá va a ganar y mamá va a perder. Ella siempre es positiva con todo, pero esta vez debería centrarse en estar ahí para el hermano que pierda», apuntaban los jugadores, que no sabían aún cuál de los dos iba a darle los tickets a sus padres para vivir el encuentro en vivo en el estadio. «¿Se los das tú o voy a tener que hacerlo yo?», bromeaban.

La atención de los Kelce estará en el césped, pero también en la grada, donde la mujer de Travis -embarazada de ocho meses y medio- tratará de disfrutar del espectáculo sin que haya ninguna urgencia. «El domingo cumplirá 38 semanas, pero eso no le va a frenar para estar en el estadio. Ha decidido traerse al partido a su ginecólogo por si pasa algo. Si finalmente da a luz durante el encuentro sí que será la Super Bowl de los Kelce», señalaba con cierta sorna el de los Eagles estos días.

A una semana para el inicio del partido, las apuestas dan como favorita a la franquicia de Filadelfia, que cuenta a su favor con la maldición de Rocky. Según la misma, en cada eliminatoria que han pasado en estos playoffs alguien colocó una camiseta del rival en la famosa estatua del boxeador más famoso del cine. «Que nadie le ponga la camiseta de los Chiefs, que nadie la toque», imploraba Travis en el pódcast, aunque su hermano tenía otra teoría. «No creo que sea un aficionado del equipo rival el que está haciendo esto. Creo que es un seguidor de los Eagles el que está vistiendo a Rocky con los colores del rival y está funcionando. Está funcionando muy bien, así que desde aquí le pido que lo siga haciendo», puntualizaba Jason. Dos visiones diferentes que confluyen en el mismo partido. El partido de sus vidas. El que hubieran pagado por jugar cuando eran unos chavales que disfrutaban con el fútbol y que se hará realidad en unos días.

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